Pese a la presencia policial que por estos días se vio intensificada en las calles y avenidas de la ciudad Capital, los robos callejeros con armas bajo la modalidad de asaltos y arrebatos no cesan.

En las últimas horas, se conoció que durante el fin de semana se reportaron en las distintas unidades judiciales de la ciudad más de una quincena de estos ilícitos.

 
Uno de los hechos ocurridos el domingo fue en horas de la siesta y resultó damnificado Facundo Macedo, de 19 años. El joven relató en el Precinto Judicial Nº 2 que, aproximadmante a las 15.00, cuando se desplazaba a pie por calle Santa Fe, al llegar a la intersección con calle 9 de Julio, en compañía de un amigo fueron interceptados por un sujeto desconocido. Este, exhibiéndoles una cuchilla, los obligó a que les entregaran los teléfonos celulares que llevaban consigo. Luego, el delincuente huyó y los jóvenes llamaron a la Policía.

Si bien en su relato el damnificado logró brindar características físicas del asaltante, la Policía no dio aún con su paradero.

Otro robo con arma, pero esta vez con un revólver, lo sufrió un adolescente de 16 años.

 
A la denuncia la realizó su madre, de apellido Cardozo, quien recordó en la Unidad Judicial Nº 7, que su hijo le comentó que el domingo a las 7.30 de la mañana, cuando regresaba a su domicilio en el barrio Parque Norte, fue víctima de un robo violento.

El muchacho indicó que una moto en la que se conducían dos sujetos se le acercó e, impidiéndole el paso, el que iba de acompañante extrajo un arma de fuego de la cintura y le apuntó amenazándolo para que le diera sus pertenencias.

Sin oponer resistencia, el muchacho le entregó al delincuente el teléfono celular que llevaba en su mano y la suma de 300 pesos que tenía en la billetera. Tras tomar el botín, los delincuentes huyeron con rumbo desconocido.

Agredido

Otro robo violento también registrado el domingo ocurrió en la Avenida Los Terebintos. En el lugar, un joven de 18 años de apellido Ceballez fue abordado por un sujeto quien, tras agredirlo físicamente, le robó.

Según se supo, el ilícito sucedió a las 6.40, cuando el muchacho regresaba a su casa luego de haber compartido un momento con amigos. Metros antes de llegar a su domicilio, un sujeto lo tomó por sorpresa y comenzó a golpearlo por todo el cuerpo. Tras derribarlo, le robó las zapatillas que tenía colocadas, un teléfono celular y la billetera, elementos que llevaba en los bolsillos del pantalón.

Tras el robo, el joven caminó hasta su casa, donde su madre, al verlo lesionado en el rostro y otras partes del cuerpo, llamó a la Policía y estos, a una ambulancia del SAME para que lo asistieran. Finalmente, realizó la denuncia en la sede de la Unidad Judicial Nº 8.

Arrebatos

En cuanto a los robos bajo la modalidad de arrebatos, varios fueron los hechos denunciados.

Pedro Yapur fue uno de los damnificados. El joven de 18 años denunció en el Precinto Judicial Nº 5 que, el domingo a las 6.00 aproximadamente, se bajó de un taxi en la Avenida Argentina Indígena, esquina Amerindia, donde al dirigirse al domicilio de su madre fue interceptado por tres sujetos, quienes le arrebataron la billetera sin causarle lesiones.

 
En horas del mediodía del mismo día, María Villafañez denunció el robo de su cartera tipo bandolera, conteniendo en el interior, entre otros elementos, la suma de tres mil pesos. De acuerdo a la denunciante, el ilícito fue perpetrado por dos sujetos que se movilizaban en moto. En circunstancias que esta caminaba en compañía de su hija de 12 años por la peatonal 17 del barrio Libertador II, fue abordada por el rodado. Sin descender de este, el sujeto que iba atrás tomó la cartera de la mujer y se la arrancó con violencia, dándose de inmediato a la fuga junto al cómplice.

Fernando Barros fue otra joven víctima de los arrebatos. El muchacho denunció en el Precinto Sexto que el sábado, a las seis de la mañana aproximadamente, mientras caminaba por calle Andrés de la Vega y Castro, fue interceptado por un sujeto, a quien dijo luego conocer por el apodo quien, sin mediar palabra, le arrebató el teléfono celular que llevaba consigo para luego, darse a la fuga.

El damnificado salió en su persecución, logrando observar cuando el malviviente ingresaba a una vivienda de calle Andrés de la Vega y Castro. Seguidamente, Barros llamó a la Policía y, a pesar de que le brindó los datos del supuesto autor y el lugar donde este había buscado refugio, no pudieron recuperar el móvil sustraído.