Viernes
22 de Noviembre de 2024
JUDICIALES
5 de agosto de 2015
El juez Néstor Luis Montezanti, ex Personal Civil de Inteligencia, está acusado de haber integrado la Triple A, en momentos en que el grupo paraestatal tenía una activa participación en la represión ilegal contra estudiantes y gremialistas locales.
En el marco de la investigación sobre los crímenes del terrorismo de Estado en Bahía Blanca, el juez federal subrogante Alejo Ramos Padilla citó a prestar declaración indagatoria al actual presidente de la Cámara Federal de Apelaciones, Néstor Luis Montezanti. El magistrado, quien deberá presentarse el próximo 27 de agosto, está acusado de haber integrado la Triple A -conjuntamente con miembros de la CGT local e integrantes de las fuerzas de seguridad- de activa participación en la represión ilegal, particularmente la que se centró sobre el ámbito universitario y gremial durante la etapa previa al golpe de Estado del 24 de marzo de 1976, y de haber sido cómplice del plan criminal desplegado posteriormente durante la última dictadura.
La decisión judicial va en línea con lo requerido por el fiscal general Miguel Ángel Palazzani y el fiscal ad hoc José Nebbia, quienes habían solicitado la investigación de un grupo de civiles acusados de conformar una asociación ilícita con el objetivo de llevar adelante la “erradicación y eliminación, mediante el uso de la violencia y la intimidación, de toda expresión de activismo político, estudiantil, laboral y gremial contraria a sus ideas”.
En efecto, en abril los representantes del Ministerio Público pidieron que se investiguen 22 homicidios perpetrados por parte de grupos paramilitares entre 1974 y 1975, en la etapa del terrorismo de Estado inmediatamente anterior al golpe del 24 de marzo, “en los ámbitos históricamente más propensos a la movilización político-social: los sectores gremiales y estudiantes”.
Los fiscales sostuvieron que todos los casos bajo estudio evidencian “los requisitos típicos del crimen de lesa humanidad, toda vez que estamos hablando de asesinatos cometidos como parte de un ataque generalizado o sistemático contra una población civil”, siendo su carácter más notorio la actuación de grupos paraestatales, “bajo la dirección de blancos y medios y/o el amparo de la estructura estatal”. En ese marco, hace unos 20 días, Palazzani y Nebbia pidieron la indagatoria del actual camarista federal.
Al fundamentar la citación a indagatoria sobre Montezanti, Ramos Padilla consideró que los elementos presentes en la causa no sólo sustentan la sospecha respecto a su vinculación con la Triple A, sino también sobre su participación en el secuestro, privación ilegítima de la libertad, amenazas y tormentos de Jorge Omar Riquelme Esparza.
Ex militante de la Juventud Peronista con actividad social en el Barrio 17 de Agosto, Riquelme Esparza se desempeñaba como enfermero en el Hospital Municipal de Bahía Blanca. A mediados de 1977, fue secuestrado de ese lugar y trasladado al Comando del V Cuerpo del Ejército, donde fue víctima de torturas durante los reiterados interrogatorios a los cuales fue sometido. Su testimonio ubica a Montezanti, por entonces abogado apoderado de la UOM, entre los responsables de su secuestro y cautiverio.
Entre las pruebas reunidas por los representantes del Ministerio Público Fiscal sobresalen los antecedentes de Montezani como perteneciente al Personal Civil de Inteligencia del Destacamento 181 desde 1980, donde –según consta en el legajo remitido por la Dirección de Derechos Humanos del Ministerio de Defensa- prestaba funciones con el grado A-1, “asesor universitario”. Más aún, quien avaló su ingreso al Destacamento fue nada menos que José Osvaldo Riveiro, el ex integrante de la Triple A condenado en Francia por crímenes de lesa humanidad ejecutados en el marco de la Operación Cóndor y actualmente prófugo de la justicia argentina.
No casualmente, al momento de respaldar la postulación del actual titular de la Cámara Federal de Bahía Blanca como agente de inteligencia, Riveiro aseguró conocer a Montezanti desde 1975 –época en que se encontraba en pleno funcionamiento la Triple A- agregando que ese conocimiento era “en profundidad y con el tiempo y asiduidad de trato suficiente para avalar sus condiciones morales, ideológicas y familiares”.
Por otra parte, son múltiples los testimonios que identifican al actual magistrado como el hombre “de traje y corbata” que charlaba amistosamente con el grupo de “matones” que el 26 de agosto de 1974, a punta de pistola, copó la Universidad Tecnológica Nacional para rechazar el nombramiento de un nuevo decano y, en su lugar, sostener la permanencia en el cargo de Emilio Garófoli, hombre afín a la derecha peronista. (InfoGEI) Mg