Jueves 18 de Abril de 2024

SOCIEDAD

27 de junio de 2019

La historia del abuelo que quiere reencontrarse con su primer amor para pedirle perdón

Se llama Jorge Laporta. Hace 54 años dejó a Teresita, su primera novia, poco antes de llegar al altar. “La soñé cincuenta años”, jura. Su nieta la buscó en Facebook, le envió un mensaje y luego lo contó en las redes. La historia se volvió viral

La historia de Jorge Laporta se parece al relato sobre aquel hombre que esperó cincuenta años por un amor, "un hombre que ha querido ponerse a salvo de los tormentos de la memoria", aunque en este caso el libro podría llamarse El amor en los tiempos de Twitter y Facebook.

Es que, durante cinco largas décadas (el mismo tiempo que esperó aquel personaje creado por Gabriel García Márquez –Florentino Ariza- a la mujer de su vida -Fermina Daza- en El amor en los tiempos del cólera), a Jorge Laporta lo persiguió la culpa por haber dejado a una joven antes de llegar al altar:"La hice sufrir", acepta hoy.

En estos días la angustia recrudeció: "Fue en la última semana que ese sentimiento se volvió más intenso: sentí una necesidad muy grande de reparar el daño que había hecho", recuerda el hombre de 74 años en su casa de Valentín Alsina.

Y eso que en el medio pasaron cosas: se casó con María Rosa (63) y tuvieron dos hijos, Tamara y Hernán, que le dieron seis nietas mujeres que llegaron en este orden: "Yuli, Dana, Valentina, Guadalupe, Uma y Martina", recita Jorge sin titubear.

Yuli buscó a la primera novia de su abuelo en Facebook para lograr el reencuentro

Yuli buscó a la primera novia de su abuelo en Facebook para lograr el reencuentro

¿Cómo recuperó fuerza el recuerdo de aquel amor? Todo empezó por una broma que pensaron entre Guadalupe, la nieta del medio, y su mujer María Rosa: "Mi hermanita de 9 años inventó un chat diciendo que era Teresita, la primera novia de mi abuelo, y que tenía ganas de verlo. Todo avalado por mi abuela", explica ahora Yuli, su nieta mayor y su máxima confidente.

"Pero se ve que ahí había algo que no estaba resuelto porque el abuelo empezó a sentirse mal", sigue la nieta. ¿Qué hizo ella, entonces? Lo que haría cualquier centennial. Le pidió el apellido de Teresa (que no va a revelar), la buscó en Facebook y le envió un mensaje privado.

"Pero el domingo a la noche al abuelo se le ocurrió un poema inspirado en Teresita y se lo mandamos", sigue la nieta de 17.

¿El próximo paso? Yuli subió una captura del mensaje de Jorge para su primer amor y Twitter hizo el resto.

El posteo con el mensaje de Yuli para la primera novia de su abuelo y el poema que escribió Jorge para Teresita (@YuliAnacondio)

El posteo con el mensaje de Yuli para la primera novia de su abuelo y el poema que escribió Jorge para Teresita (@YuliAnacondio)

El posteo se volvió viral y los seguidores de la chica en la red del pajarito se triplicaron de un plumazo. Jorge se convirtió en una especie de rockstar que comenzó a ser solicitado por radios, canales de televisión y medios: "Esta explosión que tuvo el tema me sobrepasó", jura el hombre, recién levantado de la siesta, que ahora habla con Infobae.

-¿Cómo se conocieron con Teresita, aquel primer amor?

-Yo trabajaba en una fábrica de zapatos, era el encargado y le dije al dueño que teníamos que subir la producción. Entonces tomamos una chica que vivía a tres cuadras, tenía 18 años y se llamaba Teresita.

-Y ahí nomás se enamoraron…

-Sí, rápido. Pero antes le enseñé el trabajo. Nos empezamos a llevar bien, a gustarnos. Hasta que un día la invité a salir. Pero no fue fácil, en aquella época tenías que recibir el permiso de los padres, y la madre me mandó a decir: "Si querés salir con mi hija, tenés que venir a mi casa". En una semana me tenían cenando día por medio con la familia.

-¿Recuerda la primera salida?

-Sí, fuimos a una pizzería que se llamaba Clavel en la estación de Lanús. Ella tenía 16 y yo 21. Todo muy romántico. Yo empilchaba bien, tenía un auto deportivo… En esa época ganaba muy buena guita y me iba muy bien con las mujeres.

Jorge Tiene 74 años y está casado con María Rosa: “Ella se tomó bien que yio necesitara hacer esto, pero cuando vio la dimensión que había tomado, se embroncó”

Jorge Tiene 74 años y está casado con María Rosa: “Ella se tomó bien que yio necesitara hacer esto, pero cuando vio la dimensión que había tomado, se embroncó”

-¿Se comprometieron rápido?

-Claro. Estábamos tan enamorados que al año salió la conversación y nos dimos cuenta que teníamos ganas de casarnos. Yo estaba muy enganchado, también. Compré dos alianzas italianas y le regalé un anillo de siete brillantes. Después fui comprando la cocina, los muebles… ¡y estaba guardando para comprar un departamento! Si se hubiera enterado…

-¿Y qué pasó, Jorge?

-Pasó que me arrepentí porque la pasaba muy bien. Corría la década del 60 y yo, con 20 años, era el único que tenía un auto deportivo. Era muy bolichero, salía todas las noches, pero nunca me drogué, ojo. Me tomaba un whisky y me iba al bowling. El problema es que cuando la dejaba en la casa, me esperaba una amiga a la vuelta de la esquina. Le decía que me dolía una muela y la verdad era que me había ido con otra chica.

-¿Siente que le hizo mucho daño?

-Sí, el día que le dije que no me iba a casar fue muy feo. Yo me había ido de la fábrica y la fui a buscar. La dejé en ese lugar y le agarró un ataque de nervios. Me pegaba en el pecho, gritaba. Después me vino a buscar el hermano y confesé: "No le puedo hacer eso a Teresita, soy un mujeriego. Ella necesita algo mejor, alguien normal". Espero no haberle arruinado la vida.

-¿ La sueña?

-La soñé cincuenta años, me la imaginaba en lugares. Por eso la quiero encontrar y pedirle perdón. Ojo que ya no quiero nada con ella. Por eso mi mujer me apoya, sabe que lo único que pretendo es saldar una cuenta.

-¿Y siguió siendo un salidor o se curó?

-Me casé con María Rosa hace 46 años y nunca más estuve con una otra mujer. Yo ya había vivido todo cuando la conocí, en cambio ella no, tenía apenas 16 años. Nos casamos a mis 28, ya las había hecho todas y aprendí la lección, por eso ella se tomó tan bien esto que ahora necesito hacer. Eso sí, hace unos días, cuando vio la magnitud que había cobrado el tema se embroncó un poco y no me quiso hacer un té: "Qué te lo haga Teresita".

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