Viernes 22 de Noviembre de 2024

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18 de abril de 2016

Un ex empleado de Lázaro Báez dice que vio quemar documentos durante 11 horas en una de sus chacras

Pablo Alankay, quien trabajó en Austral Construcciones, reveló haber visto como se quemaban papeles en una propiedad del empresario. Habló ademas sobre una "extraña caja de hormigón" dentro del Mausoleo de Nestor Kirchner.

Un ex empleado de Austral Construcciones, la empresa santacruceña de Lázaro Báez, reveló haber visto cómo se quemaban documentos durante 11 horas en una de las chacras del empresario ubicada cerca de la ciudad de Río Gallegos; y habló sobre una "extraña caja de hormigón" que construyeron dentro del mausoleo donde descansan los restos del ex presidente Néstor Kirchner.

Pablo Alankay le contó a Télam que observó ambas situaciones mientras se desempeñaba como personal de seguridad en el grupo empresario de Báez, entre los años 2010 y 2015.

"Lázaro se encargaba de la seguridad de sus propiedades y también de las casas de la familia Kirchner. Báez trataba directamente con Máximo (Kirchner) o con Cristina (Fernández de Kirchner) y, según me contaron, antes de su muerte trataba con Néstor (Kirchner)", sostuvo Alankay, que hace algunos días también hizo declaraciones al diario santacruceño Nuevo Día.

El ex empleado de Austral Construcciones precisó que en mayo de 2013, poco después de que se difundieran fotos de una supuesta bóveda desmantelada en una de sus propiedades, Lázaro Báez "quemó cientos de documentos en un lugar conocido como Chacra II, próximo a Río Gallegos".

"Yo estaba afectado a la seguridad del predio y vi cómo se quemaban papeles entre la 1 de la tarde y las 12 de la noche. Los traían en bolsas, cargadas en camionetas que entraban y salían todo el tiempo. Había papeles contables, libros de acta y remitos", relató el hombre.

 

También detalló que la quema se hizo al aire libre, aunque "por el lugar no pasa nadie" y "adentro de un recipiente metálico blanco, de esos que se usan en los camiones para reparar cables de luz en altura".

Según dijo, otro de los hombres de Lázaro le recomendó "cuidar que no se vuele nada, hasta que no se terminara de quemar todo".

La versión complementa la difusión periodística, en la misma época, de imágenes de vehículos saliendo de la antigua residencia de los Kirchner, con bolsas en la parte trasera, y de bolsas similares que cargaron en una camioneta de la empresa Austral Construcciones.

Por otra parte, Alankay recordó que estuvo tres meses afectado a cuidar la seguridad del mausoleo de Néstor Kirchner, cuando estaba terminando de construirse.

"Por fuera estaba listo, pero faltaban terminaciones internas. Yo cuidaba el lugar y quedaba solo cuando se iban los constructores. Por eso pude ver la caja de hormigón que hicieron debajo de la escalera. No tengo idea de la medida exacta, pero yo entraba arrodillado", detalló el ex empleado de Lázaro, quien donó el mausoleo a la familia Kirchner.

"No sé cuál era la utilidad de esa caja. Nunca entendí para qué la habían hecho. Nadie hablaba de eso. En general, cuando te mandaban a hacer algo, había que cumplir sin preguntar", agregó.

Pablo Alankay dijo que también se desempeñó en las oficinas centrales de Austral Construcciones, sobre la Ruta Nacional Nº 3, y que allí manejaba la computadora donde se registraban todas las visitas.

"Había un comisario del Comando Radioeléctrico que venía todos los meses a cobrar un cheque que le entregaba Martín Báez, cuando ya la familia estaba siendo investigada por lavado de dinero", indicó.

Alankay fue, además, personal de seguridad del Club Boca de Río Gallegos, presidido por el hijo mayor de Lázaro, a pesar de que su sueldo se lo seguía pagando Austral Construcciones.

"El año pasado denuncié el robo de un teléfono celular dentro del club. Vinieron a apretarme para que retirara la denuncia. Como no lo hice, me mandaron el telegrama, el 13 de julio. Fui el primer despedido de la empresa, porque tres meses después empezaron a echar a todos. Se manejaban como una mafia. Siempre fue así", declaró el ex trabajador del grupo empresario.

También observó que si bien nunca recibió una amenaza directa tras su desvinculación y sus declaraciones públicas, "desde hace un tiempo la policía pasa seguido por la puerta de mi casa. Es raro, porque antes no pasaban nunca, y ahora los veo a cada rato", desconfió Alankay.
 

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