Viernes 22 de Noviembre de 2024

POLICIALES

9 de mayo de 2016

Salta: Abusó de dos niñas de 9 y 6, fue descubierto y casi lo linchan

Ocurrió en un negocio frente a la escuela de Bº Cherenta, en Tartagal. Los vecinos castigaron al abusador y no permitieron el saqueo de su negocio

Dos nenas de 9 y 6 años fueron arrebatadas prácticamente de las manos de un quiosquero violador por una vecina que se convirtió en la heroína de la jornada al impedir con su rápida intervención el ultraje de dos niñas wichi. 
El sábado en la tarde, en el barrio Cherenta, el quiosquero pretendió someter a la mayor, quien pidió ayuda a gritos, queja que motivó la rauda intervención de una vecina, que por poco derribó la puerta del negocio a puntapiés y golpes de puño, y cuyos gritos provocaron una pueblada posterior. 
Las niñas fueron rescatadas y el abusador sometido a un violento castigo corporal, cuya gravedad no trascendió. La golpiza se detuvo cuando llegó la fuerza pública. 
La indignación enardeció además a un grupo de adictos, que sobreactuando pretendieron saquear el negocio del abusador, pero otra vez la férrea posición vecinal impidió este nuevo delito.
La intervención de la vecina fue fundamental y según su versión se motivó porque ella había visto cuando las dos hermanitas de 6 y 9 años llegaron hasta un quiosco. 
El negocio se encuentra en la comunidad Cherenta, frente a la escuela wichi Che Sundaro.
Las chiquitas no fueron atendidas por la ventana, sino que el sujeto las hizo pasar. Como se demoraban en salir, la vecina temió que fueran violadas por el propietario del comercio, sobre quien pesan otras acusaciones y sospechas por hechos similares.
Increíblemente, aun con antecedentes tenía su negocio frente a la escuela.
Por un "mandado"
Todo se produjo el sábado alrededor de las 7 de la tarde, cuando los padres de las chiquitas las mandaron a comprar gaseosas y cigarrillos, a un negocio que normalmente atiende por una ventana.
Poco antes que las niñas llegaran al comercio saludaron a una vecina que se encontraba en la vereda de su casa.
La mujer, cuya identidad no trascendió, se quedó perpleja cuando el comerciante con maliciosa actitud las hizo pasar al interior del negocio y cerró la puerta tras él.
Con "el ojo en el charqui" la mujer sospechó lo peor y tras unos minutos escuchó un quejido, luego un grito de auxilio por lo cual cruzó corriendo la calle en dirección a la vivienda donde funciona el quiosco y comenzó a solicitar al depravado que cese en su intento, un hombre de 60 años que se vio sorprendido por la furia de la mujer.
La heroína no solo pretendió ingresar al comercio sino que en su intento de destrozar la puerta alertó a otros vecinos del delito que había evitado en el momento en el que el sujeto se disponía a violar a la mayor de las nenas.
"Las niñas fueron rescatadas del lugar en medio de un llanto incontenible", refirió un policía que poco después participó de un gran operativo.
Los uniformados tuvieron que quitarle a los vecinos al sexagenario abusador cuyo rostro se hallaba coloreado, que resistía arrinconado, pero aún en pie, una lluvia de furia hecha golpes.
El sujeto -que sería de apellido Aparicio- fue revisado por un médico y luego alojado en la comisaría 45.
El quiosquero recibió un duro castigo y la intervención policial le salvó la vida. Después de la detención los hechos no terminaron allí sino que un grupo de muchachos que conforman una patota intentaron ingresar a la casa donde funciona el comercio con la intención de saquear y robarse todo lo que encontraran. Pero en esta oportunidad también fueron los vecinos -en su mayoría mujeres- los que impidieron que ingresaran al lugar.
"No le permitimos que hicieran nada porque si bien ese tipo debe terminar sus días en la cárcel su esposa tiene que seguir viviendo de ese negocio", dijo una mujer. Así, la humilde comunidad de Cherenta dio ejemplo de solidaridad.
Las actuaciones quedaron a cargo del fiscal penal en turno Pablo Cabot que indagará al sexagenario por el intento de violación y el abuso sexual en perjuicio de las dos hermanitas.

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