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SOCIEDAD
21 de diciembre de 2015
En Argentina ya se encendieron las alarmas ante la llegada este verano a las ciudades turísticas de una nueva droga de diseño, llamada "Superman", por su altísimo poder de "vuelo" para los consumidores
En Argentina ya se encendieron las alarmas ante la llegada este verano a las ciudades turísticas de una nueva droga de diseño, llamada "Superman", por su altísimo poder de "vuelo" para los consumidores. El problema es que la sustancia mezcla dos fórmulas nocivas, que combinadas son directamente fatales por su altísimo nivel de toxicidad.
"Tenemos que estar preparados para la llegada de esta sustancia a la Argentina, que tuvo mucha repercusión en Europa. Acá muchas veces se actúa por espejo, copiando modas europeas, y con las drogas pasa lo mismo. También se debe tener en cuenta que laboratorios de drogas de diseño instalados en nuestra región podrían copiar la fórmula", señaló a Diario Popular Claudio Izaguirre, titular de la Asociación Antidrogas de la República Argentina.
Se calcula que una pastilla de "Superman", conocidas porque tienen forma triangular, son de color naranja, y en el centro se puede leer la letra "S" característica del famoso superhéroe, tendría un precio de unos 800 pesos, aunque en discotecas exclusivas podría llegar a un valor de 1.200 pesos.
Un informe periodístico publicado en España advirtió que los traficantes las venden como si fueran éxtasis (o MDMA), pero desde principios de año las autoridades sanitarias y organizaciones dedicadas al control de drogas han alertado de que circulan comprimidos de este tipo adulterados con PMMA, un compuesto potencialmente tóxico que puede llegar a causar la muerte.
"Acá hay varias cuestiones para reflexionar, porque este tipo de drogas no hace falta importarlas, ya que se pueden producir en nuestra región, en laboratorios de drogas de diseño. Lo que sabemos es que estas drogas pueden ser producidas por grupos que, por alguna razón, tratan de afectar lo más posible al colectivo de consumidores. Las llamamos drogas de exterminio. A los fabricantes de drogas convencionales no les conviene que los consumidores tengan serios problemas de salud", dijo Izaguirre.
El miedo a la expansión de la pastilla "Superman" tiene amplias razones. Por ejemplo, el Servicio Español de Alerta Temprana (SEAT) del Ministerio de Sanidad de ese país europeo ha colgado recientemente en su web una alerta en la que advierte de la circulación de esta droga. Allí se señala que en el territorio de la Unión Europea el PMMA se ha relacionado con un número considerable de intoxicaciones no fatales y con alrededor de 50 muertes en diferentes estados miembros desde 2001.
"El PMMA es una dosis muy potente y tiene muchos riesgos para el consumidor. El tiempo que el MDMA tarda en hacer efecto es de entre media hora y una hora, a diferencia del PMMA, que tarda más tiempo. El resultado es que el usuario que toma PMMA, cuando ve que no le sube, tiende a pensar que la dosis que ha ingerido es baja y vuelve a tomar más de modo que cuando pasan dos horas y se desencadena el efecto psicotrópico aumenta el riesgo de que sea mayor la cantidad tóxica consumida. Es fácil llegar a una hipertermia y a un fallo orgánico a todos los niveles', se indica en el informe.
Para Izaguirre, que actualmente se desempeña en la Subsecretaría de Prevención de Drogas y Lucha Contra el Narcotráfico de La Pampa, "es terrible que tengamos que avisarles a nuestros chicos que no consuman estas pastillas de color naranja, con la letra S impresa, porque son más tóxicas que las pastillas de éxtasis, pero lamentablemente es parte de la tarea en esta lucha contra las drogas, tratando de que no se lleven las vidas de nuestros chicos y jóvenes".
Ante la inminente llegada del verano, desde la Asociación Antidrogas de la República Argentina, su titular Claudio Izaguirre dijo que "se viene una temporada con fuertísima presencia de drogas de diseño en los boliches, apuntando al público consumidor de entre 15 y 25 años, sobre todo aquellos con buen poder adquisitivo".
"Las tareas de prevención no deben solamente concentrarse en las rutas o terminales de micros y trenes, con perros entrenados ya que las pastillas no pueden ser detectadas de esa manera. Hay que hacer mucha tarea de inteligencia, y también en los espacios de venta, es decir en los boliches o fiestas", dijo Izaguirre.
Para el experto, "este verano será un tema de salud importante porque la venta de pastillas viene ganando terreno entre los consumidores argentinos".