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ESPECTACULO
30 de mayo de 2018
El artista se impuso en cuatro de las siete categorías en la que compite. Su disco "Random" se quedó con "Producción del año", "Diseño de portada" e "Ingeniería de grabación". Y además se llevó el Gardel de Oro
Charly García lo hizo una vez más. Cuando muchos veían su carrera ya cerca del ocaso, volvió con la sabiduría de sus 66 años y su talento a prueba de todo, sacó un disco, se subió a un escenario y tocó. Y volvió a enamorar. Con Random, su celebrado último disco, el músico ganó su tercer Gardel de Oro (los anteriores fueron en 2002 y 2003) y logró en total siete nominaciones en la edición 20° aniversario de los premios, cuya ceremonia se llevó a cabo en el CCK.
A diferencia de algunas otras ocasiones, en ésta, la 20 edición de la entrega de los premios con los que CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videos), no hubo demasiado espacio para la sorpresa.
Ya por la tarde de ayer, durante la primera parte de la entrega, que se llevó a cabo en la Sala Argentina del CCK, el nombre del creador de Sui Generis, La máquina de hacer pájaros y Seru Giran había sonado ganador para ingeniería de grabación, diseño de portada, mejor video clip y producción del año, marcando una tendencia cuyo desenlace se podía sentir en el aire.
En esa misma previa de la gala realizada en la Sala Sinfónica, y animada musicalmente por Leo García junto a Benito Cerati, y Miss Bolivia, Julia Zenko, La Bruja Salguero, Baltasar Comotto, Daniel Agostini, Jorge Rojas, Lucio Balduini y Leo Sujatovich, entre otros, fueron recompensados con una estatuilla.
Como un collage musical, con el acompañamiento de una orquesta sinfónica de los Premios Gardel bajo la dirección de Popi Spatocco, las voces de Axel, Mercedes Sosa, Gustavo Cerati, León Gieco, Charly García, Adrián Dárgelos, Abel Pintos, Andrés Calamaro, Ricardo Mollo, la Bersuit, Sandro y Luis Alberto Spinetta dieron la bienvenida a la 20 edición de los Premios Gardel, en la sala sinfónica del CCK.
Enseguida, el animador de la velada, Germán Paoloski puso en marcha la entrega de las estatuillas, que tuvo a Ale Sergi junto a Juliana Gattas, y a Karina como primeros premiados. Los primeros como Mejor Álbum Grupo Pop, por Fuerte; la segunda, como Mejor Álbum Artista Femenina Tropical, por Mujeres.
Enseguida, la tradición sintonizó con la entrega, al poner a Los Carabajal sobre el escenario, para recibir la estatuilla correspondiente al Mejor Álbum Grupo de Folclore, por Los Carabajal - 50 años en vivo. "Parece que con el folclore siempre hay que remarla un poquito más", señaló a su tiempo Musha Carabajal, quien sintetizó su propuesta como algo familiar.
El primer intermedio musical llegó desde La Cúpula del Centro Cultural, de la mano de Suéltate Rock and Roll, en una versión compartida por David Lebon y Rocco Posca. La primera "pausa" en la transmisión sirvió para que los fans de Karina y Luciano Pereyra contrastaran gritos; y a continuación, el auténtico decadente Martín Mosca anunció a Ulises Bueno como Mejor Artista de Cuarteto, por su disco Creo.
La palabra de Guillermo Castellani, presidente de CAPIF (Cámara Argentina de Productores de Fonogramas y Videos) destacó la presentación de 1.400 obras para que fueran consideradas para las diferentes categorías, y anunció la posible realización de futuras ceremonias en otras ciudades del país. Pero la primera gran ovación no fue para ganador alguno, sino para Palito Ortega, quien recientemente fuera reconocido por la institución.
Daniel Agostini anunció, a su turno, al Mejor Álbum Grupo Tropical, que le correspondió a Los Palmeras, por su disco 45 Años - Los Palmeras. Y de inmediato, la celebración pasó de la cumbia santafesina al rock. "El ganador es Charly García con Random", exclamó Benito Cerati, y sus músicos agradecieron en nombre del “jefe”.
El cuarto musical estuvo repartido entre la voz de Axel y los colchones de cuerdas de la orquesta dirigida por Spatocco. Axel puso su impronta, y el prólogo al Gardel para Los Pericos, por su álbum 3000 vivos. Fue entonces el momento de Fabiana Cantilo, quien se quedó con la estatuilla a Mejor Álbum Artista femenina de Rock, por su Proyecto 33.
Como si el tiempo ni hubiera pasado. Soda Stereo resonó en la voz de Lula Bertoldi, cuando anunció que Séptimo Día es el Mejor Álbum Conceptual. Luciano Pereyra tuvo su premio como Mejor Álbum Artista Masculino Pop, por La vida al viento, y Axel se llevó el premio votado por la gente a la Canción del Año, por Aire.
Finalmente, feliz, caminando lentamente, acompañado por sus músicos y con una de esas sonrisas que quedan en la memoria para siempre, Charly salió a escena por primera vez casi a la medianoche, y recibió su tercer Gardel de Oro de manos de Palito Ortega. "Se lo quiero dedicar a Gardel, Spinetta, Cerati", expresó Charly muy contento. Luego deleitó a todos con “Inconsciente colectivo”.
Sin dudas, la frutilla de la torta para el emblemático músico fue el Oro, premio que lo ganó por tercera vez en 20 años, igualando la marca de Abel Pintos.
Repasar su vida y su carrera es un camino con altos y bajos, curvas y precipicios, jamás una línea recta. En 1951 nació bajo el nombre de Carlos Alberto García Moreno y mostró su talento para la música desde sus primeros años. Su oído absoluto le permitía reconocer aquellos sonidos que para la gran mayoría estaban ocultos y desde los cinco tomó lecciones de piano: Bach, Mozart y Chopin eran parte de su repertorio. Toda esa formación clásica se interrumpió cuando descubrió el rock, y en especial a los Beatles. "La civilización terminó el día que los Beatles publicaron 'I Want To Hold Your Hand", contó en una entrevista.
Durante el secundario, en la escuela Dámaso Centeno, conoció a Nito Mestre, quien sería su primer compañero musical, en la formación Sui Generis, que marcó a la generación de los ´70s, con sus letras cargadas de inocencia y cadencia folk. La imagen de esos dos flacos de pelo largo quedó inmortalizada en la tapa de Vida (1972), su disco debut. Sus primeros temas “Canción para mi muerte”, “Necesito”, “Natalio Ruiz, el hombrecito del sombrero gris”, “Cuando comenzamos a nacer” y “Quizás porque”, retrataban lo absurdo del mundo y el público se identificaba.
Cuando el grupo alcanzó el pico de su popularidad, Charly decidió poner punto final. El desgaste de los shows, la aparición de la censura, y la búsqueda de nuevos rumbos musicales, lo llevaron a tomar la decisión.