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POLICIALES
22 de junio de 2015
Una Topper Ultratech número 42 fue la clave para llegar a un sospechoso, que violaba y asesinaba a sus víctimas. Además, había material genético suyo en todas las escenas.
Los ataques fueron extremadamente perversos, crueles, brutales. Mujeres violadas y asesinadas. La técnica criminal la misma: estrangulamiento.
Rubén Recalde elegía siempre el mismo tipo de víctima: mujeres solas que estuvieran al frente de locales comerciales.
El 16 de enero de 2014, entre las 17 y las 18, Recalde, mecánico de profesión, entró a robar al local Rowena, en General. Paz 45, de Junín
Allí Paula Tomé, era la dueña del local.
Recalde simuló ser cliente. Luego se aseguró que no había nadie más en el lugar, amenazó a la mujer y la obligó a subir a la parte alta del negocio.
Según la elevación a juicio de la fiscal Vanina Lisazo, Tomé fue golpeada en la cabeza hasta que Recalde agarró un repasador que usó como mordaza sobre su boca para luego abusar sexualmente de ella.
Luego, tras una fuerte paliza, el hombre se paró sobre los brazos de la víctima y le colocó un pañuelo negro alrededor del cuello con el que hizo presión a modo de torniquete, escribió la fiscal.
A raíz del ataque, la mujer murió por una "obstrucción orofaríngea y constricción cervical", mientras que el asesino escapó con unas monedas que había en la caja registradora.
La otra víctima fue Claudia Colo. Su crimen había ocurrido dos años antes y parecía impune. El ataque fue cometido también un día 16, pero de agosto de 2012, entre las 10 y las 12, en el local de fiestas infantiles "Abracadabra", en Alem 388, de Junín.
En esa franja horaria, según la fiscal, Recalde entró a robar, pero Colo, que trabajaba como empleada, se resistió.
Para los acusadores, el asesino arremetió contra la mujer mediante golpes de puño y un elemento duro y romo con el que le provocó una fractura maxilar.
Luego de dejar inconsciente a la víctima, el hombre la arrastró hasta el sector de la cocina, donde tomó dos sogas entrelazadas, apoyó una de sus rodillas sobre la espalda y la estranguló.
Tras el crimen, el delincuente se apoderó de parte del dinero que había en uno de los cajones del escritorio en la administración del salón de fiestas.
Los casos se esclarecieron cuando los investigadores encontraron importantes similitudes entre el crimen de Tomé y el de Colo.
Por ejemplo, se determinó que ambas víctimas eran mujeres solteras y sin hijos, de mediana edad, baja estatura, asesinadas en un comercio de rubro infantil, golpeadas, asfixiadas por ahorcadura, con robo de efectivo y cometidos un día 16.
Para dar con Recalde, los investigadores tomaron en cuenta el relato de una víctima que logró zafar de un ataque.
Por ese hecho, Recalde había sido condenado en 2009 a tres años y medio de cárcel, aunque dos meses antes del asesinato de Colo había recuperado la libertad.
La declaración de la testigo fue considerada crucial porque relató similitudes entre los ataques.
"En el caso de Sandra, que en un primer momento confundía en cuanto a la apariencia de 'pasional' del crimen, la personalidad y las circunstancias vividas en su vida permiten afirmar que ella peleó, que no se entregó a las exigencias del agresor, ni siquiera en sus requerimientos de dinero, mucho menos en cualquier intento de aproximación con intensión sexual", destacó la fiscal.
Es más, Sandra Colo, era víctima era hermana de Claudia Colo, de 25 años, asesinada el 15 de enero de 2000 en una agencia de seguros de Junín y por cuyo crimen condenaron al analista de sistemas José Luis Correa.
El dato que ubicó a Recalde en el comercio de Tomé fue una huella de calzado cuyas muestras fueron enviadas a Tierra del Fuego, donde existe una base de datos completa y actualizada sobre todo tipo de suelas.
Los investigadores determinaron que la huella se correspondía con una zapatilla marca Topper, modelo ULTRATECH, número 42, por lo que tras un allanamiento en la humilde vivienda de Recalde fue secuestrada una indumentaria de calzado como esa.
Por último, la prueba fundamental que complica a Recalde es que su ADN, vía saliva, o vía sangre, fue detectado en el escenario de la cada uno de los ataques.
Con estas pruebas, Recalde va camino a una perpetua. El juicio recién empieza.