Viernes 22 de Noviembre de 2024

MUSICA

31 de mayo de 2016

La Discoteca del Gata

Hoy escuchamos un tango vibrante...."Canaro en Paris"

El 23 de abril de 1925, en el escenario del Dancing Florida, de la Rue Clichy Nº 20, París, deslumbraban a los franceses —puntual atavío pampeano mediante— Francisco Canaro y Agesilao Ferrazzano (violines), Carlos Marcucci y Juan Canaro(bandoneones), Fioravanti Di Cicco (piano), Rafael Canaro (contrabajo y serrucho, alternadamente), Romualdo Lomoro (batería) y Teresita Asprella (canto y guitarra).

Eran Canaro et sa Symphonie, —es decir la Orquesta Típica Canaro—, según una denominación francesa que no se ajustaba al atuendo gaucho que los músicos se vieron obligados a lucir por contrato.

Y mientras Canaro hacía furor entre el público galo, en Buenos Aires la noticia del triunfo invadía los diarios. Uno de esos diarios llegó a manos de Juan Caldarella, un guitarrista que, al igual que Rafael Canaro, también le arrancaba notas a esa herramienta musical llamada serrucho. En ese entonces andaba buscando un título para un tango que había compuesto a medias con el bandoneonista Alejandro Scarpino. El resto lo narró el propio Caldarella a Francisco García Jiménez, como sigue:

«Pegué un salto de la cama y escribí el título arriba de los pentagramas. Me lo acababa de dar una página de Crítica que, colgando abierta en la mesita de luz, dejaba ver a medias el encabezamiento: «Canaro hace declaraciones en París sobre el tango». Ya te digo, lo que yo veía era la punta de la página, donde sólo alcanzaba a leer el comienzo de los dos renglones del título: «Canaro... en Paris».

Ya bautizado el tango, José Scarpino se sumó a los compositores a fin de escribir la letra.

Paradójicamente, nada tenían que ver esos versos con Canaro, sino con una china que había dejado su rancho para dirigirse insólitamente a París. Años más tarde, Scarpino le adaptó una nueva letra, que puede ser escuchada en labios de Enzo Valentino y que habla del triunfo del tango en París. Pero tampoco esta vez de Canaro.

De todos modos, pese a sus letras, “Canaro en París” ha perdurado como obra instrumental.

 

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