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22 de Noviembre de 2024
29 de noviembre de 2018
Las autoridades argentinas estudian presentar cargos penales en contra del príncipe heredero de Arabia Saudita, Mohamed bin Salmán, ahora que tiene previsto visitar el país para la cumbre de líderes mundiales del G20.
La investigación, que según funcionarios que la estudian se enfoca en posibles crímenes de guerra por la intervención militar saudita en la nación vecina de Yemen, es la mayor prueba internacional sobre si Bin Salmán podrá superar el escándalo que lo rodea por el asesinato del periodista saudita disidente Jamal Khashoggi, columnista del Washington Post.
También se prevé que el caso sobre Khashoggi sea parte de la indagatoria, al igual que acusaciones de tortura dentro de Arabia Saudita.
La investigación en Argentina comenzó por una denuncia del grupo Human Rights Watch, aunque aún se encuentra en las primeras fases y puede que la inmunidad diplomática o de otro tipo blinde de los posibles cargos al príncipe saudita. Los funcionarios argentinos indicaron que es poco probable que la indagatoria resulte en un arresto antes de la cumbre del G20, que empieza el 30 de noviembre.
Sin embargo, el que siquiera exista el riesgo de una disputa en los tribunales argentinos podría empañar un viaje que quienes lo respaldan veían como una oportunidad para que Bin Salmán demostrara que aún es bien recibido entre líderes mundiales pese a la conclusión de agencias de inteligencia turcas y estadounidenses de que él personalmente autorizó el asesinato de Khashoggi.
Si cancelara su visita a la reunión del Grupo de 20, a la que acuden los mandatarios de las mayores economías del mundo, sería señal de que el estigma por el asesinato de Khashoggi seguirá afectando al príncipe de 33 años en su papel como líder regional, mismo rol por el cual funcionarios del gobierno estadounidense de Donald Trump han dicho que mantienen la relación. (El presidente Trump dijo en un comunicado sobre la conclusión de la CIA sobre la culpabilidad de Bin Salmán: “Quizá lo hizo y quizá no”).
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Agentes forenses de Turquía durante una revisión del consulado saudita en Estambul, donde murió el periodista Jamal Khashoggi CreditErdem Sahin/EPA vía Shutterstock
Con el respaldo de la Casa Blanca, el príncipe heredero ha hecho varias visitas recientes a aliados sauditas en Medio Oriente, donde fue fotografiado y no hubo mención alguna al caso Khashoggi.
Sin embargo, su aparente gira de la victoria quedaría frenada antes del final en el G20 con la acción de los fiscales argentinos.
“Mohamed bin Salmán debería saber que, si va a Argentina, podría enfrentarse a una investigación penal”, dijo Kenneth Roth, director ejecutivo de Human Rights Watch, en un comunicado sobre la denuncia.
La ley en Argentina es bastante favorable para presentar casos de abusos internacionales a los derechos humanos debido al legado de la transición de la dictadura. Durante el régimen militar de 1976 a 1983 fueron asesinadas o desaparecidas aproximadamente treinta mil personas. Las leyes sobre inmunidad en Argentina fueron cambiadas a principios de la década de 2000 y sus fiscales ya han presentado cargos contra miles de personas por violaciones a los derechos humanos durante la dictadura.
El código penal en Argentina tiene una interpretación bastante amplia de la jurisdicción universal, la doctrina según la cual se puede juzgar un delito grave contra la humanidad sin importar dónde se cometió.
La fiscalía deberá decidir si abrir la investigación formal a partir de evaluaciones hechas por un procurador elegido por sorteo, Ramiro González, a quien no fue posible contactar para que hiciera comentarios. González ya ha estado involucrado en casos sobre derechos humanos internacionales; estuvo a cargo de una investigación de ocho años sobre crímenes cometidos durante la dictadura española de Francisco Franco.
Aunque el siniestro que más ha afectado la imagen pública de Bin Salmán es el homicidio y desmembramiento de Khashoggi cuando este visitó el consulado saudita en Estambul, la indagatoria argentina está más enfocada en los posibles crímenes de guerra cometidos por Arabia Saudita durante su intervención militar en Yemen.
Bin Salmán, quien también es el ministro de Defensa del reino, ha supervisado una campaña de tres años y medio de bombardeos y bloqueos navales y económicos a Yemen como parte de una coalición que busca expulsar a una facción yemení rebelde aliada con Irán.
La situación ha provocado una hambruna generalizada y el contagio de varias enfermedades, además de miles de muertes de civiles yemeníes. La ONU ha dicho que lo que sucede en Yemen es de las crisis humanitarias más graves del mundo y expertos afiliados a las Naciones Unidas han sugerido que ambas partes del conflicto serían culpables de crímenes de guerra.
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Un hombre frente a lo que era un camión escolar en Yemen antes de un bombardeo de una coalición encabezada por Arabia Saudita. Se estima que murieron 26 niños y 19 resultaron heridos.CreditHani Mohammed/Associated Press
La petición de Human Rights Watch, entregada al sistema judicial argentino el 26 de noviembre, asegura que Bin Salmán es responsable de violaciones del derecho internacional en Yemen por “bombardeos indiscriminados y desproporcionados contra civiles”, así como por el uso de bombas de racimo, prohibidas a nivel internacional.
Al restringir las importaciones de alimentos, la coalición encabezada por los sauditas “también habría violado la prohibición de usar el hambre como estrategia bélica”, indica la denuncia.
Además, Human Rights Watch argumenta que “el gobierno saudita, bajo la autoridad del príncipe heredero Mohamed Bin Salmán, ha sido implicado en acusaciones serias de tortura y otros malos tratos de ciudadanos sauditas”. Hay reportes recopilados por Human Rights Watch sobre el trato a mujeres activistas detenidas que fueron sometidas a choques eléctricos, golpes y maltrato sexual.
FUENTE: New York Times: