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22 de Noviembre de 2024
25 de mayo de 2015
Fue trasladado desde el Regimiento de Granaderos, en el barrio de Palermo. La presidente Cristina Kirchner fue la encargada de depositarlo en el Museo Histórico Nacional
La Fiesta Patria Popular, que culminan este lunes 25 de mayo por la noche, prosigue con una serie de recitales musicales y exposiciones de distinto tipo en las inmediaciones de la Plaza de Mayo.
Sin embargo, desde lo simbólico, el evento del día es el traslado del Sable Corvo del General José de San Martín al Museo Histórico Nacional; hasta hoy se encontraba en el Regimiento de Granaderos de la ciudad de Buenos Aires. El acto comenzó minutos después de las 10.30 y finalizó poco después de las 14, cuando la presidente Cristina Kirchner lo depositó en una urna para que sea expuesto al público.
A través de una resolución publicada el jueves pasado en el Boletín Oficial, el gobierno nacional argumentó que "actualmente, el Museo Histórico Nacional está llevando a cabo un proceso de reconfiguración que pretende exponer la historia argentina desde un abordaje de la construcción social, a fin de volver a articular exposiciones permanentes que den testimonio de nuestra cultura, desde los pobladores originarios hasta el siglo XX".
Pero detrás de los papeles hay otros argumentos que llevaron al Gobierno a determinar el traslado del sable. La Presidente piensa en darle tonos épicos a sus últimos seis meses de gobierno. Ha decidido anticiparse a los historiadores y tratar de grabar en la retina de los 40 millones de argentinos actos masivos que la hagan ver siempre en el centro del escenario.
Cadena, sin discurso
Por cadena nacional pero sin discurso, Cristina Kirchner encabezó el acto de restitución del sable corvo y entregó su custodia al Regimiento de Granaderos.
La mandataria recibió la espada en el Parque Lezama tras el desfile militar que recorrió más de 11 kilómetros para trasladarla desde el Regimiento de Granaderos a Caballo en el barrio de Palermo hasta San Telmo.
Durante una breve cadena nacional, la jefa de Estado depositó el sable del Libertador y su vaina en la vitrina en la que será expuesto a partir de este domingo en el Museo Histórico Nacional.
Tras cerrar la puerta, Cristina Kirchner entregó la llave a un granadero, que se comprometió con su custodia.
Luego, la Presidente recorrió la Sala de Sables del Museo, donde también están expuestas las armas pertenecientes a Manuel Belgrano, Juan Manuel de Rosas y Manuel Dorrego.
Bendición
El desfile militar que trasladó el objeto histórico partió desde el Regimiento de Granaderos a Caballo y recorrió las calles Luis María Campos, Int. Bullrich, Av. del Libertador, Av. Leandro N. Alem, Rivadavia, Bolívar, Yrigoyen y Paseo Colón, hasta llegar al Parque Lezama.
Durante el trayecto, realizó una parada en la Catedral Metropolitana, donde descansan los restos de San Martín, y allí el arzobispo de Buenos Aires, Mario Poli, le dio su bendición.
El sable con el que San Martín peleó en toda la Guerra de la Independencia, había sido legado por su dueño a Juan Manuel de Rosas y tras la muerte de este, su familia lo donó al Museo Histórico Nacional, en 1897.
Allí se alojó el arma durante casi siete décadas pero, tras dos robos de la Juventud Peronista, el presidente de facto Juan Carlos Onganía recuperó el sable y decidió enviarlo al Regimiento de Granaderos, en 1967.
Ahora, tras un decreto de la Presidenta, el sable fue restituido al Museo, tras 48 años, donde volverá ser exhibido al público.