Uber cumplió un mes en Argentina
La popular aplicación de transporte colaborativo se activó a las 16:00 del pasado 12 de abril, y desató desde entonces una oleada de protestas de los taxistas con el aval del Gobierno
Los representantes de Uber dieron sus primeros pasos a fines de 2015, cuando mantuvieron reuniones con funcionarios del Gobierno de la ciudad de Buenos Aires, pero su desembarco se hizo inminente recién el 27 de marzo. La empresa tomó una decisión que dejó entrever la pronta puesta en marcha de la app: convocó a conductores en su primera acción oficial. Y fue exitosa: se inscribieron 15.000 en las primeras 24 horas. Las protestas de los taxistas llegaron al centro porteño al día siguiente. Un grupo cortó la calle al frente de un hotel donde se capacitaban choferes de Uber, y rápidamente la violencia escaló: comenzaron a arrojar piedras. ¿Qué reclamaban? Que la app generaba competencia desleal y que los vehículos no tenían licencia de taxis para conducir. El Gobierno abrazó ese argumento y definió que el servicio era ilegal, por lo que si detectaban vehículos relacionados con la app, se los llevaría con una grúa del Gobierno y le corresponderían multas de hasta 77.000 pesos. Mariano Otero, CEO de la empresa en el país, aseguró en diálogo con Infobae que el Código Civil y Comercial establece que un prestatario y un prestador pueden establecer un contrato de transporte, y estas dos personas son privadas. "En las 400 ciudades que estamos, los taxis no desaparecieron", agregó. El bloqueoLos cortes simultáneos en la ciudad de Buenos Aires fue el próximo paso de los taxistas. Y luego de que presentaran un recurso de amparo, la Justicia porteña ordenó suspender la aplicación. "Podés manejar tranquilo", respondía la empresa desde sus redes sociales. Y su estrategia de comunicación quedó en evidencia al negar el freno judicial: llegar sin pedir permiso y no confrontar, a la vez que regaló viajes de hasta $200 a sus usuarios durante cinco días. La segunda medida judicial fueron los allanamientos. El fiscal Martín Lapadú ordenó operativos en un estudio jurídico y una casa particular. En las afueras del estudio, un grupo de taxistas le pegó a un usuario de la aplicación que defendía el servicio. La Justicia luego intentó bloquear el servicio y canelar la forma de pago único que tienen (por tarjeta de crédito), pero la app siguió funcionando. La medida para que los plásticos se abstengan de percibir el cobro de viajes se hizo efectiva sólo con algunos medios de pago. Los carteles de "Fuera Uber" se ven cada vez más en los parabrisas de conductores de taxis, pero la app siguió funcionando. La última protesta de los taxistas fue en mayo, y tuvo un giro inesperado. Un grupo golpeó y rayó el auto de un supuesto conductor de la empresa, pero finalmente no era tal. En diálogo con Infobae, Héctor aseguró que nunca fue chofer de la app, y que fue una víctima de toda la situación. ¿Qué pasó en la región? Mientras su actividad en el país continúa en una zona gris, con decisiones judiciales en contrario y el Gobierno de la Ciudad del lado de los taxistas, hoy el municipio de San Pablo, en Brasil, reglamentó "el trsansporte individual por aplicaciones", con lo que Uber cuenta con regulación estatal en 111 distritos en el mundo (un país: Filipinas, 47 estados -en EEUU, México, Australia e India- y 63 ciudades -en EEUU, Canadá, Lituania y México), pese a que presta servicio en 445 ciudades alrededor del globo. "San Pablo ha elegido adaptar sus regulaciones a medida que nuevas opciones de transporte van apareciendo impulsadas por nuevas tecnologías tomando la delantera en regular los servicios de ridesharing en América Latina", explicaron desde Uber.En Chile, si bien Uber lleva dos años operando, en las últimas semanas arreció el conflicto con los taxistas al compás del conflicto argentino. La aplicación respondió a la marcha convocada para esta semana con viajes gratis, la misma estragegia que usó en Buenos Aires. Y en muchas otras ciudades.