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DEPORTES
31 de agosto de 2016
El nuevo DT de la Academia. “A veces uno no juega como quiere, sino como puede”, afirma el Ruso, quien destaca por igual a Menotti y Mourinho.
No hay un rosario sobre su pecho. La cadena que decora su cuello posee una pelotita dorada. Y guarda cierta lógica desde su creencia. Para Ricardo Zielinski, nuevo entrenador de Racing, el fútbol es una religión. Entonces, no tiene una Biblia junto al calefón. Hay pizarras, aplicaciones para ver videos y un libro en el que se refleja, la biografía de Steve Jobs. “Es un personaje que admiro. Fue un tipo que empezó en un garage y logró ser una de las personas más importantes del planeta. Y a mí me gusta la gente que crece y quiere cambiar el mundo”, dice el Ruso. Y en eso anda el técnico de 56 años, intentando seguir los pasos del genio informático, buscando cambiar el mundo celeste y blanco desde la táctica y la estrategia.
Son las cuatro de la tarde en Avellaneda. Un café es el prólogo de la charla. “Estoy con fiebre, pero hay que trabajar contrarreloj”, revela Zielinski en una mesa, mientras sus colaboradores continúan con la planificación. “Esperaba este llamado. Por eso le dije no a una propuesta de afuera. Y estoy orgulloso de dirigir a Racing”, cuenta.
-¿Qué fue lo primero que les dijiste a los jugadores apenas llegaste?
-Que tenemos que tratar de mejorar. Porque acá hay futbolistas que tienen una jerarquía enorme. Entonces, tenemos material para hacer un equipo competitivo. Y para eso hay que ponerlos en un puesto donde se sientan cómodos, si no será difícil que jueguen bien. Como solía decir el Flaco Menotti, en la casa hay que poner los muebles en el lugar que corresponde.
-Citaste a Menotti, pero muchos te encasillan con un estilo completamente diferente.
-En Argentina hay buenos entrenadores: Menotti, Bilardo, Bianchi, Bielsa, Simeone... Los entrenadores argentinos están entre los mejores del mundo. Se aprende de todos. Parecería que si me gusta uno, te casás con su sistema. Y en el fútbol también hay una grieta. Yo me paro en el medio. Me gusta Mourinho, pero también Menotti. De todos me quedo con Ancelotti, un tipo que es equilibrado.
-¿Y con qué esquema te casás?
-El sistema te lo marcan los jugadores. Ellos son los más importantes, los que resuelven. Si te salvara el sistema, todos copiaríamos al Barcelona o al Real Madrid. Pero no tenemos sus futbolistas. ¿Entonces? Yo no miento, no verseo.
-¿Hay mucho verso en el fútbol?
-El problema es cultural. Algunos se subieron a una línea que, a los oídos de la gente, es muy linda. Ahora, cuando veo a sus equipos en el campo de juego, no aparece el discurso. Y yo en estos últimos campeonatos vi jugar bien al primer River de Gallardo, al Lanús de Almirón, al Central de Coudet y pará de contar. Los demás jugaron muy parecidos, con mayor o menor jerarquía en sus planteles. Por eso yo trato de sostener lo que digo dentro del campo de juego.
-¿Y cómo va a ser tu Racing?
-Quiero un equipo protagonista, intenso, agresivo, con presión alta y circulación de pelota. Quiero convencer al jugador, que tenga sentido de pertenencia y respete el espíritu del club.
-¿Uno de tus principales desafíos es quitarte la etiqueta de técnico defensivo?
-No, porque no lo soy. Si lo fuera, no tendría ningún problema en reconocerlo. Mi intención siempre es ser ofensivo, me gusta jugar bien a la pelota. Y donde hemos estado, mostramos ideas definidas. Cuando pudimos, fuimos protagonistas. En otros momentos, jugamos de contragolpe. Pero el fútbol es así. No en todos los clubes hay abundancia. A veces uno no juega como quiere, sino como puede.
-Pero en Racing tenés jerarquía, da la sensación de que vas a poder jugar como querés.
-A eso apunto, a jugar bien. Por encima del rival está mi equipo. No podés renunciar a lo tuyo para contrarrestar la estrategia del rival.
-¿Cuándo se va a poder ver el equipo que pretendés? ¿Podés pensar en un proyecto en este fútbol argentino súper resultadista?
-El proyecto es ganar. El fútbol argentino es así y hay que tener las reglas claras. Recién llegamos. Hay buena predisposición. Y ojalá podamos ver plasmado lo que queremos ante San Martín.
-Sos el técnico más veterano de Primera y llegás a un club grande cuando manda el paradigma del estratega joven. ¿Derribaste un mito?
-Eso es una pavada. Soy de la idea de Inglaterra, donde el entrenador grande es valorado. Y si me equivoqué hace 10 o 15 años, lo más probable es que me equivoque menos. Sucede que algunos técnicos jóvenes fueron notables jugadores y cuando reciben un plantel con tanta jerarquía, si se equivocan pasan inadvertidos. Por otro lado, dicen que pueden hablar mejor con los jugadores por la cercanía de la edad. Yo no soy amigo de los jugadores y hablo el mismo idioma que aprendí de chiquito. Pero como todo en la Argentina, nos vamos a los extremos, cualquiera es un ladrón, cualquiera es un señor. Yo trato de decir la verdad, no tengo casete.