Salir a la calle a los catamarqueños los expone a ser presa fácil de los amigos. Durante el fin de semana un adolescente fue blanco de un violento robo con arma blanca y otras cinco personas, entre varones y mujeres, fueron despojadas de sus pertenencias mediante la modalidad del arrebato.

Al hecho más grave lo padeció un adolescente de 14 años. A la denuncia la realizó su padre, de 51 años quien se hizo presente a las 23.30 en la Judicial Nº 2  y relató que un desconocido interceptó a su hijo en las inmediaciones de calles Córdoba y San Nicolas de Bari, y amedrentándolo con un arma blanca,  lo obligó a que le entregara el teléfono celular que llevaba entre sus manos.

Seguidamente, el delincuente se fugó y el chico llegó a su domicilio donde le comentó mediante un mensaje de texto a su padre lo que le había ocurrido. Al momento de radicar la denuncia, el hombre recordó que su hijo le contó que se trataba de una sola persona quien era de apariencia joven y tonada catamarqueña. Pese a los datos aportados por el damnificado,  la policía no logró dar con su paradero.

Seguidilla de arrebatos

Los arrebatos callejeros estuvieron a la orden del día. Luciana Aredes contó en el Precinto Primero que a las 22.10 cuando caminaba por calle Mate de Luna entre Tucumán y Vicario Segura, se le acercó un sujeto que le arrebató el celular.

En la madrugada, cerca de las seis de ayer, María Rosa Cativa, de 62 años fue sorprendida por un motochorro. Sin descender del rodado, el desconocido le arrebató un bolso a la mujer, cuando se detuvo para aguardar el cambio del semáforo en Avenida Bartolomé de Castro y Juan Pablo Vera. En esta misma avenida, Marisol Dufour sufrió el arrebato de una mochila que llevaba en la espalda. El ilícito fue perpetrado por un sujeto quien la sorprendió desde atrás y tras apoderarse de la mochila se fugó corriendo.

Por otro lado, en la Unidad Judicial Nº 5 se reportaron dos arrebatos más. Las víctimas fueron Elisa Delgado y Ramona Olima, de 30 y 44 años de edad. Los hechos ocurrieron en calle Mota Botella y Ayacucho, y en Banda de Varela, respectivamente. En ambos casos, el botín de los delicuentes fueron los teléfonos celulares de las víctimas.

En todos los casos, la policía tras el reporte del ilícito buscaron a los ladrones pero el resultado fue negativo.