Viernes 22 de Noviembre de 2024

NUTRICIóN

5 de noviembre de 2016

La Pasta, si o no?

Estamos atravesando una época donde se buscan culpables de la epidemia de obesidad… Acusan a las harinas incluyendo a las pastas, panes, galletas, cereales; otros a las grasas…

Sin embargo, no existe un único responsable, cuando en realidad existe un exceso total en el consumo de calorías sumado a un sedentarismo que se incrementa cada año. No faltan “expertos” que “regulan” cuales son los alimentos buenos o malos. Podemos definirlos como tal? ¿Qué determina que un alimento sea bueno o malo?   Vamos a aclarar conceptos en relación a las PASTAS.

El aporte calórico de un plato de pasta de 100 g es de 330 calorías.

Existen  dos variables a tener en cuenta: si nos servimos en exceso, es decir la cantidad consumida y el tipo de salsa y cantidad de queso que le agreguemos. Las pastas se elaboran con harina de trigo o sémola (trigo), agua, huevo y sal. Si  miramos su composición nutricional, todos estos elementos nos aportan hidratos de carbono, proteínas y un mínimo porcentaje de grasa. Asimismo sabemos que se encuentran fortificadas con vitaminas, ácido fólico  y minerales. Si se preparan con harina integral, aumenta el aporte de fibra,  brindando una interesante herramienta para obtener más saciedad.

La mejor estrategia es empezar la comida con un plato de verduras, ya sea como ensalada o bien como una sopa (según la época del año y las preferencias). El punto en conflicto es elegir adecuadamente salsa:  Las mejores, son aquellas preparadas con una base de verduras:  salsa de tomate fresco, aceitunas, especias o verduras salteadas. O si prefieren el aceite de oliva, limitarse a una cucharada sopera. Es importante evitar las salsas cremosas, cuyo aporte calórico es excesivo. Además estar atentos al agregado de queso rallado: cantidad recomendada son 2 cucharadas soperas.  Si no les gusta la salsa de tomate, pueden optar por acompañar la pasta con un queso untable descremado aligerado con leche descremada, o bien usar la crema 0%.

La otra pregunta es: ¿Elijo pastas secas o frescas? La diferencia radica especialmente en la cantidad de sodio que contienen: las pastas frescas son más saladas. En tanto las pastas rellenas, variarán su aporte calórico según el relleno que se utilice: tratar de elegir rellenos con verduras y quesos magros (ricota magra).

Un dato a tener en cuenta: al cocinar las pastas al dente, logramos una digestión más lenta y por ende, nos sentiremos saciados por más tiempo. Es importante especialmente en las personas con diabetes al generar un incremento gradual del azúcar en sangre (glucemia).

Entonces… no existen alimentos buenos o malos. Podemos comer de todo, variando nuestro menú y buscando el equilibrio. Y esto incluye las pastas!!

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