La División Criminalística de la Policía realizó pericias en dos autos del principal acusado de abusos sexuales en un jardín de la localidad pampeana de 25 de Mayo, para buscar rastros o huellas genéticas de los niños que, según la denuncia, habría trasladado hasta una quinta de su propiedad, sitio que habría sido el escenario de los delitos.

Un familiar de Sergio Marcelo Tatavitto, el profesor de educación física que permanece detenido por el caso, entregó el miércoles por la noche, en la comisaría de Catriel, de Río Negro, una camioneta Saveiro blanca y un Gol gris. Los vehículos fueron trasladados a General Acha, donde los peritos policiales realizaron las pericias en búsqueda de rastros de los niños, según dispuso el equipo de fiscales que comanda la investigación. El abogado Omar Gebruers, destacó que la medida se realizó a pedido de la defensa.

Desde la fiscalía confirmaron al periódico local El Diario que no habrá nuevas medidas probatorias hasta este lunes. Hasta ahora, entre el viernes y el sábado pasado, declararon en Cámara Gesell ocho niños, cuyos padres denunciaron los casos de abuso sexual. Primero habían denunciado dos casos. Y después se sumaron los otros seis. Sin embargo, después de la formalización contra los acusados (también está detenida la maestra de la salita, María José Tello), se agregaron más denuncias por las que aún no se formalizó la acusación.

Las dos sicólogas que estuvieron al frente de las entrevistas en Cámara Gesell aun no entregaron el informe evaluatorio sobre los relatos de las criaturas. Según trascendió, las entrevistas no se realizaron en condiciones ideales, con muchas personas en el edificio de tribunales de Acha y el revuelo de los padres indignados. Los chicos estaban asustados y las profesionales tendrán que interpertar el significado de los relatos que escucharon.

Los testimonios quedaron grabados y tienen copias tanto la defensa como el abogado que patrocina a los padres denunciantes, Sebastian País Rojo. Este último aseguró que hay pruebas y se animó a afirmar que en diez casos se constataron “lesiones compatibles con abusos”, aunque esta referencia incluiría revisaciones que no están en la causa, por lo menos hasta ahora, porque recién se están ventilando ocho denuncias.

En la investigación ya declararon hasta ahora veinte testigos que cumplían tareas en el edificio de la Escuela Especial, que había cedido aulas para dos salas de jardín de 4 y también para la Coordinación de Secundarios, donde trabajaba Tatavitto. Los acusados declararon en indagatoria, pero parcialmente, para negar los hechos.

“Ya no deberían mantenerlos en prisión, pero dada esta presión social y de la prensa, también entendemos la actitud de los que deben tomar decisiones de tener más prevención a la hora de definir estas situaciones. De los ocho niños que declararon, ninguno confirmó lo que habían denunciado sus padres”, insistió este sábado el abogado Gebruers.

Según el abogado, tampoco aparecieron pruebas comprometedoras luego de la apertura de cuatro teléfomos, diez computadoras y dos cámaras fotográficas que fueron secuestradas en los allanamientos ordenados por los fiscales. “Dio resultado negativo absolutamente. Son más de dos mil fotografías, ninguna se relaciona con los hechos denunciados”, afirmó en declaraciones a Radio Textual. “Las personas que comparten el lugar de trabajo nunca lo vieron salir o entrar con niños”, agregó. (InfoGEI) Mg