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SALUD
2 de julio de 2019
Muestra las cifras anuales adquiridas entre 2016 y 2019. En algunos casos hubo caídas significativas. El Gobierno asegura que “la cobertura está garantizada” y que “es un tema muy sensible como para politizarlo”.
Argentina cuenta con uno de los calendarios nacionales de vacunación más completos a nivel mundial: 20 vacunas gratuitas y obligatorias para diferentes etapas de la vida. Pero el complejo engranaje que debe ponerse en marcha para que lleguen a cada niño, niña o adulto que tienen que aplicárselas experimenta fallas desde hace más de un año, como faltantes y distribución irregular, según vienen alertando ministros de salud provinciales, vacunadores, sociedades científicas y hasta la Defensoría del Pueblo de la Nación. Desde la Secretaría de Salud subrayan sistemáticamente que el presupuesto está garantizado, más allá de que han reconocido problemas con el suministro de la antimenigocócica y situaciones puntuales, pero ahora un documento oficial pone en números la caída registrada entre 2017 y 2018 en la compra de dosis de varias más, incluidas las que protegen contra hepatitis A, B y varicela (pediátricas) y la triple bacteriana acelular, entre otras.
“En el año 2018 se dieron situaciones de carácter temporario respecto de algunas vacunas. El caso más significativo fue el de la vacuna antimeningocócica”, reconoce la Secretaría de Salud en un documento de respuesta a la Comisión de Salud y Acción Social de la Cámara de Diputados, que en marzo había realizado un pedido de informes ante la denuncia por faltantes. “Las demás vacunas que han presentado demoras en la provisión se han ido restableciendo, como es el caso de VPH, DTPA y varicela -continúa el texto-. Se estima que sobre el segundo semestre del año se regularizará la entrega de dosis de la mayoría de las vacunas.”
El secretario de Salud, Adolfo Rubinstein, dijo este lunes a Clarín que "la totalidad de las vacunas está garantizada y el tema de la antimenigocócica estimamos que se resolverá en las próximas semanas". ¿Por qué en algunos casos se compraron menos vacunas en 2018?, le preguntó este diario. "Hay dos motivos: sobrantes de stock del año anterior que requieren comprar menos en el período siguiente y un corrimiento de los plazos de compra por el impacto de la devaluación". Y aseguró que al día de hoy "ya está normalizado".
Para el diputado nacional Pablo Yedlin (PJ), vicepresidente de la Comisión de Salud, impulsor de la nueva ley de vacunación sancionada el año pasado e integrante de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn), lo más interesante del documento es la tabla que muestra la cantidad de dosis anuales adquiridas entre 2016 y 2019 (de este año se incluyen hasta el 20/5). “A confesión de partes, relevo de pruebas”, dice en diálogo con Clarín.
“La tabla muestra que claramente compran vacunas de menos. En Argentina nacen 700.000 chicos al año. En 2018, compraron 400.000 de hepatitis A, que requiere una dosis al año. Es decir que quedaron 300.000 chicos sin vacunar. Nosotros en hepatitis A teníamos coberturas muy buenas. Y si cruzás esto con datos de cobertura, ves que en 2018 bajó. ¿Es solamente por esto? No, puede haber otros problemas. Pero el primer hecho para que no baje es contar con las vacunas”, enfatiza.
Para Rubinstein, "el de las vacunas es un tema muy sensible como para politizarlo y meterlo en la campaña. Lo importante es para la que nosotros denominamos 'población blanco' la provisión de la vacuna está garantizada.
Para una población objetivo de alrededor de 700.000 niños y niñas, de hepatitis B pediátrica, según el documento, en 2018 se adquirieron sólo 300.000, menos de la mitad de las dosis compradas en años anteriores. De varicela, 550.000 el año pasado y 200.000 en 2017. También hubo caídas en la triple bacteriana acelular (la dTpa, que protege contra difteria, tétanos y tos convulsa), que se aplica en embarazadas y chicos y chicas de 11 años y que cayó de 1,6 millones en 2016 a 900.000 en 2017 y a 980.000 en 2018, por lo que algunas provincias (incluida la Ciudad de Buenos Aires) tuvieron que interrumpir la vacunación en adolescentes para priorizar a las embarazadas. En la pentavalente se pasó de 3,3 millones en 2016 a 1,7 millones en 2017 y 980.000 en 2018.
Alerta de expertos
“La Ley dice que el Estado debe proveer las vacunas y el informe muestra claramente que se compraron menos de las necesarias. Lo que tiene que suceder es que el Estado regularice la provisión de vacunas. No solamente para la cohorte, si no que tiene que comprar más para recuperar esquemas de los chicos que se quedaron sin dosis”, señala a este diario Carla Vizzotti, presidenta de la Sociedad Argentina de Vacunología y Epidemiología (SAVE). “La gestión del programa de vacunación es muy compleja. Por eso siempre hay que tener un trimestre de reserva en stock. Debe contar con prioridad política, presupuesto ágil y una gestión eficiente. Lamentablemente no sucede nada de eso en este momento”, afirma la ex responsable de la Dirección de Enfermedades Inmunoprevenibles.
El documento enviado a la Comisión de Salud de Diputados aclara que “las razones que motivan retrasos en la entrega de vacunas e insumos a las jurisdicciones son multifactoriales, que van desde problemas de producción mundial y falta de abastecimiento en el mercado internacional sobre todo en vacunas con un único proveedor (como Menveo), demoras en el envío de los embarques, capacidad operativa para los despachos de dosis cuando se producen varios ingresos por dosis faltantes y se hacen envíos extraordinarios que sumados a los regulares pueden generar falta de capacidad de almacenamiento en las cámara provinciales, etc”.
Respecto de la vacuna contra el meningococo, que Argentina adquiere a través del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS), desde la Secretaría de Salud sostienen que el faltante “está relacionado con retrasos en el proceso de fabricación del laboratorio productor”.
Desde GSK, la compañía farmacéutica que la produce, afirman haber recibido en 2018 "una demanda inferior a lo originalmente solicitado". Y señalan que "debido al corto tiempo de vida útil de este tipo de productos y a las exigencias de la OPS, este remanente tuvo que ser redirigido para proteger a poblaciones de otros países".
A través de un comunicado, el laboratorio asegura haber recibido “una requisición inicial de 2,2 millones de unidades, las que ha venido suministrando de acuerdo a los plazos establecidos”. Posteriormente, continúa, recibió un requerimiento adicional, sobre el cual afirma estar trabajando en conjunto con las autoridades sanitarias (OPS y Secretaría de Salud) para cumplir con esa demanda.
"Jamás se compraron 3 millones, que son las necesarias para cubrir a la población objetivo", dice Vizzotti. Las cantidades enviadas no alcanzan para las dosis que deben recibir los bebés a los 3, 5 y 15 meses, ya que la de los 11 años se encuentra postergada desde agosto del año pasado.
La ministra de Salud de Santa Fe, Andrea Uboldi, fue una de las primeras en alertar sobre el envío insuficiente de la vacuna que protege contra cuatro cepas de meningococo. “Necesitamos previsibilidad con respecto a la entrega de vacunas, que ha sido muy irregular durante el año pasado y este. Específicamente estamos muy preocupados por dos vacunas en la provincia de Santa Fe. Una es la Menveo, para poder saber qué definición se va a tomar, porque hubo una reunión en CoNaIn y nos prometieron que iba a venir una resolución de Nación para definir cuántas dosis y a qué grupo poblacional vacunar. Y el otro es el desfinanciamiento del Instituto Maiztegui por el tema de la vacuna de fiebre hemorrágica argentina”, manifestó a Clarín.
La vacuna contra la fiebre hemorrágica argentina es de aplicación obligatoria en zonas endémicas. El Instituto Maiztegui es el único productor, pero la fabricación se encuentra suspendida por la falta de presupuesto para reparar un equipo fundamental.
Polémica por la falta de vacunas: el Gobierno asegura que no hay problemas, pero referentes médicos reclaman
“Desde la SAVE estamos en contacto siempre con las provincias, con los vacunadores, tenemos un mail de contacto con la población, y recibimos muchas consultas y preocupación en relación a la falta de vacunas. No es bueno ningún extremo: ni negarlo, ni transmitir que no hay vacunas. La vacunación es una política de Estado, independiente de los colores partidarios, todos deberían estar preocupados viendo cómo se soluciona el problema”, enfatiza Vizzotti.
La Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) fue otra de las sociedades científicas que manifestó preocupación por la situación. En abril, en una carta dirigida al secretario de Salud hablaban de una disponibilidad “claramente deficitaria”. Advertían que el sostenimiento de los logros conseguidos y el objetivo de mejorar las coberturas se veían “amenazados” por esa situación. Y consideraban “imprescindible priorizar la resolución de la falta de disponibilidad de vacunas frente a otras problemáticas sanitarias y que se dé cumplimiento al Calendario Nacional de Inmunizaciones".
La Defensoría del Pueblo de la Nación también se hizo eco de las denuncias y ese mismo mes pedía a la Secretaría de Salud “que arbitre las medidas necesarias para dar cumplimiento en tiempo y forma al Calendario Nacional de Vacunación 2019".
Ante las denuncias de faltantes, desde la Secretaría de Salud insisten en que "no hay razones para alertarse ni preocuparse ya que no hay ningún faltante crítico". Y subrayan que “no se han presentado restricciones presupuestarias para la adquisición de vacunas”.
Según Vizzotti, “seguramente ejecutaron todo el presupuesto, pero eso no quiere decir que hayan comprado todas las vacunas. Una explicación muy clara de la reducción de compras de 2018 es la devaluación: se había planificado con un dólar a 20 pesos”.
El informe presentado por la Secretaría de Salud detalla las compras de 2016, 2017 y 2018. Los casos más alarmantes son los siguientes:
Sabin: en 2016 se adquirieron 7.730.000, dosis; en 2017, 2.000.000 y en 2018, 3.030.000. Hasta el 20 de mayo de este año fueron adquiridas 1.876.000 dosis.
Varicela: pasó de 1.000.000 de dosis en 2016 a 200.000 en 2017 y 500.000 en 2018. En 2019 van 410.000 dosis adquiridas.
DTA (difteria): 2.594.590 en 2016, 1.300.000 en 2017 y 1.500.000 en 2018. En 2019 van 1.440.000.
Rotavirus: 1.600.000 (en 2016), 1.555.670 (en 2017) y 1.100.000 (en 2018). En 2019 (siempre hasta el 20 de mayo): 815.000.
Poliomeliris (Salk): 1.080.000, 1.322.180 y 840.000. En 2019 van 1.210.000 dosis.
El jueves último, durante la “Jornada de Fortalecimiento del Derecho a la Salud” organizada por la Defensoría del Pueblo de la Ciudad, se conoció que ante un requerimiento formulado en mayo de este año por ese organismo, la cartera sanitaria porteña informó que en 2018 recibió sólo 95.040 dosis de la vacuna antimeningocóccica cuadrivalente conjugada, de las 215.261 programadas, lo que equivale a un 44 por ciento de lo planificado.
Los especialistas señalan que no sólo preocupa la falta de vacunas, sino también los insumos para aplicarlas. Para Oscar Trotta, director del Instituto Revisor de Políticas Sociales y Acceso a la Salud de la Defensoría, “las familias sufren una complicación mayor por el cierre de los programas de abordaje territorial, que incluían a los vacunadores que iban a los barrios, los clubes, los lugares de trabajo y vacunaban en esos lugares”.
“Al desarticular esos programas, y como consecuencia de la situación económica, las familias no cuentan con los recursos para trasladarse y deciden postergar o suspender el esquema de vacunación de sus hijos. Y se necesita el 95 por ciento de la población vacunada para tener un nivel de cobertura óptimo para cualquier sociedad”, agregó Trotta.
Lo que el gobierno quiso mostrar inicialmente como un problema puntual ligado a cuestiones de logística es en realidad el resultado de una política restrictiva en materia de inmunizaciones.
Tan es así que durante la última reunión de la Comisión Nacional de Inmunizaciones (CoNaIn) realizada el jueves 13 de junio, funcionarios de la secretaría de Gobierno de Salud expusieron crudamente la situación de faltantes de la vacuna antimeningocóccica. Por esos mismos días, fue el propio Rubinstein quien públicamente salió a reconocer la falta, adjudicándola a problemas en las compras a través del Fondo Rotatorio de la Organización Panamericana de la Salud (OPS).
Según trascendió de ese encuentro, la no disponibilidad de Menveo --nombre comercial de la vacuna contra la meningitis-- es tan crítico que ni siquiera habría suficientes dosis para cubrir a los niños más pequeños y así cumplir con las tres aplicaciones establecidas por el Calendario hasta los 15 meses de edad.
a población objetivo del año en curso, no sería el mayor problema. Según reconocieron fuentes que participaron en la reunión, estaría en peligro la adquisición del stock de la vacuna para 2020.