Martes
26 de Noviembre de 2024
POLICIALES
21 de julio de 2015
La investigación se extendió cinco meses. La banda estaba descontrolada. Habían montado un call center de secuestros virtuales desde donde relizaban 150 llamados por noche.
Al menos, en un 20 por ciento de esas llamadas, eran efectivos y consumaban "los secuestros virtuales".
El call center funcionaba en una casa de Villa Devoto. Allí, la banda entrenaba a sus lloronas. Es impactante que en una de las escuchas se percibe una charla normal entre uno de los ladrones y su novia; y de fondo, en el call center, una llorona està participando de la estafa a una víctima.
Las víctimas más buscadas eran de los barrios de Recoleta, Belgrano y Almagro.
La investigación del fiscal de San Fernando Alejandro Musso, y de la DDI local, permitió dar con los secuestradores virtuales y atrapar a cada uno de los integrantes de la organización.
Terminaron detenidos, las lloronas, los extorsionadores, y los cobradores.
Lo que llamó la atención de la banda es en qué gastaban lo recaudado. Parte de la fortuna la colocaban en autos de alta gama, y otra parte, en objetos de oro.
Por lo menos, uno de las tantas bandas de estafadores virtuales, está desmantelada. En este caso, son de origen gitano, podrían no serlo.
La sospecha es que los "expertos del call center", son los que tuvieron como víctima, entre otros a la periodista Sandra Russo. Y está bien llamarlos "estafadores" porque el delito que cometen es ese: "la estafa".
Como siempre, la policía reitera el consejo de siempre. Ante un llamado de estos la única opción es cortar. Si se tratase de un secuestro verdadero, donde el delincuente quiere cobrar a cambio de liberar a la víctima, el captor volvería a llamar.
Cortando la llamada -sin dudas es difícil animarse- se evita el delito.