Sábado 27 de Abril de 2024

SALUD

24 de octubre de 2016

¿Qué es Mindfulness?

Mindfulness permite reconocer lo que está sucediendo mientras está sucediendo, aceptando activamente el fluir de la experiencia tal cual se está dando.

Mindfulness ha sido traducida al español en diferentes formas, todas compuestas a falta de una palabra que de con el significado original. Las traducciones más comunes son Atención Plena, Plena Conciencia, Presencia Mental y Presencia Plena/Conciencia Abierta entre otras. Emplearemos la traducción más utilizada en este momento que es "Atención Plena" y, en la generalidad de los casos, directamente el vocablo inglés Mindfulness.

La palabra Mindfulness es también una de las primeras traducciones que se hicieron de la palabra "sati" en pali, un idioma vernacular similar al sánscrito que se hablaba en la época en que el Buda comenzó a enseñar hace 2500 años. Sati es la nominalización del verbo "sarati" que significa rememorar o recordar. Puesto que recordar es precisamente traer al presente, en su concepción última sati o mindfulness es la capacidad humana básica de poder estar en el presente y de "recordarnos" estar en el presente, es decir, constantemente estar volviendo al aquí y ahora. 

No podríamos vivir sin la capacidad de estar en el presente: es la que nos permite recordar a dónde estamos yendo mientras caminamos, aún cuando durante el trayecto nos hayamos perdido en miles de pensamientos. Sin Mindfulness sería imposible poder observar y reconocer la propia experiencia y vivir en este mundo. Sin embargo, y aunque creemos tener control conciente de nuestra atención, lo que normalmente sucede es que estamos constantemente atendiendo a pensamientos acerca del pasado o del futuro o bien, reconociendo solo una pequeña porción de lo que está sucediendo en el presente: si lo que estoy experimentando me gusta, quiero que continue o si lo que estoy experimentando me desagrada, quiero que desaparezca.

Mindfulness permite reconocer lo que está sucediendo mientras está sucediendo, aceptando activamente el fluir de la experiencia tal cual se está dando. Así es que, aunque experimentemos algo desagradable (por cierto algo inevitable en la medida en que estemos vivos), podremos ahorrarnos el sufrimiento añadido de tener que lograr que aquello desagradable desaparezca. Quedarse solo con lo que experimentamos sin agregar sufrimiento es lo que la práctica de mindfulness permite.

Aunque comunmente se asocia mindfulness o sati con el budismo, muchas de las tradiciones religiosas del mundo utilizan mindfulness de manera implicita o explicita, pues es una capacidad básica y humana de conexión con el presente. La asociación con el budismo debe su razón a que fue en el seno de esta tradición que se generaron un corpus amplio de prácticas que permiten refinar y profundizar esta capacidad hasta grados altísimos. La meditación mindfulness o de insight es una de ellas y se practica en una gran cantidad de formas.

Durante los últimos 30 años, la práctica de Mindfulness o Atención Plena estáintegrándose a la  Medicina y Psicología de Occidente. Es aplicada, estudiada científícamente y por ello reconocida como una manera efectiva de reducir el estrés, aumentar la autoconciencia, reducir los síntomas físcos y psicológicos asociados al estrés y mejora el bienestar general.

Mindfulness o Atención Plena significa prestar atención de manera conciente a la experiencia del momento presente con interés, curiosidad y aceptación. Jon Kabat-Zinn, conocido referente mundial de Mindfulness por haber introducido esta práctica dentro del modelo médico de occidente hace más de 30 años, fundó la Clínica de Reducción de Estrés en el Centro Médico de la Universidad de Massachusetts. Allí introdujo a los pacientes a la práctica de Mindfulness para el tratamiento de problemas físicos, y psicológicos, dolor crónico, y otros síntomas asociados al estrés.

Jon Kabat-Zinn define Mindfulness como:

“Prestar atención de manera intencional al momento presente, sin juzgar”.

Este tipo de atención nos permite aprender a relacionarnos de forma directa con aquello que está ocurriendo en nuestra vida, aquí y ahora, en el momento presente. Es una forma de tomar conciencia de nuestra realidad, dándonos la oportunidad de trabajar concientemente con nuestro estrés, dolor, enfermedad, pérdida o con los desafíos de nuestra vida. En contraposición, una vida en la que no ponemos atención, en la que nos encontramos más preocupados por lo que ocurrió o por lo que aun no ha ocurrido, nos conduce al descuido, el olvido y al aislamiento, reaccionando de manera automática y desadaptativa.

La atención plena nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno, atendiendo de forma integral a los aspectos de la persona; cuerpo, mente y espíritu. Practicando la atención plena desarrollamos una mayor capacidad de discernimiento y de compasión. La práctica de esta atención abre la puerta hacia nuevas posibilidades, nos trae al aquí y al ahora, nos invita a vivir una vida de manera plena y en el presente.

¿Sabés qué es el Mindfulness nutricional? 

El concepto de atención plena también puede aplicarse a la mesa para comer de forma consciente, sana y placentera.

¿Tenes atención plena cuando comes, lo haces saboreando y degustando cada bocado? ¿O comes demasiadas veces de una forma mecánica e impulsiva?

Estas son preguntas claves para comenzar a evaluar cuál es tu comportamiento frente al “momento de comer”.“Cuántas veces comemos porque estamos cansados, porque no sabemos qué hacer y decidimos ir a ver qué hay en la nevera, porque estamos nerviosos o porque es la hora de comer y aunque no tenemos hambre nos atiborramos”, afirma la nutricionista española Verónica Chazón.

El Mindfulness es trata de una práctica budista, con más de 2.500 años de antigüedad, que cada vez está tomando más fuerza en occidente. En la actualidad las aplicaciones de este concepto se extienden a casi todos los campos, como por ejemplo al de la educación, de la empresa o de la salud.

Beneficios del Mindfulness

Numerosos estudios científicos han demostrado que un estado de atención consciente no solo ayuda a reducir el estrés o la ansiedad, sino que también contribuye a mejorar la creatividad, aumentar la resistencia emocional y a disfrutar más de lo que se hace.

Como el resto de capacidades del ser humano, la atención también se puede entrenar aunque los resultados son progresivos. Entonces, tomando esta premisa surge la pregunta:¿Cómo comemos?

¿Despacio? ¿Tranquila? ¿Siempre en un mismo sitio? ¿Con horarios? ¿Viendo la tele o delante de la compu? 

Por lo general y dado el ritmo de vida actual, no se suele reparar en la forma de comer, “que es lo que va a marcar los hábitos y la clave para ayudarnos a mantener el peso a largo plazo sin  recuperarlo en cuanto dejemos la dieta”enfatiza Chazón.

Así, nuestra forma de comer también es determinante para llevar una alimentación sana y con consciencia.

Y ahora te preguntarás: “¿cómo puede ayudarme el mindfulness a comer mejor?”. Si eres como la mayoría de los mortales, seguro que más de una vez habrás empezado una dieta y la has acabado dejando a los pocos días o semanas. Es muy normal. Empezamos con ilusión y buenas intenciones pero no lo conseguimos mantener en el tiempo, lo que nos acaba haciendo sentirnos culpables.

Por otro lado, pasamos mucho tiempo pensando sobre lo que comemos, dudando sobre si es adecuado, si hacemos el suficiente ejercicio, etc. pero ni siquiera nos centramos en disfrutar de la comida.

La práctica del mindfulness integrada en la alimentación empieza por saborear de forma consciente los alimentos. De este modo se va interiorizando la plena consciencia del presente, que nos acabará ayudando a comprender el por qué de nuestras acciones y, consecuentemente, a cambiar nuestro comportamiento para deshacernos del malestar.  

 

La importancia de la respiración

Del mismo modo que en el deporte, una correcta respiración es fundamental para llevar a cabo el mindfulness e integrarlo en tu vida. Aunque no es fácil y existen muchas formas de respiración, puedes empezar con la más sencilla, intentando acompasarla prestándole atención. Los primeros días te ayudará si buscas un lugar tranquilo, sin ruidos que puedan desconcentrarte. 

 

Cómo aplicar el mindfulness en la alimentación

Antes de meterte de lleno en el mindfulness es importante que sepas que al principio no será un camino de rosas. Piensa que la alimentación consciente es como una maratón: larga y dura. Por este motivo deberás ir avanzando poco a poco, aprendiendo paso a paso hasta que domines la práctica.

1.    Para empezar a aplicar el mindfulness, lo primero que debes hacer es comer como una experta crítica gastronómica: huele, toca y saborea cada bocado que lleves a tu boca, y date las gracias por ello. Por supuesto, como buena crítica debes comer sentada a la mesa. Se acabó eso de comer en la oficina delante de la computadora, caminando o de pie en la cocina.

2.    Otro factor indispensable para comer conscientemente es evitar hacer más cosas mientras comes, como ver la tele, leer, hacer la lista de la compra, hablar por teléfono, etc. No te preocupes si los primeros días te sientes rara o tienes la sensación de que te falta algo. Es totalmente normal.

3.    Antes de empezar a comer, respira profundamente. Este acto tan sencillo te ayudará a centrarte en el momento presente.

4.    Trata de evitar a toda costa las ingestas emocionales. Nada de comer con ansiedad y sin freno. Para ello, puntúa del 1 al 10 tu sensación real de hambre y céntrate en ello. 

5.    Deja el tenedor en la mesa mientras masticas. De este modo comerás más lento, lo que ayudará a centrar tu atención.

6.    Para evitar atracones, intenta comer con tu mano no dominante y prioriza la ingesta de fibras, que, al regular los niveles de azúcar en sangre, evitarán las tentaciones.

7.    No te tortures si tenes un antojo. Según los expertos, el hecho de ignorarlos los hace más fuertes. Simplemente reconócelo y actúa de forma reflexiva. Pregúntate si es un hábito o un deseo puntual, y si existe una alternativa más saludable que pueda compensarlo.

8.    Aunque parezca una cosa de niños, deja tu comida favorita para el final. Nuestra memoria retiene el último bocado como el mejor, por lo que será menos probable que quieras comer algo más después si tenes un recuerdo fuerte de cuánto disfrutaste el final de la comida.

9.    Cocina con atención e intenta disfrutar el momento. Para ello, céntrate mentalmente en el proceso, huele la comida mientras se cocina, medita. Si podes, deja preparada las comidas el día anterior.

10.  A la hora de elegir los alimentos, centrate primero en los que te nutren y evitarás comer calorías vacías. Para ayudarte a hacerlo, coloca la comida saludable donde puedas verla y esconde lo que menos te interese comer. 

¡No te lo pienses y opta por el mindfulness para cuidar tu alimentación!

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