El presidente Mauricio Macri y la primera dama, Juliana Awada, fueron recibidos en la ciudad de Tokio por el emperador Akihito y su esposa Michiko.

Así lo informó esta madrugada oficialmente la Presidencia, en lo que marca el final de la agenda prevista para el mandatario en su visita oficial a Japón, la primera que un presidente argentino realiza a ese país después de 19 años.

El encuentro con el emperador y su esposa, que tuvo lugar en el Palacio Imperial, se desarrolló cerca de las 11 hora de Tokio, es decir a las 23 del viernes, hora de Argentina.

Previamente, el mandatario y su esposa habían visitado el santuario Meiji, donde firmaron el Libro de Honor y participaron de los rituales. Allí, Macri y Awada fueron recibidos por el Monje Principal, Miyazaki, a quien el jefe de Estado le obsequió un algarrobo blanco, según se informó.

De acuerdo con lo previsto, el mandatario, junto a la primera dama y a la comitiva que lo acompañó en la gira asiática que se desarrolló a lo largo de esta semana, emprendió su regreso al país cerca de las 19:30 hora de Japón, 7:30 del sábado en la Argentina.

De esta forma, Macri finaliza el viaje que tuvo como primera escala, el sábado pasado, a Dubai (Emiratos Árabes Unidos), que continuó luego por China y que finalmente concluyó en Japón, adonde permaneció durante dos jornadas.

El viernes, en la ciudad de Tokio, el presidente se reunió con el primer ministro Shinzo Abe, quien le expresó un "profundo respeto" por su "notable liderazgo" en la región y señaló que la Argentina cumple un papel de "locomotora en el continente sudamericano".

Además, Macri y Abe coincidieron en la intención de imprimirle carácter "prioritario" y "estratégico" a la relación bilateral.

Del mismo modo en que ocurrió en Dubai, Beijing y Shangai, también en Tokio, más allá de las reuniones políticas y protocolares, Macri desplegó una intensa agenda de encuentros con empresarios en los que buscó atraer inversiones y acrecentar los vínculos comerciales.