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MUNDO
6 de agosto de 2015
Es en un pequeño pueblo del sur, donde las autoridades están alarmadas por la gran cantidad de ancianos. A los vecinos que las autoridades detecte que no cuidan su salud deberán pagar más impuestos.
El pueblo italiano de Sellia, en la región sureña de Calabria, ha aprobado una ordenanza que establece la "prohibición de morirse" a sus vecinos, la mayoría ancianos, con el fin de frenar la despoblación y amortizar sus servicios sanitarios.
Sellia es un pequeño municipio medieval en el que el 60% de la población son ancianos de más de 75 años, muchos de ellos mujeres viudas. La ordenanza municipal entró en vigor el miércoles y, al establecer la "prohibición de morirse", se invita a los paisanos a "preocuparse de su salud", explicó hoy el alcalde de la localidad, Davide Zicchinella.
"Nosotros hemos hecho esta ordenanza no para bromear, sino seriamente. Porque Sellia, como muchas localidades del sur de Italia, padece despoblación", aseguraron.
Explicó que se ha creado "todo un sistema para encargarnos de la salud de nuestros ciudadanos" con la apertura de un centro sanitario, un ambulatorio para las analíticas y una red de transporte de personas al hospital más próximo y cercano, el de Catanzaro.
Pero a cambio de estos servicios, los ciudadanos deberán cuidar su salud con el fin de mantener este servicio y de detener la despoblación en el lugar. "La vida es un valor universal, pero en un pueblo pequeño cada uno debe hacerse cargo de su propia salud porque, además de tener un valor por sí misma, tiene un valor colectivo. Si un pueblo se hace pequeño, demasiado pequeño, no puede continuar en pie", sostuvo.
Y es que aquellos que el Consistorio detecte que no se cuidan o que siguen hábitos perjudiciales para la salud deberán, sencillamente, pagar más impuestos.