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11 de mayo de 2015
"Obedeced, señores, sin sumisión no hay ley;
sin ley no hay patria, no hay verdadera libertad,
existen sólo pasiones, desorden, anarquía, disolución, guerra..."
Venerable Prelado franciscano argentino (1826–1883). Desde muy joven descolló por su talento, humildad y patriotismo. Pronunció una famosa alocución en la catedral de Catamarca con motivo de la jura de la Constitución Nacional (1853), que motivó que fuese llamado oficialmente el "orador de la Constitución". En 1855 fue vicepresidente de la Convención Constituyente de Catamarca, y tres años más tarde obispo de Córdoba. Fundó la revista El Cruzado y otras publicaciones religiosas. En 1956, la Congregación de Ritos del Vaticano inició la gestión de su canonización.
Fray Mamerto de la Ascensión Esquiú nació el 11 de mayo de 1826 en la localidad de la Callesita (Dto Piedra Blanca) en la provincia de Catamarca, Hijo de Santiago Esquiú, soldado Catalán enviado por España al Río de la Plata que combatió en el alto Perú hasta ser hecho prisionero por los patriotas; su madre María de las Nieves Medina criolla catamarqueña. Su madre le impuso el nombre de Mamerto de la Ascensión, en homenaje al día en que nació: San Mamerto y el misterio de la Ascensión del Señor, que ese año había caído el mismo día.
Desde los cinco años comenzó a usar, por intermedio de su madre, el hábito franciscano que no lo abandonó en toda su vida, como promesa de su delicado estado de salud. Ingresó al noviciado del convento franciscano catamarqueño el 31 de mayo de 1836 y al cumplir 17 años se ordenó sacerdote celebrando su primera Misa el 15 de mayo de 1849.
Se dedicó fervientemente a la educación siendo maestro de niños y catedrático en el Convento a lo cual dedicó mucho entusiasmo además de fervorosas homilías.
Luego de la cruenta Guerra Civil, el 9 de julio de 1853 predicó su famoso Sermón Constitucionalista (Laetamur de Gloria Vestra), con motivo de la jura de la Constitución Nacional, donde pidió concordia y unión para los argentinos, alcanzando trascendencia nacional. En este discurso Esquiú dejó asentadas muchas verdades, enseñanzas luminosas y una doctrina jurídica y sociológica sólida.
El 28 de marzo de 1854 pronuncia un nuevo sermón con motivo de la asunción de las autoridades nacionales.
Después de este sermón su fama creció y el 2 de mayo el Gobierno Federal lanzó un decreto por el que se disponía la impresión por separado de los dos sermones patrios y su envío en número suficiente al autor y a todas las autoridades civiles y eclesiásticas de la Confederación, al mismo tiempo que se pedía un ejemplar autógrafo de ambos, para ser depositados en el Archivo Nacional.
En 1855 es vicepresidente de la Convención que le debía dar a la provincia su constitución y el 25 de mayo de 1856 pronuncia un nuevo sermón con motivo de la instalación del gobierno provincial.
Ese mismo año y accediendo a los reclamos populares, es elegido diputado de la Legislatura provincial por el departamento Valle Viejo. Fray Mamerto fomentó, inspiró y ejecutó la industria minera, la creación de la renta pública, la instalación del alumbrado público, la erección de escuelas, la introducción de la imprenta, etc.
En esta parte de su vida asume el periodismo como un modo más de expresión de su personalidad. El primer periódico catamarqueño denominado El Ambato, contuvo los primeros ensayos de Esquiú. Artículos sobre la Religión y La Patria, La Inmigración, La Educación y otros mostraban sus intereses y su profunda vocación patriótica.
EL EXILIO:
En setiembre de 1861 se le concedió permiso para residir en el Convento Franciscano de Tarija, Bolivia, famoso centro de irradiación espiritual, apostólica y misionera; este hecho habría sido una gran ilusión del Fray desde que era estudiante.
La falta de vida en común y los acontecimientos que se precipitaban sobre la Patria, las luchas internas que significarían la derrota de la Confederación de Pavón provocaron mucho desánimo en Esquiú, quién no dudó un instante acerca de su traslado al país hermano. Y fue así que el 18 de mayo de 1862, después de haber intentado gestionar una misión de paz ante el gobierno santiagueño por encargo del catamarqueño, comienza su alejamiento. El 16 de mayo Esquiú llega a Tarija, para consagrar su vida a la oración y al estudio.
El 28 de ese mismo mes comenzaba la redacción de su Diario de recuerdos y memorias, extenso documento espiritual en el que quedara retratada su vida.
Al poco tiempo de su estadía en Tarija efectuó las predicaciones cuaresmales del año 1863, como así también la evangelización de los chiriguanos, la confesión de enfermos de fiebre amarilla, la enseñanza de la teología y la atención espiritual de un lazareto. Fue designado profesor de teología en el Seminario y colaborador directo del Arzobispo. También se le asignó la creación de un periódico de inspiración cristiana, que se concretó el 15 de setiembre de 1868 recibiendo el nombre de El Cruzado.
La defensa de la Iglesia en las páginas de El Cruzado fue tal, y en especial la del papado, que Fray Mamerto recibió un cálido reconocimiento en la persona del Papa Pío IX.
Tras la muerte de Mariano José de Escalada, primer Arzobispo de Buenos Aires, el Senado con fecha 22/08/72 propone a Fray Mamerto Esquiú para cubrir tal cargo, designación que fue rechazada por el Fray con una renuncia fechada el 12 de diciembre de 1872. Luego de estos acontecimientos se dirigió a Ecuador y Perú, retornando luego a Bolivia volviendo a asumir su oficio de predicación yendo por diversas ciudades.
Esquiú además, recalcaba la función de cada uno dentro de la comunidad y para poder cumplimentarla se debía tener en cuenta :
1- Saber y Calcular
2- Dedicarse a sancionar lo justo y lo bueno
3 - No flaquear antes las amenazas de la tiranía y el despotismo o ante la seducción de la demagogia
4- Sacrificar las afecciones privadas en aras del bien común .
TIERRA SANTA:
El 1º de mayo de 1875 dejaba para siempre Tarija, teniendo como meta Catamarca a donde llegó el 21 de setiembre.
En las fiestas de San Francisco y de Santa Teresa, volvió a predicar frente a su pueblo.
El 24 de setiembre le fue solicitado una prédica con motivo de la realización de una misa en acción de gracia por la inauguración de la Convención Constituyente que se abocaba a la reforma de la Constitución Provincial.
El 4 de febrero de 1876, después de finalizar todo lo necesario para cumplir con su proyectado viaje a Tierra Santa, emprende el recorrido desde Catamarca. Primero Córdoba y después Rosario y el convento histórico de San Lorenzo; de allí se trasladó a Montevideo. Finalmente el 21 de marzo embarca para Europa pasando por Río de Janeiro.
El 24 de abril desembarca en Marcella y de allí parte a Génova desde donde se dirige a Roma el 28.
El 8 de junio parte a Nápoles y desde ahí pasa a Alejandría, para llegar el 27 a Jerusalén.
El General de la Orden lo llama a Roma, alejándose el 8 de diciembre de 1877 después de casi un año y medio de estadía en Palestina. La misión que le encomendara el General era el restablecimiento de la vida según el ideal de San Francisco, como un humilde obrero.
El 22 de enero se dirigió por brevísimo tiempo a Asís.
El 25 vuelve otra vez a Roma, donde en el mes de abril conoce al nuevo Papa, León XIII.
Génova lo vio partir el 2 de mayo.
REGRESO AL PAIS :
El 28 de mayo de 1878 Fray Mamerto se reencontraba nuevamente con su Patria y el 8 de junio llegó a Catamarca.
A la semana de su arribo a Catamarca, es elegido convencional para la reforma de la constitución provincial, lo cual es aceptado por Esquiú. Se dedica al estudio y redacción de un Proyecto de constitución, que se destaca por la amplitud de miras y la salvaguardia de los intereses populares.
Fray Mamerto Esquiú fue consagrado obispo de Córdoba el día 12 de diciembre de 1880, y tomó posesión de su sede episcopal el día 16 de enero del año siguiente aunque siempre creyó no corresponderle la dignidad episcopal.
Fray Mamerto Esquiú falleció sorpresivamente el 10 de enero de 1883 a las 15 en la “Posta catamarqueña de El Suncho” mientras regresaba de la Rioja en Diligencia.
Los Diarios de la época publicaban:
“Ha muerto no sólo un gran pastor, sino un gran hombre, que iluminó con sus prodigiosos talentos y con la luz de sus conocimientos profundos, el claustro, la Cátedra Sagrada [...] el humilde entre los humildes, que vivía más humildemente aún, ha expirado en un lugar humilde, solitario, privado de todo recurso, rodeado por el misterioso silencio del desierto” (El Eco de Córdoba, 12-1-1883).
“Los buenos se van y cuando los buenos se van es porque algo serio nos prepara la providencia para los malos” (El Ferrocarril, Mendoza, 31-3-1883).
“La humildad, la pobreza, el desinterés, la castidad, el sacrificio, el amor al prójimo, la obediencia; las privaciones y los dolores impuestos a su existencia física. Todo ese conjunto que ha prescripto el rito y que pocos tienen presente, estaba encarnado en el fraile catamarqueño” (El Diario de Buenos Aires, 31-1-1883)
Mientras sus restos mortales descansan en la catedral de Córdoba, el corazón "incorrupto" del religioso permanece en el convento franciscano de Catamarca.
Ha sido considerado popularmente “Patrono de los Abogados Constitucionalistas”
Fue declarado “Siervo de Dios” en 2005 y "Venerable" en 2006 . Su causa de beatificación sigue avanzando.