Martes
8 de Octubre de 2024
ESPECTACULO
12 de abril de 2019
El periodista habló sobre su relación con Francisco y dio detalles sobre su vida en pareja, desde la convivencia hasta sus momentos de intimidad sexual.
El “Negro” Oscar González Oro confirmó hace siete meses su noviazgo con Mauro Francisco y el último martes hizo públicas una serie de revelaciones hot sobre su vida privada con su nueva pareja.
El periodista se presentó con “Pancho” dentro del programa “Cortá por Lozano”, que va por Telefé con la conducción de Verónica Lozano, y reveló los lugares más insólitos donde tuvieron sexo.
Oro, de 67 años, dio una serie de intimidades de su vida personal con Francisco, de 37, y al momento de revelar cuál había sido el lugar más extraño para tener relaciones sexuales negó rotundamente que lo hubieran hecho en la playa.
“No, en la playa no, porque fuimos una sola vez a Punta del Este y no, no lo hicimos porque ahí te sacan fotos”, dijo el periodista que se mostró intimidado por los paparazzis que trabajan en el balneario.
Entre otros detalles, Oro explicó cómo se conocieron y afirmó que fue “Pancho” quien le insistió para que la relación comenzara. Sin embargo, El Negro reveló que la insistencia de su novio llegó a ser tal que en un momento decidió bloquearlo de WhatsApp para que no lo siga molestando.
Además, Francisco confirmó que a futuro espera casarse con González Oro, aunque afirmó que tampoco quiere quemar etapas ya que ambos llevan menos de un año de relación.
“Primero, está el tema de las etapas”, dijo “Pancho” y agregó: “Antes, vivía en un monoambiente muy chiquitito que no tenía ni luz, y ahora me mudé a uno con una terraza hermosa. En principio, quiero estar más en mi casa”.
“Después, porque dormimos una noche y el señor era una orquesta… Yo me fui del cuarto, me fui al escritorio que está al lado, cerré la puerta a pesar de que se escuchaba igual, y me vino a buscar con la promesa de que no iba a roncar más”, agregó el novio de Oro.
Sin embargo, ante semejante acusación, El Negro se quejó: “Yo también me quedé una noche en Las Cañitas, y él tenía un turbo ventilador a los pies de la cama, de los que pensé que no existían más. Porque tiene un aire acondicionado, pero el miserable no lo prende”.