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INTERNACIONALES
19 de septiembre de 2015
El Sumo Pontífice fue recibido en La Habana por el presidente Raúl Castro y el cardenal Jaime Ortega. Las relaciones entre la isla y Estados Unidos experimentan un deshielo propiciado por la diplomacia vaticana.
Llegar con su mensaje a los jóvenes y las familias es uno de los objetivos del papa Francisco para su visita de cuatro días a Cuba, una nación cada vez más envejecida y con una juventud que en la actualidad afronta los retos de una sociedad que ya ha comenzado a cambiar. Y esas modificaciones vienen de la mano con el restablecimiento de las relaciones con Estados Unidos.
En La Habana, primera parada de su viaje, mantendrá el domingo 20 de septiembre un encuentro con jóvenes cubanos; mientras que en Santiago de Cuba, el último día de la visita, el martes 22, lo hará con familias católicas de la isla.
Francisco, el primer Pontífice latinoamericano y el tercero que visita la isla caribeña, encontrará un país que podría convertirse para 2030 en uno de los más envejecidos de América, cuando, según pronósticos oficiales, los mayores de 60 años representarán el 30 % de la población.
Esta situación, unida al complejo escenario económico y social cubano, ha provocado que hoy se hable en Cuba de varios modelos de familia, donde se debilita el viejo orden patriarcal, con un rol de la mujer más consolidado dentro del hogar, se incrementa la convivencia entre generaciones y continúa incidiendo la migración.