Jueves 28 de Marzo de 2024

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12 de agosto de 2015

Polémica: un sacerdote platense asegura que el reiki es una actividad demoníaca

Se trata de un cura exorcista de la Arquidiócesis local. Dice que esta terapia alternativa “invoca a espíritus malignos”

Hace casi cien años, el japonés Mikao Usui subió al mítico Kuriyama, monte sagrado en las afueras de Kyoto, y tras 21 días de ayuno y meditación bajó de la cima y denominó a su técnica para canalizar la energía como “Reiki”, un método que se ha popularizado con el correr de los años y que en nuestra ciudad cuenta cada vez con más seguidores. Ahora, mucho tiempo después de aquel origen en la cima de un monte nipón, la terapia alternativa de Mikao Usui parece encontrar en la Iglesia católica a uno de sus más grandes enemigos: según un sacerdote platense, de hecho, este método de relajación e imposición de manos no es más que “una práctica demoníaca”.

El autor de este polémico diagnóstico es Alejandro Díaz, un sacerdote exorcista de la Arquidiócesis local para quien “un católico que ponga su confianza en el reiki está cayendo en el pecado de superstición. Además, la persona que lo practica se expone a nefastas influencias, obsesiones, vejaciones y posesiones diabólicas”.

El reiki es un método de relajación que produce una profunda sensación de descanso que “libera el llamado estrés negativo”

 

Para Díaz, que expuso sus ideas en una conferencia reciente realizada en nuestra ciudad bajo el aval del Arzobispado platense, “el reiki es una práctica que dice manejar ‘energías’, en vista a mejorar la calidad de vida de personas que padecen diferentes enfermedades. Se la considera una ‘terapia alternativa’ y ya la Conferencia Episcopal de Estados Unidos advirtió sobre sus peligros. Hay que tener en cuenta que es una práctica que invoca espíritus malignos y le abre la puerta al Mal, aunque la mayoría de las veces quien se la abre no lo hace de manera consciente. Es como un chico que juega a la ouija y, sin quererlo, termina llamando al Diablo”.

Como probablemente se sepa, el reiki es un método de relajación que produce una profunda sensación de descanso. Libera el estrés negativo y, según quienes lo practican, la persona comienza a recuperar la energía y a revitalizarse. Desde hace más de 5000 años, los chinos sostienen que en el ser humano hay una anatomía básica, la orgánica, y una energética, la de los meridianos y los centros de energía. El reiki trabaja en la anatomía energética.

“Es un proceso de encuentro entre dos energías -sostiene la tereapeuta local y especialista en reiki Ruth Mosqueda-: la energía vital y nuestra energía física, y es ante todo una herramienta muy efectiva en la que se ayuda a desbloquear las energías estancadas. No se practica culto a nadie, no tiene raza ni credo. Se trata de una práctica terapéutica reconocida por la Organización Mundial de la Salud, así que no se entiende por qué este ataque incoherente de un sector de la iglesia católica”.

En la actualidad, se estima que más de cien mil argentinos practican esta terapia japonesa, y los centros donde se imparte y se enseña su método de imposición de manos en la Ciudad se multiplicaron en los últimos años a la velocidad de un boom.

La Asociación Argentina de Reiki (AAR), por su parte, asegura que en el país el número de practicantes de esta terapia creció en los últimos años de manera notable, a pesar de la distancia prudencial que mantiene precisamente la Iglesia. Tal vez por eso, para evitar controversias, sus cultores prefieren no hablar de cura sino simplemente de armonización. Y prevén que en pocos años este método táctil difundido a principios del siglo pasado estará tan establecido como el yoga. “A mí los propios médicos me llaman de hospitales para que lo imparta -asegura Mosqueda-, por eso es inadmisible lo que dice este sacerdote. Entiendo que es apenas un sector de la Iglesia, porque no creo que el Papa Francisco tenga esa visión tan limitada de lo que es el reiki” (ver aparte).

Según la terapeuta local, la tarea de quienes imparten reiki “es equilibrar la cantidad de energía, porque ni en la euforia ni en la depresión funciona bien. Se trata de una técnica táctil que popularizó la idea de dar reiki al otro. Aunque en realidad el método es para uno. Con las manos uno puede relajarse, controlar la mente y mejorar la vitalidad. Es decir que al reiki hay que vivirlo, tal cual como sucede con el yoga. Y como el yoga, las manos del reiki actúan sobre los supuestos chakras o centros de energía”.

“Las posiciones coinciden con las glándulas corpóreas -detalla la especialista en esta terapia-. Hay siete que son elementales: raíz, sakro, plexo solar, corazón, garganta, frente y coronilla. Los chakras transforman la energía natural en otra que produce armonía. Para algunos es sanador; otros simplemente prefieren señalarlo como un proceso de armonización.”

La gran diferencia con el yoga, se apunta, es que el reiki (al igual que otras prácticas como el feng shui, siempre emparentadas a lo que se denomina New Age) despierta la sospecha de sectores eclesiásticos y, en algunos casos, hasta científicos. Como lo expresa el documento episcopal al que hace referencia el sacerdote platense, para un buen católico está bien hacer yoga, escuchar música relajante, oír el horóscopo por radio o leer un poco de Osho, pero hay que saber discernir por dónde pasa la verdad cristiana y no tomar esta práctica como si fuese algo sagrado.

“Dado que no se justifica acceder al reiki desde la ciencia ni desde la fe -asegura Díaz-, los católicos deben abstenerse de esta peligrosa técnica porque lo único que están haciendo es abrirle la puerta a la acción satánica”.

Antecedente
Hace dos años, el teólogo y sacerdote francés Paul Marie de Mauroy, invitado por el Arzobispado de Paraná, calificó durante una conferencia en la capital entrerriana a las disciplinas alternativas, entre las que mencionó al reiki y la homeopatía, como “obras del demonio”

 

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