Viernes
22 de Noviembre de 2024
PERSONAJES
27 de septiembre de 2019
Soledad Yanina Lescano está acusada de ser cómplice de su ex pareja por el crimen de su hijastra de dos años, muerta a golpes. La joven condenada a perpetua por el crimen de Fernando Pastorizó, subió a su Facebook fotos con su nueva amiga, y posteó: “hermana de otra vida”
De un día para el otro, Nahir Galarza pasó del flash de su celular en una celda iluminada a la oscuridad monótona de un calabozo. De la exposición de su Facebook al castigo y la incomunicación.
Las autoridades de la Unidad Penal de Mujeres Número 6 de Paraná, Entre Ríos, la sancionaron después de que subiera con un celular fotos suyas a su cuenta con la leyenda “Cumpliendo la maldita condena”.
Pero, además de su sonrisa, en las imágenes surge una revelación: la acompaña una joven a la que Nahir, de 20 años, define como S.L., “hermana de otra vida”.
Esa mujer, de 28, posa sonriente, haciendo con sus manos el gesto de tener un arma, se llama Soledad Yanina Lescano. El delito por el que está presa es aberrante: está acusada junto a su ex pareja, Miguel Angel Cristo, por el crimen de Nahiara Cristo, su hijastra de dos años.
El 7 de febrero, la nena llegó en estado desesperante al hospital San Roque de Paraná, donde murió. Horas después, en el mismo hospital, Yolanda dio a luz a sucuarto hijo, fruto de su relación con Miguel Cristo. Le puso Génesis Belén Cristo. “Todos mis hijos tienen nombres bíblicos”, contó.
Miguel Ángel Cristo y su hijita Nahira, brutalmente asesinada a golpes
En su perfil de Facebook, mientras a su hija Nahiara le quedaban horas para morir y a su hija Géneses le quedaban horas para nacer, Cristo publicó una foto de la ecografía y escribió: “Falta poquito hija, sino yegaban (sic) a mi vida tu mamá y bos (sic) yo no cambiaba (sic) más las amo”.
“En 20 años de carrera nunca vi algo así. No puedo describir cómo llegó esa criatura”, dijo uno de los médicos que la recibió.
La nena, además de golpes, tenía quemaduras de cigarrillo en todo el cuerpo y estaba en estado de desnutrición.
Lescano y Cristo fueron imputados por el fiscal Juan Malvasio por homicidio triplemente calificado por el vínculo, por alevosía y por ensañamiento. De ser hallados culpables, la pena máxima es igual para ambos casos: cadena perpetua.
Lescano y Cristo en una foto de su red social. Ella tenía tres hijos de una relación anterior, él era padre de Nahiara. Tuvieron una beba el mismo día que la pequeña de dos años murió en el hospital
“No está claro si Lescano participó de las torturas y maltratos, pero la omisión ya la equipara a la calificación de homicidio porque no hizo nada para evitar que ocurriera”, dijo una fuente judicial a Infobae. El fiscal anticipó que en el juicio, que aún no tiene fecha, pedirá que sean condenados a perpetua.
Lescano está presa en el mismo pabellón que Nahir. Gozaba de prisión domicilaria con una tobillera electrónica porque tiene cuatro hijos y además estuvo en silla de ruedas un tiempo por las secuelas de una cesárea. Pero se la revocaron porque salió de su casa. Según ella, para denunciar por violencia de género al garante de su beneficio judicial, un hombre que sería su nuevo novio.
“Miguel tenía a Nahiara en la cobija que la sentaba siempre, aislada de todos nosotros porque no quería que la tocáramos. Pensaba venderla”, declaró Lescano.
Lescano con sus tres hijos. La mujer gozaba de prisión domiciliaria hasta que salió de su casa con la tobillera. Desde entonces comparte la prisión con Nahir Galarza
Además, según una nota publicada por José Amado en el diario Uno de Paraná, acusó a su ex de pegarle a ella también. “Tengo marcas de ataduras”. Cristo, en cambio, dice que ella le pegaba a su hijita, cuya madre murió poco después del parto.
La jueza Marina Barbagelata hizo lugar al pedido de los fiscales Juan Malvasio y Santiago Brugo de remitir la causa a juicio. Estos afirmaron que Nahiara fue víctima de maltrato por parte de Cristo, desde agosto de 2018 hasta el día de su muerte, el 7 de febrero. Ese día, el hombre, de 28 años llevó a su hija desnutrida y muy golpeada al hospital San Roque, donde falleció. Unas horas después, Lescano dio a luz a su hija por cesárea en el mismo nosocomio.
-Cuando apareció la foto de la amiga de Nahir, muchos querían saber su historia. Y yo la conozco bien –dice Eduardo Gerard, el abogado querellante que representa a la abuela materna de la víctima.
-¿Cuál es esa historia? -pregunta Infobae.
-El muchacho, Cristo, era de la comunidad gitana. Esta mujer, más allá de que la haya golpeado o no a la nena, convivía con él y no pudo no haber visto tanto horror. Hasta se hablan de rituales extraños. La nena fue víctima del odio. Mi defendida también responsabiliza a Lescano por el aberrante crimen.
-Lescano dice que ella también era víctima…
-Hasta el momento eso no se acreditó. Los dos se acusan mutuamente. Él dice que ella torturaba a Nahiara. Y ella apunta a él. No está la fecha de juicio, pero el delito que se les imputa contempla la pena máxima.
La defensa de Lescano afirma que ella también era golpeada y amenazada. Y que en su estado de embarazo avanzado no podía defender a Nahiara. Y que el miedo que le ocasionaba Cristo la inmovilizaba como para hacer la denuncia.
"Confío que se va a llegar al fondo de todo, que se va a saber la verdad de lo que vivimos en esa casa con mis hijos, fue un verdadero infierno. Estoy muy mal y no puedo asimilar lo que pasó. No puedo creer que tratan de lavar las culpas y busquen hacerme culpable de todo lo que pasó. Lamento mucho no haber podido hacer nada por Nahiara, lamento no haber tenido el coraje”, dijo entre sollozos a elonce.com.
Por estas fotos, Nahir y su compañera fueron sancionadas. El director general del Servicio Penitenciario de Entre Ríos, Marcelo Sánchez, confirmó que la joven fue “separada preventivamente”. Se inició una investigación interna para determinar cómo llegó a sus manos un teléfono celular
También contó que ella y sus hijos vivían todos encerrados y que la pasaron muy mal. Sobre el día de la muerte de Nahiara, Lescano dijo: “No puedo hablar de eso todavía. Lo único que me acuerdo de ese día es que él me gritaba, me atacaba de todos lados".
Aseguró que el calvario empezó el día que la nena se quemó los pies con un termo de agua caliente. “A partir de ahí empezaron las cosas que pasaron y que vivimos todos. Las cosas cambiaron para él, cambiaron para todos. El cambio fue de un mes para el otro. Le tenía terror a él y pensé que íbamos a terminar todos mal. Cuando venía alguien a mi casa, él decidía quién entraba en mi casa y quién no, pero no sé cómo demostrarlo, hasta llegó a salir con mi nene más chiquito a todos lados, lo usaba de rehén", se defendió.
Sin embargo, el padre de Cristo acusó a Lescano. Dijo que desde que su hijo la conoció se convirtió en otro, como si estuviera poseído.
"Ella hacía brujerías, macumbas y ritos con San la Muerte. Le hizo daño a él, le puso eso en la cabeza. Miguel no está en sí. Lo que hizo es imperdonable. Pero ella un día puso en Facebook que iba a morir una criatura y nacer otra. El día que muere mi nieta, nació mi otra nieta. Fue automáticamente. Como un hechizo negro. Si sabía lo que estaba pasando, entraba con un tanque a rescatar a la nena”.
La amistad con Nahir
Desde que está en la cárcel de Mujeres de Paraná, Nahir y Lescano se volvieron amigas. “Hermana de otra vida”, la definió Nahir en Facebook y escribió: “Creen saber lo que nos pasó porque conocen nuestra condena (social) pero no nuestra historia. Hablar van a habla igual”.
“Son como compañeras del sufrimiento”, definió un allegado de Nahir frente a Infobae.
“Las dos sufrieron violencia de género y se sienten identificadas, Nahir no cree que ella lastimó a la criatura”, dijo la fuente.
“Son como compañeras del sufrimiento”, definió un allegado de Nahir frente a Infobae
Nahir y Soledad comparten, además, la afición por las cuestiones esotéricas. La creencia en vidas pasadas, los sueños telepáticos, las causalidades. A las dos les gusta la astrología. “De ahí a que Nahir la llame hermana de otra vida”, dice el allegado de la joven.
Nahir cumple condena a perpetua por el crimen de Fernando Pastorizzo, a quien mató de dos balazos con la pistola 9 milímetros de su padre el 29 de diciembre de 2017.
El castigo en el calabozo que recibió por haber posteado fotos y tener un celular (considerado “excesivo” por sus compañeras, algunas de las cuales tenían un teléfono móvil) no es el primer episodio conflictivo que vive Galarza en prisión.
La nueva foto de perfil que subió Nahir Galarza a su Facebook
El 14 de marzo, Nahir acusó ante la Justicia a una compañera por abuso sexual. Según declaró, la mujer le tocó la cola y estaba obsesionada con ella.
“Me sacaba la ropa interior y una compañera me contó que miraba por la mirilla de la puerta cuando yo me bañaba o como el cuarto no tiene techo, se subía a una silla para espiarme desde arriba”. Lescano declaró en la causa y salió en defensa de Nahir.
La acusada negó todo y redobló la apuesta: aseguró que Nahir amenazó de muerte a ella y a otra compañera. “Dijo que cuando nos durmiéramos, no íbamos a despertar nunca. Y de noche se nos ponía al pie de la cama, como para asustarnos”.
El 18 de agosto, una guardiacárcel encontró un muñeco en su celda. Era una escoba cubierta con un trapo, un pantalón y un buzo con capucha. Las sospechas fueron que quería usarlo como reemplazo suyo ante una eventual fuga.
“Justo ocurrió cuando salió para ir a votar en las PASO, no descartamos que fuera parte de un plan para fugarse”, dijo una fuente penitenciaria. Pero Nahir lo desmintió entre risas ante Infobae: “Era una broma que le queríamos hacer a una compañera sonámbula. No quiero escapar. Y, además, si lo hiciera armaría una muñeca parecida a mí, no ese palo”.
Después del incidente, Nahir tuvo que dar una explicación a las autoridades. Y reclamó que le devolvieran el pantalón, el buzo y la escoba: “Les pedí las cosas porque son nuestras”, dijo.
Hasta ahora, Nahir –triste, sin poder leer ni mirar televisión- sigue en el calabozo de castigo mientras su amiga espera que en el juicio se pruebe lo que no pudo probar Nahir: que era víctima de violencia de género y no cómplice de un asesinato cruel y desalmado.