Sabado
23 de Noviembre de 2024
INTERNACIONALES
11 de julio de 2018
Cuidados, antibióticos, vacunas y dieta limitada son las claves para que todos los rescatados estén con sus familias lo antes posible.
Una vez finalizado el rescate de los niños y del entrenador, ahora es primordial que todos ellos reciban la mejor asistencia médica para que estén con sus familias lo antes posible. Todos fueron trasladados en helicóptero hacia el hospital Prachanukroh, el nosocomio de mayor complejidad de la zona.
Los trece jóvenes están internados en el centro médico más grande de la provincia de Chiang Rai, en un piso especialmente dispuesto para ellos. Desde el Ministerio de Salud Pública de Tailandia confirmaron que los rescatados están en buen estado y que fueron tratados para recuperar su normal temperatura corporal.
El doctor Jessada Chokdamrongsuk declaró que cuando llegaron recibieron nutrientes, vitaminas, vacunas y antibióticos. "Los chicos con frecuencia tienen hambre porque sus cuerpos necesitan comida. Ayer a la mañana los primeros cuatro rescatados pidieron pan y chocolate para untar. Son atletas, por lo que sus cuerpos resisten bien. Todavía reciben solución salina porque los médicos están proporcionando medicamentos por vía intravenosa", informó el profesional.
Chokdamrongsuk también contó que uno de los jóvenes, que arribó al lugar junto al segundo grupo, tenía el cuerpo muy frío y el pulso bajo, pero lo trataron y logró compensarse, mientras que otros dos toman antibióticos porque presentan síntomas de neumonía por la humedad de la gruta.
El especialista además contó que psicológicamente los chicos están en buenas condiciones y que fueron sacados de la cueva con los ojos vendados para protegerlos después de tanto tiempo en la oscuridad. Las vendas se las quitaron recién al llegar al hospital. Hasta el momento, la visión de los primeros cuatro niños ya había vuelto a la normalidad mientras que los segundos cuatro todavía usaban anteojos de sol.
Asimismo, todos los jóvenes fueron vacunados contra el tétanos y contra la rabia aunque el riesgo de que los murciélagos, vectores de la enfermedad, los hayan mordido mientras dormían es muy bajo. Todos pueden caminar, hablar y comer aunque por el momento su dieta es muy limitada porque tienen el estómago delicado.