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POLICIALES
12 de julio de 2015
El menor se suicidó el martes pasado a la mañana, luego de estar bajo el efecto de sustancias las horas previas y sin que sus familiares puedan controlarlo.
El trágico final de un adolescente adicto enardeció a sus familiares, quienes solicitaron ayuda en la Justicia, la Policía y el Estado y nadie la ayudó. Lo dijo la familia de un adolescente de 14 años que era adicto y jamás recibió ayuda para controlar su adicción.
El menor se suicidó el martes pasado a primeras horas de la mañana, en su vivienda, luego de ausentarse y permanecer toda la noche fuera de la casa consumiendo.
El suicidio ocurrió en el norte de la ciudad Capital, alrededor de las 6.15, en una vivienda ubicada en el Lote Nº 7, Manzana "F”, del Barrio Eva Perón, donde el adolescente E. P. vivía con sus padres.
El menor se encontraba sin vida cuando sus familiares lo hallaron
"Cuando lo encontramos, lo trajimos acá a la habitación y no pudimos reanimarlo. Él había andado (sic) toda la madrugada consumiendo pastillas y todo eso que él consumía. Nos dio bronca porque habíamos pedido ayuda a la Policía en ese momento", comentaron las hermanas de Pacheco, entre lágrimas.
"Ése día pedimos ayuda en la comisaría, porque mi hermano andaba empastillado y no lo podíamos controlar. Les pedíamos que lo arresten así lo podíamos llevar al Humaraya, para que lo internen. Dijeron que lo iban a buscar y nunca lo hicieron", criticaron los familiares.
"Ahora lo estamos velando. Está dentro de un cajón. Estamos destrozados. Nunca nos escucharon porque nos decían que tenía catorce años y no podían hacer nada. Ahora estamos llenas de bronca porque no lo tenemos más con nosotros", comentó Dora, la hermana del adolescente.
En este contexto, cuando los uniformados fueron al lugar para anoticiarse del suicidio los familiares del adolescente cargaron contra ellos por no haber respondido a su primer pedido de arrestarlo horas antes cuando se encontraba bajo el efecto de sustancias.
"Cuando la Policía vino acá, yo misma los saqué corriendo. No sé qué querían hacer ya, cuando nosotros le habíamos pedido ayuda horas antes y jamás vinieron. Cuando vinieron mi hermano ya estaba sin vida ahorcado", contó María, otra de las hermanas del menor.
No obstante, y pese a ese primer momento de rabia contra la Policía, los uniformados pudieron certificar el suicidio y dieron intervención a la Fiscalía de Instrucción Nº 9, y las actuaciones quedaron a cargo del personal de la Unidad Judicial Nº 7.
"Fuimos a pedir ayuda a la Justicia de Menores y nos dijeron que no podían. Al Humaraya igual. Golpeamos miles de puertas en vano”, manifestaron sus hermanas.
En esta línea, las mujeres solicitaron un instituto de internación forzada para adictos de la provincia. "Porque él cuando estaba internado en el Humaraya, de lunes a viernes, él estaba muy bien, pero era dado de alta el sábado y se descontrolaba. Intentábamos controlarlo, pero era imposible. Yo era una de las únicas personas a las que le hacía caso, y me lo llevaba a mi casa que es como una cárcel porque tiene rejas, pero no podía hacer más", concluyó María.
FUENTE: El Ancasti