La denuncia de una mamá que reveló que su hijo de 7 años, que va a primer grado, fue abusado sexualmente por ocho alumnos de séptimo grado en el baño de un colegio público de Rosario derivó ayer en una drástica decisión del Ministerio de Educación de Santa Fe: la intervención del establecimiento educativo y el desplazamiento del director y tres vicedirectores. Las primeras pericias marcan que existió el abuso pero que la víctima no sufrió acceso carnal.

El crudo testimonio de Mabel, la mamá de un chico de primer grado de la escuela Nº 1.318, ubicada en barrio La Lagunita, en el oeste de la ciudad, fue la punta del ovillo de un escándalo que desde el lunes sacude a la comunidad educativa de Rosario. Según la mujer, su hijo fue abusado por un grupo de alumnos que cursan el último año de la escuela primaria. “Lo estaba preparando para llevarlo a la escuela y en ese momento se largó a llorar y se tiró al suelo. Ahí me contó todo, me dijo que los chicos que siempre lo molestan lo encerraron en el baño y le metieron el pito en la cola, esas fueron sus palabras”, contó entre lágrimas y con un nudo en la garganta en la puerta del colegio. La mamá detalló además que, a pesar de que van a séptimo grado, los implicados son adolescentes y tienen “entre 13 y 16 años”. También afirmó que su hijo reconoció a seis de ellos tras el supuesto ataque.    

La Justicia de menores abrió rápidamente un expediente para investigar lo ocurrido. Ayer, la jueza Dolores Aguirre Guarrochena, a cargo de la investigación, se comprometió a que el “caso no quede impune”, aunque pidió no caer en una “casa de bruja”. “No hay intención de ocultar nada, ni de parte de Amsafé –el gremio que nuclea a los maestros– ni del Ministerio, ni del poder judicial”, afirmó la magistrada.  

A la par de la investigación judicial en curso, desde el Ministerio de Educación de la provincia se resolvió intervenir la escuela para “descomprimir” el impactó que generó la noticia. El lunes, el establecimiento amaneció con marcas de piedrazos y con pintadas con los nombres de los supuestos abusadores.  Un grupo de padres de los alumnos de séptimo grado se quejaron porque, según entienden, todos los chicos quedaron “en la misma bolsa”.

“Están todos amenazados y la mayoría son inocentes. Tal es el nivel de violencia que el fin de semana intentaron quemar la casa de uno de estos alumnos”, señaló indignada otra mamá del grado en que ocurrieron los hechos.Ayer, la jueza pidió no “propiciar juicios apresurados” y dijo que aún espera los resultados de algunas pericias para arribar a una conclusión.

Sin embargo, el psicólogo Fernando Tavella, coordinador de los equipos socioeducativos del ministerio de Educación, señaló que los primeros estudios revelaron que existió el abuso pero que no hubo acceso carnal.El niño agredido se encuentra con asistencia psicológica permanente. Y ayer ya fue anotado en otra escuela rosarina por pedido de su familia.