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SOCIEDAD
25 de abril de 2020
La industria del tabaco en Argentina está suspendida desde el 20 de marzo, cuando entró en vigencia el aislamiento social, preventivo y obligatorio por la pandemia de coronavirus.
Pedro Pascuttini, abogado y presidente de la Federación de Tabacaleros de Argentina, sostuvo que “nosotros como productores entendemos que debemos acatar las disposiciones legales y estamos más interesados que nadie en respetar las medidas sanitarias. La salud es lo primero. Pero también tenemos obligaciones con los trabajadores, y con todas las personas que dependen directa o indirectamente de la producción y la industria del tabaco en Argentina”.
"Estamos en un problema serio. Para vivir tenemos que trabajar, y para trabajar tenemos que producir. El tabaco emplea en este país mano de obra artesanal. Si la industria no puede producir, nosotros no podemos abastecer”.
En Argentina hay siete provincias productoras de tabaco: Salta, Jujuy, Misiones, Catamarca, Tucumán, Corrientes y Chaco, aunque las tres primeras concentran alrededor del 90% del total. Se calcula que en Argentina se cultiva el 2% del tabaco que se consume en todo el mundo.
“Por las condiciones climáticas, en Salta y Jujuy se planta el tabaco Virginia, y en Misiones el Burley. Esto ocupa mano de obra intensiva: miles de familias, cuyo único ingreso proviene de esta actividad”.
El negocio del tabaco le da trabajo a 200 mil personas en todo el país y genera casi un millón de puestos indirectos relacionados.
“Luchamos para que ninguno de los eslabones de la cadena se corte y podamos seguir adelante. Necesitamos tener una solución. Ya dialogamos con el Gobierno provincial de Jujuy, con legisladores, con Luis Basterra (ministro de Agricultura) y con Santiago Cafiero (jefe de gabinete). No dejemos de producir, estamos en serios problemas”.
Las empresas también
British American Tobacco y Massalin Particulares son las compañías que aglutinan alrededor del 90% de la comercialización de tabaco en Argentina.
Desde la Cámara de la Industria del Tabaco emitieron un comunicado en el que advierten que es generalizado el desabastecimiento en la cadena comercial: “Nuestras empresas ya no cuentan con stock para suministrar a la demanda de los canales de distribución”.
En primer lugar, dicen que la situación no sólo los perjudica a ellos, sino también al Estado, a los consumidores y a los ciudadanos en general. Es que la escasez de tabaco en los negocios de cercanía “fomenta la circulación de 8 millones de fumadores por distintos kioscos del país en busca de tabaco”.
Además, como casi el 80% del precio de venta al público son impuestos, advierten que “cada día en que los productos no salen de las fábricas, a nivel nacional dejan de ingresar $700 millones de pesos. Sólo en 2019, el sector aportó más de 100.000 millones en concepto de Adicional de Emergencia, Fondo Especial del Tabaco (FET), Impuestos Internos, IVA e Ingresos Brutos”.
Por otra parte, aseveran que una parte del ingreso de los kioscos proviene de la venta de cigarrillos, por lo que de prolongarse el aislamiento muchos de ellos perderían más ingresos.
“Queremos ayudar a nuestros consumidores superar este difícil momento de la mejor manera. Solicitamos que las fábricas industriales de cigarrillos reanuden su producción de inmediato”.
Los productores están de acuerdo. “Los daños y perjuicios ocasionados serán irreversibles. Necesitamos trabajar”, sentenció Pascuttini.