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INTERNACIONALES
8 de abril de 2018
Luego de que sus simpatizantes no lo dejaran salir, finalmente el ex presidente, condenado a 12 años y un mes por corrupción, pudo retirarse del Sindicato de Metalúrgicos. Será trasladado al penal de Curitiba.
El expresidente de Brasil Luiz Inácio Lula da Silva es trasladado en avioneta por la Policial desde San Pablo hacia Curitiba, en el sur del país, donde será ubicado en una celda policial para hacer cumplir su condena de 12 años y un mes por cargos de corrupción y lavado de dinero, en el final de una extensa jornada donde los militantes de su partido bloquearon la salida del sindicato donde se refugiaba para evitar que se entregue a la Justicia.
Tras casi 48 horas acuartelado en el Sindicato de Metalúrgicos, en la periferia paulista, en el que inició su carrera política y 26 horas después de vencido el plazo dado por la Justicia para entregarse, Lula tuvo dificultades para eludir a los militantes que querían impedir su entrega.
Esta mañana Lula anunció que acataría la decisión del juez Sérgio Moro en un encendido discurso ante una multitud donde afirmó que "no tengo miedo, voy a demostrar que soy inocente" y aseguró que "no perdono (a la Justicia brasileña) por haberle dicho a la sociedad que soy un ladrón".
Al promediar la tarde, el ex mandatario, junto a su abogado, estaba en un auto que se disponía a abandonar el Sindicato de los Metalúrgicos para entregarse a la Policía pero enfrentó una masa humana de militantes del Partido de los Trabajadores (PT) que no le permitió moverse, por lo que salió del vehículo y se dirigió nuevamente al interior del edificio. La multitud, que desde el jueves pasado rodeó el edificio, se fue reduciendo desde que Lula anunciara esta mañana en un encendido discurso que se entregaría para comenzar a cumplir su condena, pero tras el intento fallido de dejar el sindicato aún permanecían en los alrededores varios cientos de personas, según mostraron cadenas de televisión locales.
Ya por la noche y luego de que el PT exigiera a sus militantes que liberaran la salida de Lula y de que la Policía realizara un ultimátum el expresidente pudo entregarse. En medio de empujones y forcejeos entre los responsables de la seguridad de Lula y los militantes el exmandatario finalmente salió a pie y recorrió cerca de 100 metros, rodeado por policías hasta un vehículo de la Policía Federal que lo esperaba en las inmediaciones, reportó la agencia de noticias EFE.
El convoy policial que recogió a Lula se dirigió a la sede de la Policía Federal de San Pablo tuvo que reducir su marcha al llegar por la aproximación de centenas de manifestantes, entre partidarios y opositores.
Los vehículos prácticamente tuvieron que parar en el portón de la instalación policial por la aproximación de manifestantes, algunos gritando su apoyo al considerado líder más carismático de Brasil y otros festejando su detención. Tras la entrada de los vehículos, la Policía tuvo que separar ambos grupos para impedir los enfrentamientos. En su mayoría, los manifestantes eran detractores del líder socialista y festejaron su encarcelamiento sacudiendo una enorme bandera de Brasil y arrojando fuegos de artificio.
Lula fue sometido a un examen físico en la sede policial antes de ser trasladado en helicóptero al aeropuerto paulista de Congonhas desde donde fue llevado en avioneta a Curitiba donde lo espera una celda especial de 15 metros cuadrados que fue adaptada en la sede de esa misma institución.
En Curitiba, un nutrido operativo policial espera la llegada de Lula, donde está tarde simpatizantes y detractores del ex presidente han protagonizado escenas de tensión e incidentes entre detractores y partidarios del político nacido hace 72 años en Pernambuco, en el nordeste de Brasil.
Desde que se conoció la intención del ex mandatario, cientos de simpatizantes se han reunido frente a la sede policial.
La presidenta del Partido de los Trabajadores (PT), Gleisi Hoffmann, convocó este sábado a toda la militancia de izquierdas a "ocupar" Curitiba-también Brasilia- hasta que el ex presidente brasileño sea liberado.
En la noche del jueves, un detractor de Lula resultó herido en Curitiba y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente cuando fue golpeado por un simpatizante y lanzado contra un camión que lo atropelló.
Proceso
El auto de prisión contra Lula fue dictado el pasado jueves por el juez federal Sérgio Moro, responsable por su caso y quien le dio plazo para la entrega hasta la tarde del viernes.
Lula fue condenado en enero en segunda instancia a 12 años y un mes de prisión por cargos de corrupción en el contexto del Lava Jato, una megacausa que salpica a casi toda la clase política brasileña.
La sentencia se produjo a pesar de que los magistrados reconocieron que no hay pruebas materiales que demuestren que el imputado sea dueño del departamento que habría recibido como parte de un soborno de la constructora OAS.
La Justicia rechazó varios recursos de su defensa para evitar una orden de arresto, aunque los abogados de Lula sostienen que aún no se agotaron todas las instancias, y por lo tanto esta orden de arresto les resulta arbitraria.