Por el cierre de la compañía, 170 empleados quedaron en la calle. De acuerdo a El Cronista, la fábrica había sido fundada en 1954 como Cimetal pero en la crisis de 2001 quebró y fue comprada por una firma alemana.

Fue proveedora de las principales automotrices con presencia local pero en los últimos meses, la planta subsistía a costa de pérdidas por la necesidad de vender a precios bajos para competir con insumos importados, en mayor medida de México y Brasil.

El país vecino, por la crisis económica que atraviesa vende a bajo costo y las automotrices le compran para bajar sus costos.

El Gobierno no sólo fue responsable por la apertura de las importanciones, también le negó un préstamo a la empresa para que pueda comprar materia prima barata y de esta forma competir con otras industrias.

Desde la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) aseguran que el crédito por 7 millones de pesos del que hablaron con ministro de Trabajo de la provincia, Julio Genesini, y el de Producción de Santa Fe, Luis Contigiani, no obtuvo el apoyo del gobierno nacional y nunca llegó.