Domingo
24 de Noviembre de 2024
1 de agosto de 2015
Con alegría y sobre todo mucho respeto, catamarqueños y turistas participaron este sábado 1 de agosto del tributo a la Pachamama organizado por la Casa de la Cultura.
Guiados por el profesor Mario Toro y por Emiliana Gutiérrez, de la comunidad de Laguna Blanca, todos los presentes rindieron tributo a la Madre Tierra, agradeciendo y ofrendándole sus frutos.
Toro explicó el significado de esta celebración que, con sus diferencias en cada comunidad, es común al mundo andino. Y tras pedir permiso a la Pacha y a los apus, dieron inicio a la "Corpachada”, que no es sino alimentar a la tierra, devolviéndole en parte todo lo que ella da.
"Kusilla, kusilla, permiso para corpachar”, dijo Emiliana animando a todos a dejar sus ofrendas en un hueco cavado en la tierra, que representa la boca de la Pachamama. Nueces, pasas, semillas, maíz, hojas de coca y vinos fueron depositándose en las entrañas de la tierra, mientras algunos de los presentes se desafiaban con un contrapunto de coplas.
Nadie se quedó sin presentar su ofrenda y sin tomar –como marca la tradición- el te de ruda tradicional con el que se trata de ahuyentar los males de agosto.
"La Corpachada es un homenaje que todos los pueblos hacen a la Pachamama, ofrendando los frutos que cada uno produce, lo mejor que uno tiene se lo da a la tierra, así después la tierra devuelve”, explicó Emiliana Gutiérrez, nacida en Laguna Blanca (Belén) y guía turística.
En el marco de la celebración, además de servir te de ruda, el personal de la Casa de la Cultura colocó en la muñeca izquierda de todos los asistentes una pulsera de lana de oveja hilada al revés, otra tradición con la que se procura ahuyentar los males de agosto.
"Agosto es un mes duro, difícil, por eso en Laguna Blanca no solo tomamos te de ruda y sahumamos con ruda la casa, sino que nos ponemos estas pulseritas que nos quitamos y quemamos recién el 31 de agosto, cuando ya pasa el mes”, explicó Emiliana.
"Rendir homenaje a la tierra y pedir prosperidad para nuestra tierra y nuestra gente es algo que trasciende a todas las culturas. Y que la Casa de la Cultura sea el espacio donde confluya esta manifestación ancestral y tantas otras manifestaciones de la cultura le termina de dar sentido a este lugar”, señaló la secretaria de Cultura, Patricia Saseta, feliz por la convocatoria.
Tras la ceremonia, bailarines del ballet Raza Gaucha, dirigidos por el profesor Gustavo Sosa, desplegaron coloridos huaynos y bailecitos; y el grupo Sangre Andina interpretó temas del cancionero folklórico que todos los presentes acompañaron con entusiasmo.
La Casa, de fiesta
La Casa de la Cultura se preparó especialmente para celebrar este 1º de agosto el Día de la Pachamama. Desde afuera, ya se respiraban aires distintos. Una gran bandera whipala –realizada por el personal de la Casa- recibía a los visitantes. Adentro, también había una ornamentación alusiva: tientos con cintas de colores –como las que usan en Laguna Blanca para arriar las vicuñas durante el chaku- atravesaban el primer patio de la casa, donde además se colgaron telas con iconografías aborígenes.
En el microcine de la casa se proyectaron imágenes de la Fiesta de la Pachamama que, cada 1º de agosto se realiza en Laguna Blanca y que cada año convoca a cientos de turistas, interesados en conocer esta celebración de la tierra que realiza la comunidad belicha.
Un traje con el que se representa a la Pachamama y otro que refiere al Coquena, dos deidades del mundo andino, se exhiben también en la casa, completando esta propuesta que tan bien fue recibida por catamarqueños y turistas.
Desde la Casa de la Cultura agradecieron a Whipala, un local de objetos y accesorios norteños ubicado en Mate de Luna 280 que prestó algunos productos para decorar el lugar.