La desaparición de una chica de 14 años en la localidad santafesina de Rufino movilizó ayer a toda la comunidad de la zona del sur de la provincia. Chiara Páez fue buscada durante toda la tarde y por la noche el operativo ya contaba con intervención de la Justicia para determinar su paradero. Cuando la policía y los investigadores llegaron hasta la casa de su novio de 16 años, el menor confesó el crimen y reveló que el cuerpo de la menor estaba enterrado en su domicilio.

Según explicó el fiscal Mauricio Clavero, Manuel M. ya había declarado durante el transcurso de la jornada pero la situación cambió por la noche, en el momento en que la pesquisa llevó al funcionario y a personal del Estado provincial hasta su vivienda. La primera versión sobre el violento desenlace indica que el chico mató a la niña al cabo de una discusión y luego escondió el cadáver. Poco antes de la medianoche, los perros rastreadores confirmaron la ubicación de los restos tras ingresar al inmueble ubicado sobre San Martín al 800, donde funciona un taller de herrería.

Tanto Clavero como los funcionarios del Gobierno santafesino que colaboraron en la búsqueda señalaron que la tarea para encubrir el asesinato debió requerir la colaboración de otras personas, por lo que la Fiscalía ordenó detener a cuatro personas que integran el núcleo familiar del acusado. En cuanto al móvil del crimen, los parientes de la víctima señalaron que la adolescente estaba embarazada, aunque el fiscal todavía espera la confirmación correspondiente a la autopsia para avanzar sobre esa información en el marco de la causa.

“No lo podemos creer. El chico era bueno y tranquilo. Yo fui su preceptora. Ni se le sentía la voz”, contó a C5N Lorena, tía de Chiara. “No lo creo capaz de haber hecho esto solo”, agregó la mujer.

Casi 400 personas se movilizaron durante la tarde de ayer en una búsqueda angustiosa que contó con la colaboración de bomberos de varias localidades cercanas junto a personal del área de Protección Civil del Gobierno de Santa Fe.

Fuente: Clarín.