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SOCIEDAD
23 de marzo de 2015
El viernes 27 de marzo, a las 18, en el Aula Magna de la U.N.Ca. se realizará un merecido reconocimiento al destacado abogado catamarqueño Guillermo Díaz Martínez. Esta distinción se enmarca en los términos de La Resolución F.H N° 030/2007 que instituye la Mención Día de la Memoria-Facultad de Humanidades”, como reconocimiento a personalidades que han sido parte de la construcción de la Memoria Colectiva y el ejercicio efectivo de la ciudadanía en nuestra provincia.
En la historia familiar del Dr. Guillermo Andrés Díaz Martínez encontramos algunas de las marcas y de los dolores generados por el Aparato Represivo Desaparecedor en la década de los 70. Desde niño el “Guillo” sufrió el exilio forzoso junto a toda su familia, integrada por su padre, el también abogado Mardonio Díaz Martínez, su madre, la Dra. María Mercedes Tello y su hermano Rafael. En agosto de 1974, su padre fue uno de los integrantes del equipo legal que defendió a los guerrilleros sobrevivientes de la Masacre de Capilla del Rosario y por esta razón (además de su reconocida militancia en el socialismo nacional) la Triple A lo condenó a muerte y luego quedó detenido a disposición del P.E.N. Gracias a los denodados esfuerzos de “Mechi” Tello y la solidaridad de organizaciones internacionales de DDHH, partieron al exilio a fines de 1979
Recién pudieron regresar de la República Federal Alemana en marzo de 1984.
También su abuelo fue secuestrado y torturado en la ciudad de La Plata. A los pocos meses y debido a las consecuencias de las torturas sufridas, su abuelo murió. Con tan sólo 59 años.
Su tío, integrante de la Organización Montoneros, fue secuestrado en la provincia de Tucumán y continúa desaparecido.
Cárcel, exilio, tortura y desaparición. En la vida de Guillermo Díaz Martínez se resumen todos los tópicos del genocidio argentino. Sin embargo y como tantas víctimas de la dictadura, lejos estuvo Díaz Martínez de convertir lo vivido en sentimiento inmovilizador. Desde que se recibió como abogado en la Universidad de Buenos Aires y comenzó a ejercer el derecho en el fuero local y federal, se ha constituido en la necesaria referencia profesional y militante para muchos de los ex presos políticos y familiares de desaparecidos catamarqueños.
Su participación como abogado querellante en representación de la Secretaría de DDHH de la Nación de las causas judiciales que investigaron los Homicidios de los “Curitas” de Chamical y del Obispo Angelelli y en los juicios de lesa humanidad que se sustanciaron y siguen realizándose en la provincia de Catamarca ha sido ampliamente difundida y reconocida.