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SALUD
13 de septiembre de 2015
Al colocarse el film en el ojo libera un fármaco eficiente evitando irritaciones y molestias. El dispositivo en el que trabajan científicos del CONICET y la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) apunta a reducir la presión intraocular y frenar el avance de la enfermedad.
El glaucoma es una enfermedad que pueden padecer individuos de cualquier edad, aunque se produce mayoritariamente en personas que pasan los cincuenta años. Es la segunda causa de ceguera en el mundo y la primera de orden irreversible.
En esta enfermedad se produce un daño en las fibras que componen el nervio óptico, la gran mayoría de los casos debido a un aumento de la presión ocular.
Es casi imposible hacerla retroceder una vez diagnosticada, pero sí se puede frenar su avance.
Ante este panorama, científicos de la Unidad de Investigación y Desarrollo de Tecnología Farmacéutica (UNITEFA, CONICET-UNC) trabajan en el desarrollo de un dispositivo, aun no probado en humanos pero si exitosamente en animales, que al ubicarse en la parte inferior del ojo deposita en él Acetazolamida(AZM), un fármaco eficiente para mantener la presión ocular baja.
"Podría asemejarse a un lente de contacto, solo que estos tienen una curvatura porque van en el centro del ojo, y la película que desarrollamos sería un disco que va en la parte inferior”, explica, en diálogo con Agencia CTyS, Santiago Palma, miembro del equipo de trabajo de UNITEFA-CONICET.
El film queda depositado y libera AZM de manera constante.
Para su fabricación, los investigadores utilizaron polímeros, macromoléculas biocompatibles que se usan en un rango muy amplio de productos de medicina humana y están aceptadas médicamente; Palma detalla que utilizaron aquellos que son considerados seguros, derivados del ácido acrílico y la celulosa.
La droga implementada resulta muy efectiva pero presenta complicaciones al suministrarla de otras formas. El Doctor Luis Ignacio Tártara, otro miembro del equipo de trabajo, afirma que el AZM en forma líquida no llega a penetrar en el ojo y por eso se lo suministra vía oral. Sin embargo, produce reacciones adversas como decaimiento, calambres y por eso pensaron la alternativa tópica cargándolo en el film.
Además, la innovación permitirá que el fármaco ingrese totalmente al globo ocular, a diferencia de lo que sucede con el método más utilizado en oftalmología, las gotas, que poseen componentes que desestabilizan membranas para poder penetrar las barreras que tiene el ojo pero aún así parte de la droga se pierde en ese pasaje.
Tártara explica que al colocar el film en la zona conjuntiva, dejarlo, y que vaya liberando AZM varios días, se podría evitar depositar continuamente gotas en el ojo y así disminuir las reacciones locales y sistémicas en él.
El objetivo de los investigadores es elaborar un sistema integrado. Así lo explica Palma: "La idea final es un dispositivo como si fuese una lapicera de punta muy gruesa del tamaño de la película, que tenga cargado un cartucho con un film y el resto detrás, conservados de manera estéril”.
En ese caso, lo único que debe hacer el paciente es apoyar la herramienta en la superficie del ojo, en la parte inferior, y apretar un botón, cual lapicera, para depositar el film.
La película fue exitosamente probada en animales, en los que los investigadores no detectaron irritaciones ni efectos secundarios, y el próximo paso es obtener resultados similares en humanos.