Viernes 22 de Noviembre de 2024

SOCIEDAD

15 de agosto de 2020

Francis Mallmann contra las salmoneras para defender el Canal Beagle: “Cuidemos nuestros recursos naturales”

El 17 de agosto del año pasado, el reconocido chef se sumó a la lucha de la comunidad local contra las salmoneras por una ley para prohibir su instalación. La ley aún no fue sancionada y la comunidad sigue presionando para proteger las aguas argentinas.

“Hace un año estábamos en Ushuaia en el sur de la Patagonia haciendo un almuerzo para celebrar la vida, la salud de nuestros océanos y especialmente el Canal Beagle, uno de los lugares más lindos del mundo”, recuerda Francis Mallmann desde Mendoza. “Cocinamos a la plancha centollas dulces y  jugosas, una de las cosas más deliciosas de la tierra”.

“Hacía un tiempo, habíamos empezado a escuchar que una empresa quería implantar en ese canal cristalino y prístino algunas de esas canchas enormes para criar salmones”, explica. “Y fuimos allí a Ushuaia para decir que no queríamos eso”. El evento, organizado por la marca activista Patagonia y el programa marino de la Fundación Rewilding Argentina, Sin Azul No Hay Verde, buscaba apoyar a la comunidad y lograr la sanción de una ley provincial para prohibir la salmonicultura. Ambas organizaciones trabajan desde 2017 por la conservación del Mar Argentino.

Mallmann explica los cambios que realizó a partir de este reclamo: “Unos meses antes, había dejado de servir salmón de criadero en todos mis restaurantes. Algunos clientes nos preguntaban por qué y nosotros les explicábamos que no queríamos servir más ese salmón, porque es triste que estemos haciéndoles  tanto daño a nuestros océanos“.

Y el chef sube la apuesta a favor del planeta: “Hoy, otra vez, les pedimos a ustedes que no coman pescados industriales que han sido criados en el mar en estas enormes canchas que tienen como 4 o 5 pisos de altura y que producen una cantidad de desechos que caen en los lechos marinos, destruyendo completamente el sistema de esa zona. Juntos cuidemos nuestros recursos naturales“. 

Narda Lepes o cocineros locales como Lino Gómez Adillón del restaurante Volver en Ushuaia también habían dejado de servir salmón en sus cartas.

La industria 
Como explica Mallmann, la salmonicultura es la cría intensiva de salmones en jaulas flotantes del tamaño de canchas de fútbol que se instalan en el mar. Este sistema de producción se puede asimilar a la cría intensiva de cerdos y pollos. El hacinamiento dentro de las jaulas lleva a la proliferación de virus y bacterias, y para paliar este problema, se les suministra antibióticos de manera desmedida.

En Chile, solo en el último año se escaparon más de 3 millones de salmones. “A diferencia de otros sistemas de producción, la salmonicultura se lleva a cabo en el mar, un ambiente incontrolable. Se introduce una especie exótica, antibióticos y residuos orgánicos e inorgánicos, quitándole el oxígeno y matando el ecosistema“, explica  Martina Sasso, Directora de Sin Azul no hay Verde. “Cada diez años, estos centros se tienen que mover y cada diez años, se pierde un pedazo de mar que ya no se puede recuperar”.

Augusto De Camillis, Buzo y camarógrafo local de la ONG Beagle Secretos del Mar completa: “La destrucción de un ecosistema en cualquier parte del planeta tiene impactos locales, regionales y globales. Somos conscientes de que la problemática nos puede parecer ajena si consumimos poco salmón. Pero les pedimos a los argentinos que se sumen para proteger el mar y no le demos la espalda. Tenemos uno de los mares más productivos del mundo, cada vez más amenazado por la industria y la pesca ilegal“.

Sasso asegura que la provincia y el país están ante una oportunidad única: “Tierra del Fuego puede convertirse en la primera provincia del mundo en prohibir la salmonicultura y, como lo ha sabido hacer en otras oportunidades, transformarse en un faro y referente ambiental desde el Fin del Mundo“.

La experiencia chilena
Ramón Navarro, surfista profesional chileno y embajador ambiental de Patagonia explica la experiencia de su país: “A principios de los ochenta, no hubo resistencia a la salmonicultura porque se veía como una opción de crecimiento económico. En esos años, no se cuestionaban los impactos medioambientales que podría tener un proyecto como ese“. 

“Si hubiera sucedido en este momento, seguramente habría resistencia. Hoy se ha demostrado que la industria salmonera no es limpia y atenta contra el ambiente, las comunidades y los ecosistemas“. Navarro lo describe: “El impacto a la tradición de la isla de Chiloé con mucho menos trabajo para  los pescadores artesanales. Islas contaminadas de cuerdas y cabos. Fondos marinos enteros afectados.  Es todo muy nefasto“, reflexiona.

Y las consecuencias siguen: “Se pueden perder especies endémicas enteras y es una actividad que afecta seriamente al turismo porque ya no tenés playas tan limpias como antes. Los ecosistemas son lugares muy frágiles. Una vez que se pierden, es muy difícil recuperarlos“.

Documentales para ver desde casa
Para recordar este aniversario, Patagonia reestrena Artifishal, el documental que explora cómo los criaderos de peces son una amenaza para las especies nativas y están contribuyendo a la involución del salmón salvaje (al contrario de lo que se creía inicialmente). Asimismo, la película relata las luchas de las comunidades en contra de la salmonicultura. 

Además, Sin Azul no hay Verde junto a la marca, anuncian el estreno de un nuevo documental enfocado en la lucha contra la salmonicultura en el Mar Argentino. Contracorriente pone en valor la biodiversidad del Canal Beagle para mostrar que su riqueza está en riesgo. La mayoría de los documentales se hacen una vez que el desastre ambiental ya ocurrió. En este documental buzos, activistas, científicos y representantes de distintas organizaciones van a contracorriente, con el objetivo de frenar un modelo de producción que destruiría uno de los pocos lugares prístinos que aún quedan en el planeta. Se alzan para decir “No A La Salmonicultura” y pedir por la aprobación de una ley que prohíba la instalación de la industria en Tierra del Fuego. 

De Camillis fue uno de los buzos responsables de filmar la riqueza submarina. “Me sorprendió la riqueza del ecosistema. Las ballenas jorobadas, los delfines, los lobos y las aves forman una comunidad de vida asombrosa. Un lugar absolutamente mágico que estoy convencido tenemos que proteger“, dice. El documental muestra que por primera vez existe la posibilidad de adelantarnos a un nuevo desastre ambiental.

Estado Salmonero es otro de los documentales que se enfoca en la experiencia chilena. En un país conocido por la extracción masiva de sus recursos, el cultivo de salmón es hoy la segunda industria más grande de Chile, luego del cobre. El surfista Ramón Navarro expone los efectos de esta actividad en el ecosistema, rastrea los orígenes de la industria y el mayor consumo per cápita de salmón de granja chileno a nivel global. Todo apunta al mismo país: Japón.

 

FUENTE: María Isabel Guelfo

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