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INTERNACIONALES
5 de julio de 2015
Miles de griegos coparon la céntrica plaza de Atenas para celebrar la victoria del "no" en el referéndum, que preguntó a los ciudadanos de ese país si aceptaban un acuerdo con los acreedores internacionales que exigía más ajuste a cambio de ayuda financiera.
Los griegos dieron un rotundo "no" al acuerdo de los acreedores europeos e internacionales que exigía más austeridad a cambio de seguir brindando ayuda financiera a Grecia, en un histórico referéndum que supone una victoria del primer ministro heleno, Alexis Tsipras, quien pretende negociar a partir de este lunes en mejores condiciones para un país aún en vilo y bajo la amenaza de acabar fuera del euro.
Escrutados más de un 85% de los sufragios, el "no" se imponía con claridad por 61,54 % de los votos frente al 38,46%, según los datos del Ministerio del Interior griego.
Con estos resultados, el primer ministro de izquierda de Grecia consigue un rotundo apoyo de los ciudadanos griegos a la postura que mantuvo frente a los acreedores, de rechazo a las duras condiciones -como subidas del IVA y recortes a las pensiones, sin un alivio de la deuda griega- que se pretendían imponer al país mediterráneo en las negociaciones para obtener la ayuda financiera que necesita para seguir a flote.
Tan pronto se conocieron los primeros resultados, miles de griegos se congregaron en la emblemática plaza Syntagma de Atenas para celebrar lo que para muchos de ellos ha sido una "lección para Europa".
El mensaje de las urnas está dirigido directamente a la Troika -el tridente conformado por el Banco Central Europeo (BCE), la Comisión Europea (CE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), cuyas políticas mantienen ahogada a Grecia desde hace cinco años.
Grecia ha demostrado que "cuando un pueblo tiene fe y conciencia colectiva puede resistir", aseguró Tsipras, en un mensaje televisado tras la victoria del "no" en el referéndum.
El primer ministro heleno subrayó que el referéndum "no tiene vencedores ni vencidos" y probó que "la democracia no puede ser chantajeada".
Además, anunció que mañana mismo su gobierno retomará las negociaciones con los acreedores con la prioridad de "restablecer el funcionamiento del sistema bancario".
En implícita respuesta, a última hora el presidente de la CE, Jean Claude Juncker, convocó una conferencia con los presidentes de la Eurocumbre, el Eurogrupo y del BCE, para tratar los resultados del referéndum griego mañana por la mañana.
El funcionario "tomó nota del resultado del referendum de en Grecia, y lo respeta", informó la Comisión Europea (CE) en un comunicado.
Juncker está realizando consultas con los dirigentes de los otros 18 miembros de la Eurozona así como con los jefes de las instituciones de la Unión europea, antes de dirigirse al Parlamento Europeo en Estrasburgo el martes que viene, agregó la CE.
Además, si bien oficialmente no se ha convocado ninguna reunión de emergencia de los ministros de Finanzas del Eurogrupo, sí está previsto que se reúnan los viceministros de economía y finanzas, y responsables del Tesoro de los países de la zona euro.
Asimismo, el presidente francés, Francois Hollande, recibirá el lunes por la tarde en París a la canciller alemana, Angela Merkel, para evaluar las consecuencias del referéndum griego. Ambos líderes europeos impulsan una cumbre de jefes de Estado para el martes.
Los socios europeos habían advertido que un rechazo del plan de los acreedores empujaría a Grecia hacia la salida del euro, lo que podría suponer el inicio del fin de la monea común y desestabilizar la economía mundial y los mercados.
Tripras reiteró que el pueblo griego "no se pronunció sobre si Grecia quiere permanecer en el euro o no", sino "sobre qué Europa queremos".
"Soy muy consciente de que el mandato que me dieron los ciudadanos griegos no es contra Europa sino paca buscar un acuerdo sustentable con para sacarnos de esta situación. Estoy seguro de que hay soluciones justas, sostenible", añadió.
En ese sentido, sostuvo que buscará un acuerdo que no implique más presión sobre las capas bajas castigadas por el ajuste y que negociará una reestructuración de la deuda griega, sobretodo después de que el propio FMI dijo que había que buscar una solución porque era insostenible.
"El BCE entiende la situación de Grecia, no solo económica sino humanitaria", apuntó.
"Ellos cerraron nuestros bancos. Nos querían doblegar", pero el pueblo griego "rechazó el ultimátum", dijo, por su parte, el ministro de Finanzas y principal negociador griego, Yanus Varufakis.
"Con este generoso 'no' que nos dio el pueblo griego, ignorando el miedo creado con el cierre de los bancos y por los medios masivos de comunicación, trataremos colaborar con nuestro socios", añadió.
"Los llamaremos uno por uno para buscar puntos en común", subrayó Varufakis, quien también se comprometió a mantener una "actitud positiva" en el diálogo con la CE y al BCE, que la semana pasada se mantuvo neutral".
"A partir de mañana, Europa, cuyo corazón late en Grecia, comenzará a sanar sus heridas, nuestras heridas", prometió.
El ministro francés de Economía, Emmanuel Macron, había subrayado, cuando los griegos aún estaban votando, que incluso en caso de que el "no" ganara en el referéndum, desde mañana habrá que volver a discutir un acuerdo con Atenas para impedir la salida de Grecia del euro.
Macron dijo que en esa negociación el objetivo será "encontrar un compromiso para Grecia basado en las reformas, en una deuda sostenible, en una evolución de la situación financiera -para lo que nosotros también tendremos que hacer esfuerzos-, en un acompañamiento administrativo, político".
Del lado alemán la postura es mucho más dura, y hay fuentes que incluso ven inviable retomar las negociaciones con Grecia.
A última hora, el vicecanciller y ministro de economía germano, el socialdemócrata Sigmar Gabriel, declaró al cotidiano Tagesspiegel que Tsipras había "destruido los últimos puentes que tenían Europa y Grecia para encontrar un compromiso", según las cadenas BBC y Deutsche Welle.
El ministro alemán de relaciones exteriores, Frank-Walter Steinmeier, fue algo más moderado, al decir que "la pelota está ahora en el campo de Atenas" y aún Martin Schulz, el presidente del Parlamento Europeo (PE), coincidió ante la TV ARD de Alemania pese a seguir siendo un cerril detractor de la importancia del referéndum de hoy.