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MUNDO
21 de abril de 2019
Ocho explosiones sacudieron la isla este domingo, cuando católicos de todo el mundo celebran la Pascua. (ADVERTENCIA IMAGENES FUERTES)
Los primeros ataques fueron perpetrados prácticamente de manera simultánea. En Colombo, las explosiones sacudieron tres hoteles de cinco estrellas ―Shangri-La Colombo, Kingsbury y Cinnamon Grand Colombo― y la iglesia Santuario de San Antonio. Dos templos más ―la iglesia de San Sebastián y la iglesia Zion― fueron atacadas en la cercana ciudad de Negombo, al norte de la capital, y en la ciudad de Batticaloa, respectivamente.
Las explosiones en tres iglesias católicas romanas se produjeron mientras se celebraba la misa de Pascua. Pocas horas después, las detonaciones ocurrieron en el hotel de tres estrellas Tropic Inn, situado cerca del jardín zoológico en la ciudad de Dehiwela, al sur de Colombo, y cerca de un complejo residencial en Dematagoda, un suburbio de la capital.
La explosión en Dematagoda tuvo lugar cuando los policías que estaban investigando los ataques contra los hoteles localizaron en la zona la casa donde podía encontrarse un sospechoso. Tres agentes murieron en el ataque.
En el hotel Shangri-La Colombo, el restaurante de la segunda planta quedó teñido de negro y resultó devastado por la explosión, con el techo y las ventanas destrozadas, cables sueltos colgando y mesas volcadas.
De momento la Policía no puede proporcionar los detalles acerca del número exacto de las víctimas de cada ataque en cada uno de los lugares, pero según el recuento del medio local Newsfirst, el mayor número de personas falleció en el ataque contra la iglesia de San Sebastián en Negombo, donde la explosión arrancó el tejado, las puertas y las ventanas. En el hospital de la ciudad registraron 104 muertos y 100 heridos. El ataque contra la iglesia de Batticaloa dejó 28 muertos y 51 heridos.
En los ataques fallecieron como al menos 35 extranjeros, que se alojaban en los hoteles. Entre ellos se encuentran dos ciudadanos turcos, un chino, un neerlandés, así como ciudadanos de EE.UU., Reino Unido, Japón, Marruecos, India, Dinamarca, Pakistán y Bangladés.
De momento nadie se ha atribuido la responsabilidad por los ataques, pero los investigadores no descartan que pudieron haber sido perpetrados por islamistas radicales.
Diez días antes de los atentados de este domingo, el inspector general de la Policía de Sri Lanka, Pujuth Jayasundara, emitió una alerta a nivel nacional de que terroristas suicidas planeaban atacar "importantes iglesias" del país. Esta advertencia de inteligencia fue enviada a los oficiales de alto rango el 11 de abril.
El ministro de Defensa de Sri Lanka, Ruwan Wijewardena, describió los ataques como terrorismo y los atribuyó a extremistas religiosos. Por su parte, el primer ministro Ranil Wickremesinghe expresó su temor de que la violencia pudiera desencadenar la inestabilidad en el país y su economía.
Los ataques han sido condenados por Gobiernos de todo el mundo, y el papa Francisco incluyó una mención a la masacre al final de su tradicional misa de Pascua celebrada este domingo.