El empresario Jorge “Corcho” Rodríguez sufrió hoy un duro revés judicial: el juez Sebastián Casanello dispuso hoy la inhibición general de sus bienes, en el marco de la causa en la que se investiga a la expareja de Susana Giménez por el presunto pago de sobornos de la brasileña Odebrecht.

El magistrado busca establecer si la constructora brasileña entregó sobornos a funcionarios argentinos (algo que admitieron algunos de sus ejecutivo bajo el régimen de delación premiada) para quedarse con el contrato de la planta potabilizadora Juan Manuel Rosas en Tigre, que llevó adelante la empresa estatal AYSA con financiamiento inicial del ANSES. En dicha obra, Odebrecht integró una UTE junto a Cartellone, Roggio y Supercemento.

El propio “Corcho” Rodríguez admitió su relación con Odebrecht aunque aseguró que los asesoraba en “comunicación” y percibía por ello honorarios. La justicia argentina sigue la pista de movimientos bancarios en Uruguay en cuentas de sociedades que serían de Rodríguez, por las que podrían haberse canalizado los sobornos.

Es por ello que el juez solicitó al vecino país información sobre la sociedad "Sabrimol" y dispuso que se envíe un exhorto a Panamá, en busca de datos sobre "Engineering Consulting and Services" y otras sociedes bajo investigación allí.

Consultado por el diario La Nación, Jorge "Corcho" Rodríguez desmintió haber formado parte de cualquier maniobra ilícita. "Juro por mi hija que nunca le pedí a ningún ejecutivo de Odebrecht dinero para coimear a funcionarios”, sostuvo en diálogo con ese medio días atrás.

El entramado de actores involucrados en la adjudicación de la millonaria obra incluye a Carlos Ben, expresidente de AYSA a quien también se está investigando, y Raúl Binacuzzo, su segundo. Ben había llegado al máximo sillón de la empresa impulsado por el gremialista José Luis Lingieri, titular de SBATOS, de excelente relación con el secretario de Obras Públicas José López, famoso por intentar esconder 9 millones de dólares en un convento de General Rodríguez.

La justicia pudo determinar que ante el intento de ejecutivos de Odebrecht de contactarlo, López les mandó a decir a través de un colaborador que “hablen con el Corcho”. A fines de junio, Casanello allanó las oficinas de Rodríguez, aunque todavía no fue llamado a indagatoria.