Sábado 23 de Noviembre de 2024

NACIONALES

4 de agosto de 2019

La vuelta de los escraches desde un atril

¿Qué es el escrache? El escache es el nombre que se le dio en Argentina en Uruguay, en Paraguay, en España y en Venezuela a un tipo de manifestación en la que un grupo de activistas dirige al domicilio o al lugar de trabajo de alguien que quiere denunciar.

Con los años, el escrache se fue deformando y se transformó en un grupo de gente anónima que organizadamente o espontáneamente agredía a un sujeto que le caía mal. Fueron víctimas de estos escraches Aníbal Fernández en un avión, Alberto Fernández en el Patio Bullrich, Axel Kicillof en un Buquebus, Mauricio Macri saliendo de la sede la FIFA, o Guillermo Moreno, muy cerca de la Embajada de EE.UU en la Argentina.

¿Pero qué pasa si el escrache en lugar de originarse en una masa anónima y enardecida viene directamente desde el estado? Es más: ¿Qué pasa si el que ataca es el presidente de la Nación? ¿Qué pasa si usa la cadena nacional para atacar a una sola persona que además no se puede defender? 

Algunos ejemplos:

1-Cristina Kirchner, entonces presidenta, ataca al señor Jorge Toselli, violentando el secreto fiscal con datos de la AFIP. Todo porque Toselli había osado hacer una crítica al cepo al dólar.

2- Año 2012. Cristina Kirchner, entonces presidenta, ataca al abogado Julio César Durán llamándolo "abuelo amarrete" por presentar un recurso de amparo contra la AFIP que le impedía comprar U$S 10 y con ese dinero hacerle un regalo a su nieto.

3- Año 2012. Cristina Kirchner, entonces presidenta ataca al periodista Marcelo Bonelli a raíz de una publicación en el diario de Clarín y lo acusa de recibir dinero de la empresa "Repsol".

Sinceramente, pensamos que estas cosas espantosas se habían terminado en la Argentina. Pensamos que ya no había más lugar que desde un atril un dirigente político poderoso use los micrófonos para señalar con nombre y apellido a un crítico al mejor estilo fascista. 

Pensamos que no íbamos a regresar a estos métodos autoritarios de escrachar, y sobre todo, porque le está dando un mensaje a la base de fanáticos: "Vayan a buscarlo".

Sin embargo, este método pavoroso lamentablemente reaparece con Alberto Fernández. Lo interesante es que el candidato a presidente no era así o por lo menos él era más crítico de los escraches de Cristina. 

Algo pasó en su vida porque cada vez se está pareciendo más a ella. Se pelea con periodistas, le agarran ataques de furia y ahora también hace escraches a los que piensan distinto.

De verdad: ¿Hacía falta atacar a una científica absolutamente desconocida que no tiene ningún poder con todos los canales transmitiendo en vivo y con un grupo de reidores que le festeja todos los chistes? La verdad que fue una escena muy parecida a las viejas cadenas nacionales de Cristina.

Por lo tanto, la pregunta está latente. ¿Si Alberto Fenrández gana la elección y llega a la Casa Rosada nos volveremos a encontrar con estos embates que vienen acompañados, luego de una persecución de sus fanáticos en redes sociales? ¿De verdad vamos a volver en la época en la que daba miedo criticar porque te comías la paliza del presidente?

El único pedido que hacemos desde acá es que si vuelven al poder, dejen tranquilo al que piensa distinto. No jodan, no escrachen, no agredan, no persigan. Dejen vivir y aprendan a convivir con la crítica. En las democracias del Siglo 21, la sociedad ya no soporta más el líder soberbio que castiga desde el atril. Ojalá lo entiendan.


Jonatan Viale

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