Historias de vocación, trabajo y sacrificio se repiten cada día en diferentes rincones de la provincia. Muchas de ellas, las protagonizan docentes que dictan clases en parajes rurales y establecimientos educativos "de tierra adentro".

Una de ellas, es la de Eliana Rosina Morales y Edith Amaya, dos maestras que dictan clases a los chicos que concurren a la Escuela N° 156 de 4ta categoría, uno de los establecimientos más alejados del distrito, ubicado a más de 80 kilómetros de Fiambalá, donde los últimos 38 kilómetros son de un camino de montaña, que las lluvias y crecidas de enero lo destrozaron.

Morales, además de ser docente, es la directora de la escuela y decidió llevar en su travesía a su hijita de tres años porque considera que si la deja en el poblado la niña sufrirá mucho. Sin embargo, la pequeña tomó como una diversión la cabalgata y disfrutó del viaje, a pesar del frío y el peligro que significa andar en animales en plena cornisa o descensos pronunciados con mucha piedra suelta, detalló el portal El Abaucán Digital.

Cuando el camino está en condiciones los maestros de la escuela pueden llegar en camionetas, además es fundamental la llegada de algún vehículo ya que los habitantes de ese lugar pueden adquirir la mercadería a mucho menor costo, o frente a una emergencia solicitar una ambulancia o algún rodado 4×4 que los asista, en las condiciones actuales están aislado de todo. El viejo camino de mula tiene otro trazado y el peligro los acecha en las casi 12 horas de viaje, el alquiler de una mula cuesta $2.500, de un burro $1.000 cada uno, además del baquiano.

Eliana y Edith ya están dando clases presenciales junto a los otros docentes, y esperan que esta realidad en el interior provincial se supere pronto.