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POLICIALES
22 de abril de 2016
Según el expediente que se presentó ante la fiscalía de turno, la última denuncia ni siquiera encajaba en la figura de tentativa de hurto “¿De qué sirve lo que digan ahora las víctimas? ¡Ya están sueltos!”, bramó el concejal de la “Ciudad Jardín”, Marcelo Rojas
Los vecinos y visitantes de Yerba Buena respiraron aliviados cuando se enteraron que la Policía había desarticulado una supuesta banda que, con un novedoso recurso electrónico, robaba en el interior de autos en distintos sectores de la avenida Aconquija. Pero de la alegría pasaron al desencanto. El martes, los cuatro hombres acusados de esos hurtos fueron puestos en libertad por orden de la Justicia, y en la vecina ciudad se desató una polémica que pareciera no tener fin.
El lunes a la mañana, una vecina cuyo nombre se mantiene en reserva, no podía cerrar su vehículo de alta gama que había estacionado en la playa de estacionamiento de un súper de esa ciudad. Miró a su alrededor y sospechó de cuatro hombres que estaban en un Fiesta Kinetic. Le avisó a un agente y éste, después de pedir apoyo por radio, los redujo y al requisarlos, además de encontrarles celulares y dinero en efectivo, les secuestró una especie de control remoto del estéreo de auto.
Los investigadores creyeron que los detenidos -varios de ellos son integrantes del clan “Los Gardelitos”- formaban parte de una banda que castigó durante semanas a esa ciudad.
La Policía desde hace bastante tiempo estaba detrás de los pasos de desconocidos que robaban vehículos de alta gama que estacionaban en la avenida Aconquija, pero la mayor cantidad de delitos ocurrían en la zona bancaria de la “Ciudad Jardín”. A los pesquisas les llamó la atención un dato: a los vehículos no les violentaban las cerraduras y, en muchos casos, los damnificados encontraban sus autos cerrados, tal como los habían dejado.
Resultó imposible para LA GACETA cuantificar los casos, pero sí se estableció que empresarios, ejecutivos de bancos, profesionales, dirigentes políticos y hasta un funcionario de la Corte Suprema de Justicia fueron las víctimas. Además de dinero en efectivo, los ladrones también se llevaron anteojos, celulares de alta gama, artículos electrónicos y computadoras, entre otros elementos.
En la Justicia
La fiscal Adriana Reinoso Cuello ordenó la aprehensión de los acusados y que los presentaran al día siguiente a declarar. Ese tiempo lo tomaría para analizar la causa y definir la situación procesal de los acusados.
Todo cambió de rumbo cuando llegaron las actuaciones a manos de la fiscal. En el expediente aparecía la denuncia de la mujer y, abrochadas, todas las demandas que hicieron las víctimas de robo de vehículos producidas en las últimas semanas.
“En el primer caso no hubo ni una tentativa de hurto y, por los otros, no era pertinente que las investigara porque muchas de ellas no pertenecen al turno”, le explicó a LA GACETA Reinoso Cuello. La fiscal, por una cuestión preventiva, pidió la detención de los acusados para tomarse 10 días hábiles e investigar a fondo el caso y la autorización para realizar allanamientos con el fin de encontrar una prueba que vincule a los detenidos con los hurtos. Sin embargo, el juez Alejandro Tomas rechazó ambos solicitudes, por lo que los sospechosos recuperaron su libertad.
Las desventuras de este caso no terminaron allí. A través de WhatsApp, se difundieron las fotos de los acusados y una información en la que se cuestionaba a la Justicia porque suponían que en cuestión de horas los aprehendidos abandonarían los calabozos que estaban ocupando.
El martes, mal asesorado, una importante cantidad de damnificados se presentaron en la Justicia para ratificar su denuncia. “No correspondía que lo hicieran porque ellos no eran las víctimas de la causa que estábamos investigando. Es lógico su malestar, pero alguien los asesoró mal”, argumentó la fiscala
Reinoso Cuello también cuestionó la actuación de los investigadores. “No se pudo hacer nada porque no había ningún elemento probatorio en contra de ellos. La Policía, por ejemplo, no aportó como pruebas imágenes tomadas de la cámara donde se vean a los ladrones cometiendo algún ilícito o al menos un secuestro que sirva para demostrar que ellos eran los responsables de los robos”, destacó.
La fiscal ratificó que, pese a que los sospechosos se encuentran en libertad, continuarán investigando los robos a los vehículos que se produjeron en esa ciudad. Confirmó que ya pidió que se un peritaje al artefacto electrónico que se secuestró para determinar si se trata de un inhibidor de alarmas.
Enojo
El concejal Marcelo Rojas, de Cambiemos, fue uno de los que estalló cuando se enteró lo que había sucedido. “Es increíble”, expresó desde los pasillos de la Fiscalía IX, a donde había concurrido, temprano, a acompañar a cinco vecinos de esa ciudad que debían prestar declaración. “¿De qué sirve lo que digan ahora las víctimas? ¡Ya están sueltos!”, agregó.
Enseguida, Rojas contó otro hecho anecdótico y grave -a su juicio-, referido a esta cuestión. El martes pasado -dijo- él y los vecinos concurrieron a la misma fiscalía, con la intención de declarar, por primera vez. “Nos hicieron pasar, y adentro estaban los delincuentes. Estuvimos cara a cara, frente a ellos. En la misma oficina. ¡Es una cosa de locos!”, expresó.
El caso tuvo notable repercusión en Yerba Buena, pues los vecinos reprodujeron por los grupos de WhatsApp varios testimonios de víctimas y las fotos de los malhechores, a cara descubierta.
Fuente La Gaceta