Según una de las trabajadoras del hospital Piñero de la ciudad de Buenos Aires, el mural es una muestra “de violencia simbólica hacia todas las personas que vienen a atenderse”. En la carta que presentaron director de la institución, el médico Daniel Rivero, se pidió que se tape el mural y que “reconsidere esta propuesta artística en base a un proceso de mayor representatividad y legitimidad”.

La empleada aseguró al diario Página 12 que: “Se decidió pintar una figura que hace alusión a un feto. Eso simbólicamente es violento para las personas que transitan el pabellón donde hay multiplicidad de situaciones”.

El reclamo fue avalado por la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto Legal Seguro y Gratuito, la Red Nacional de Profesionales por el Derecho a Decidir, y legisladores de distintos bloques. Unos días mas tarde, la artista Lisette Feider se sorprendió al ver que un gran tablón tapaba su obra, la cual próximamente desaparecerá. Para evitar que el dibujo se olvide, la artista compartió una imagen en su cuenta de Instagram y pidió a sus seguidores que lo impriman donde lo deseen.

La respuesta de Feider
“En Maternidad, ¿quiénes son los pacientes? Las madres y los niños por nacer, hasta dónde yo sé…”, se defendió la artista en una charla con Infobae. “Le presenté diferentes bocetos y fueron seleccionados 3. Uno para el interior, que representa a una madre con un niño de 2 años más o menos, y otros dos para la fachada. Eran una mujer embarazada y un niño por nacer, en avanzado estado de gestación. Yo respeté totalmente los bocetos”, contó Feider.

Las críticas contra Feider indican que es “antiderechos“, por su postura cercana a los pañuelos celestes. Luego de la denuncia por “violencia simbólica” contra su arte, el cual ya fue tapado, la mujer recordó que uno de los comentarios en su contra indicaban que una mujer que viese el mural podría cambiar de opinión y no abortar. “¿Pretenden llevarlas a abortar con un pañuelo en los ojos para que no vean el retrato de una embarazada feliz?”, reflexionó la artista.