Domingo 19 de Mayo de 2024

SOCIEDAD

15 de febrero de 2016

Falleció el dirigente peronista Luís Omar Zarate

Víctima de un masivo infarto cardíaco dejó de existir en Tinogasta el funcionario provincial y reconocido empresario, como dirigente político y deportivo fiambalense, Luis Omar Zárate, de 61 años de edad, quien se desempeñaba en aquella jurisdicción como Supervisor de Obras Públicas, a la vez que cumplía funciones en la Intendencia de Riego de Fiambalá.

Zárate había ingresado esta tarde, alrededor de las 16 hs., al hospital de Fiambalá, con fuertes dolores en el pecho, por lo cual se dispuso su inmediato traslado al Hospital de Tinogasta, siendo internado en la sala de terapia intensiva, donde dejó existir pasadas las 18 hs., pese a loa denodados esfuerzos de los profesionales que lo asistían.

Una de las médicas que lo atendió en un primer momento en Fiambalá, dictaminó en principio que Zárate padecía la obstrucción de una o más arterias, a la vez que sus familiares le comentaron acerca de antecedentes "de crisis cardíacas por picos de presión a causa del estrés”.

No obstante, en primer momento, Zárate fue estabilizado y hasta llegó a hablar con los médicos que lo trataban, por lo cual se dispuso su derivación a Tinogasta, alojándoselo en la sala terapia intensiva, donde poco después sufrió un nuevo y masivo ataque cardíaco que le provocó la muerte.

Integrante de una tradicional familia de Fiambalá, Zárate se dedicó por varios años a la actividad empresarial en el rubro de la construcción, y tras el triunfo del justicialismo en las elecciones provinciales de 2011 fue convocado a desempeñarse como Supervisor de Obras Públicas en aquel departamento del oeste provincial. Y desde octubre del año anterior se encontraba también al frente de la Intendencia de Riego de Fiambalá.

Ligado al deporte, y particularmente al fútbol, llegó a ser presidente de la Liga Fiambalense de Fútbol, además de estar relacionado con la Liga de Veteranos de esta Capital, donde supo actuar integrando los equipos del Club Duca.

Sus restos eran trasladados a Fiambalá, desde donde se hicieron conocer las primeras muestras de dolor e inesperado pesar por el deceso del correcto funcionario y dirigente político y deportivo.

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