Sábado 23 de Noviembre de 2024

10 de enero de 2016

Investigan más de 20 llamadas para descubrir a los cómplices

Se hicieron desde dos celulares que usaron los prófugos. Llamaron a 11 números distintos antes y después de la fuga.

La investigación judicial se concentró desde ayer en la cadena de complicidades que permitió la fuga cinematográfica de los tres condenados por el Triple Crimen. En los dos celulares secuestrados el jueves en la provincia de Santa Fe hay información clave. El juez federal Sergio Torres ya tiene en su poder el listado de llamados entrantes y salientes de esos dos teléfonos. Según pudo saber Clarín en fuentes judiciales, hay unos veinte llamados en la mira hacia 11 líneas distintas (todavía no está determinado si son once personas). Las identidades de los dueños de esas líneas se mantienen en reserva para no perjudicar la investigación, pero habría familiares y algunos abogados involucrados. 

Desde el comienzo de la búsqueda, los investigadores sospecharon del entorno de los hermanos Lanatta y de Víctor Schillaci. El ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo, siempre sospechó de los familiares que hablaron en público. Tampoco le creyó a los abogados que se ofrecieron como “mediadores” luego del tiroteo en la localidad de Ranchos. Uno de los familiares que habló fue la ex mujer de Martín Lanatta, Ana Laura Montiel: denunció que su ex pareja fue a la casa de su mamá y se llevó una camioneta Renault Kangoo. Ese vehículo finalmente apareció este jueves en Santa Fe. En su interior, la Gendarmería secuestró los dos teléfonos. Los aparatos ya se mandaron a peritar a la División Operaciones Especiales de la Policía Federal. 

Según los datos preliminares que ya están en poder de la Justicia, uno de los teléfonos tiene llamados entrantes y salientes desde “dos o tres días antes” de la fuga del penal de General Alvear. Ahora, se cree que esa línea podría haber sido utilizado para planificar la salida. El otro teléfono lo habrían obtenido fuera de la cárcel. 

Antes de fugarse, los tres condenados tenían en su poder dos chips y un aparato que le habrían facilitado los mismos efectivos del Servicio Penitenciario Bonaerense que ahora son investigados. Con esas dos líneas se comunicaban con el mundo exterior. 

Los datos de los dos celulares están en poder del juez Torres, que trabaja en conjunto con los fiscales Jorge Di Lello y Diego Iglesias (titular de la Procunar). Anoche hubo reuniones en los tribunales de Comodoro Py para intentar avanzar con la investigación. 

Esa causa comenzó con una denuncia del Ministerio de Seguridad de la Nación. Fue una jugada para intentar correr a los dos fiscales provinciales que investigan la fuga y el tiroteo de Ranchos. Luego apareció un informante –ahora protegido de manera especial– que le aportó la ubicación de los prófugos a la Agencia Federal de Inteligencia (AFI). Con ese dato, Torres ordenó los allanamientos del jueves a la mañana. El operativo igualmente fracasó: los tres condenados lograron escaparse luego de dos tiroteos con la Gendarmería, aunque cometieron un error porque se olvidaron los teléfonos. 

Con los aparatos en su poder, los investigadores podrán saber cuáles fueron los movimientos de los últimos días. “Estamos esperando saber qué antenas se activaron con cada una de las llamadas para conocer el paso a paso”, explicó ayer una fuente judicial. 

Hasta ahora se cree que estuvieron en la casa de Marcelo Menlyk, alias “El Faraón”, y luego pasaron dos días en una quinta en Chascomús. También está confirmado su paso por el galpón de San Carlos Sur, en Santa Fe, donde se encontró comida y varios bidones de agua. La Justicia intenta determinar si tuvieron apoyo del narcotráfico. Los teléfonos hablan. 

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