Domingo
24 de Noviembre de 2024
ECOLOGIA
3 de agosto de 2023
Con el objetivo de desarrollar un protocolo de prevención del Síndrome Pulmonar por Hantavirus (SPH), enfermedad transmitida por el ratón colilargo, investigadores del Instituto Nacional de Medicina Tropical (Inmet) -que depende de la Administración Nacional de Laboratorios e Institutos de Salud (Anlis-Malbrán)- realizan un trabajo que combina terreno y laboratorio en el Parque Nacional Iguazú para identificar qué roedores ofician de reservorios y sus variantes, en qué áreas se encuentran y cómo se mueven en la vegetación.
“Arranqué a trabajar en esta línea dentro del Inmet en 2017 con el proyecto de doctorado en donde estudiamos la eco-parasitología del SPH en distintas áreas del norte de Misiones; estuvimos en áreas rurales, urbanas y en áreas naturales protegidas. Lo que hicimos fue analizar la presencia de hantavirus en las poblaciones de ratones y tratar de identificar qué factores favorecen a que haya mayor número de roedores con el virus, es decir, la prevalencia. Y por lo tanto poder identificar algunos patrones temporales y espaciales que nos permitan diseñar programas de prevención ante una posible emergencia del síndrome pulmonar", explicó.
Y continuó: "A partir de eso, y de posteriores trabajos del grupo, identificamos que había dos especies de roedores que transmiten hantavirus; uno de ellos es el que se conoce comúnmente como ratón colilargo y que transmite una de las variantes que causa esta enfermedad en el humano”.
"En esa línea -expuso- decidimos enfocarnos exclusivamente en qué áreas del Parque Nacional Iguazú utilizan más estos roedores, en qué momentos del año son más abundantes, cómo se relacionan estas características con la presencia de hantavirus en sus poblaciones y a su vez estamos iniciando un estudio comportamental de los roedores en el que estudiamos cómo, cuánto y por dónde se mueven”.
La investigación se extiende por dos años y hasta el momento el relevamiento arrojó datos claves sobre el movimiento y reproducción de los ratones colilargos.
“Vemos que las épocas cálidas favorecen a estas especies, es decir, que en estas épocas hay un mayor número de ratones. Lo que comenzamos a estudiar con este proyecto que está en curso es el movimiento de los roedores. Para eso usamos la técnica de hilo rastreo que nos permite identificar por dónde se mueven, si se mueven más por el suelo, si utilizan estratos de altura media de la vegetación que pueden ser hasta 1,60 metros; lo que en Misiones son helechos, árboles caídos, enredaderas, cañas o si prefieren utilizar árboles, es decir, trepadores. Además, utilizamos otra técnica, que se llama telemetría, se le ponen unos transmisores a los roedores y se los sigue cada determinadas horas”, subrayó.
En cuanto a los horarios y lugares de mayor permanencia de estos roedores en el Parque Nacional, sostuvo “podemos identificar en qué momentos del día están más activos y cuál es el área de acción de cada uno de los individuos y el área de acción promedio de las especies, que nos permite ver cuánto terreno necesitan estos roedores para garantizar sus funciones vitales básicas”.
“Estos roedores se adaptan bastante a algunos cambios en su hábitat natural y a la presencia del humano. Particularmente en el Parque, al ser un área natural protegida y al no estar tan modificada, los roedores están en casi todos lados. Sin embargo, no es lo mismo que existan algunos pocos individuos dando vueltas que 40, y en términos generales, la mayor abundancia de estos ratoncitos está en zonas un poco más alejadas de los núcleos turísticos de esta área protegida”, indicó.