Viernes 26 de Abril de 2024

POLICIALES

28 de octubre de 2015

El informe del EAAF reflota las dudas sobre la muerte de Garabedian

El Equipo Argentino de Antropología Forense remitió días atrás el informe de parte con las conclusiones de la necropsia de Sonia Liliana Garabedian y en sus conclusiones vuelven a sostener que se trató de una muerte violenta provocada por asfixia mecánica (conclusión que explican con tres fenómenos forenses), critican duramente la autopsia original por incompleta y cambian la fecha de muerte.

De acuerdo a lo señalado en el informe del médico forense Luis Alberto Bosio, en el análisis de la base del cráneo pueden observarse coloraciones en la lámina cribosa y en los peñascos que son compatibles con los signos de Niles y de Vargas Alvarado, propios de los casos de asfixia.

El experto señala que en la primera autopsia no se extrajo el encéfalo para su análisis, por lo cual no se estudió la base del cráneo, de donde podrían haber surgido estos indicios de asfixia. Los signos mencionados pudieron verse pese a los cinco años transcurridos desde la muerte hasta la actualidad.

Otra cuestión que salió a la luz y que no lo hizo en la primera autopsia fue que Garabedian presentaba dientes rosados, un fenómeno que aparece en quienes no mueren de manera natural. Si bien no es solamente correspondiente a la asfixia (no es un signo patognomónico de ella), orienta sobre el posible mecanismo de muerte. Esta pigmentación se produce por difusión de hemoglobina descompuesta a través de los canalículos dentinales. 

Del informe surge también que el corazón y los pulmones de la mujer –dos órganos claves para determinar si fue asfixiada- nunca fueron removidos para su análisis, ya que estaban en su posición anatómica y la apertura de la caja torácica no fue completamente abierta. La putrefacción que presentaban no hizo posible su análisis.

De esta forma, Bosio concluye que la autopsia fue incompleta y asistemática, por lo cual la determinación inicial de la hora en que la mujer murió carece de valor.


La hora de la muerte

Para el EAAF, la muerte de Garabedian se produjo entre 12 y 24 horas antes del hallazgo de su cuerpo, contrario a las 48 a 72 horas que se estimaron en un principio. Fundamentando sus dichos con la doctrina existente, Bosio diferencia los signos que se producen de forma inmediata tras una muerte y los que aparecen luego, tras la acción de las bacterias.

En este carril argumentativo, señala que en el examen de las fotografías de la escena del crimen se puede observar que la joven tenía rigidez cadavérica pero ningún signo externo de putrefacción, la cual se ve acelerada en altas temperaturas (la muerte ocurrió en diciembre). Estos signos tampoco aparecen durante la autopsia, presentándose sólo señales de deshidratación cadavérica en la mucosa labial y los globos oculares.


Asfixia con lazo

Un ítem que siempre estuvo en duda fueron las marcas que aparecen en ambos lados del cuello de Garabedian, las cuales fueron atribuidas a una rama encontrada junto a su cuerpo. 

Al respecto, de nuevas fotografías incorporadas en el expediente, desde el EAAF se asegura que estas improntas son claramente correspondientes a la asfixia con lazo. Es decir que para estos forenses, Garabedian fue asesinada en un horario bastante cercano al hallazgo de su cuerpo y a causa de la autopsia incompleta el expediente aún sigue abierto, 5 años después, caratulado como “desaparición con sospecha de criminalidad”.


La reautopsia

Tal como se informó por este medio, el pasado 29 de septiembre las partes se constituyeron en el cementerio parque privado “Valle de Paz”, ubicado sobre ruta nacional 38, donde descansan los restos de la muchacha. Tras la exhumación, se acordó trasladar el cuerpo a la morgue judicial. Al día siguiente se realizaron las placas radiográficas y la reautopsia.

Por la querella representada por la madre de Garabedian, Leonilda Carrizo, trabajaron los antropólogos forenses de EAAF Luis Alberto Bosio, Patricia Bernardi y Silvina Turner.

El fiscal de Instrucción Nº 9, Roberto Mazzucco –tercer agente judicial sobre quien recae la causa- trabaja con el informe del EAAF y con las conclusiones relevadas por los médicos del Cuerpo Interdisciplinario Forense y las elaboradas por la otra querella, encabezada por el viudo de la mujer, el policía Roberto Barros.

Garabedian fue encontrada sin vida el 12 de diciembre de 2010 en un descampado de Nueva Coneta, a 500 metros de la escuela Agrotécnica de Nueva Coneta. La mujer venía de afrontar una separación con denuncias de violencia contra su pareja y tras ello se produjo una extraña desaparición que hasta incluye actas fraguadas de la comisaría Décima y otras irregularidades. En principio se señaló que había muerto por inanición y deshidratación.

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