Viernes 22 de Noviembre de 2024

INTERNACIONALES

28 de agosto de 2015

Brasil: cómo funciona un modelo de votación seguro y exitoso

Efectivo y práctico, así está calificado el sistema de votación en Brasil. La urna electrónica con lector biométrico evita la impresión innecesaria de boletas, las demoras en el cuarto oscuro y la posibilidad de fraude electoral, además de que acelera el conocimiento de los resultados.

Una de las joyas de la democracia brasileña fue instrumentada en 1996 y a partir de 2008 se incorporó el lector biométrico donde el ciudadano coloca sus huellas digitales y en cuestión de segundos, se comprueba su identidad. Así, esta persona no necesita llevar ningún documento y se evita, además, que alguien vote dos veces.

Esto no es una consecuencia exclusiva del voto electrónico, que está lejos de ser una receta mágica que garantiza transparencia en cualquier caso. Tampoco es fruto de la casualidad o de una medida improvisada que salió bien. Es el resultado de una política de estado planificada y sostenida desde hace casi dos décadas.

Después de muchos estudios y pruebas, Brasil desarrolló un sistema de voto en urnas electrónicas de muy fácil acceso, que reduce el riesgo de irregularidades. Además permite un conteo mucho más veloz y confiable, algo necesario para reducir la incertidumbre ante elecciones competitivas.

El analista Gustavo Segré recordó que en la última elección, en la que votaron más de 142 millones de personas en todo el país, a sólo tres horas del cierre de las mesas ya se había escrutado el 98% y se pudo anunciar el triunfo de Dilma Rousseff por 51,65% de los votos.

En cualquier otro país de la región, ni que hablar en la elección de Tucumán, una victoria tan ajustada habría suscitado reclamos y denuncias de fraude. Pero es tan grande la confianza de la dirigencia en el sistema, que el derrocado admite su derrota en el momento.

"La gente lo utiliza sin inconvenientes y no hay reclamo de ningún lado. Ni del que gana, claro, ni del que pierde. El sistema soluciona cualquier problema de fraude electoral. Además, no hay necesidad de impresión ni verificación de boletas en las mesas", agregó el analista internacional.

Según explicó Segré, el proceso es rápido y le puede llevar a una persona 30 segundos en promedio. "La persona llega al lugar de votación, si es urna biométrica pone la huella, y automáticamente aparecen sus datos en el visor, datos que son corroborados por el presidente de mesa".

Luego, se dirige hacia la urna electrónica, donde debe elegir a quién votar a medida que van apareciendo en la pantalla las fotos de los distintos candidatos. El primer voto es para diputado estatal o distrital y se ingresan 5 dígitos. A continuación, el voto es para diputado federal. Ahí se ingresan 4 dígitos. Para elegir senador, se ingresan 3 dígitos y dos candidatos diferentes en esa etapa. El próximo voto es para elegir gobernador. Allí también se ingresan 2 dígitos. Y por último, se ingresan dos dígitos para elegir presidente.

Una vez que el ciudadano introduce el número de sus candidatos, ve su imagen o foto en la pantalla de la urna. Después de votar por cada cargo en disputa, pulsará el botón para confirmar (verde) o, si es necesario, apretará la tecla corregir (naranja) y reiniciará la operación.

"La urna electrónica tiene un tamaño menor a una notebook y lo único que requiere es energía eléctrica y en caso de un corte de luz, por supuesto, tiene batería. En las últimas elecciones del 2014, apenas un 0,02% del total de las urnas tuvo algún tipo de falla", recordó Segré.

En materia de seguridad, el analista explicó que de la misma manera que los datos son ingresados, una vez concluidos los comicios, "el presidente de mesa cierra la urna y los envía a la justicia electoral también de forma electrónica". Durante la última elección, varias empresas fueron designadas para auditar el proceso y descartar la posibilidad de algún tipo de fraude en el envío de datos. 

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