Viernes 19 de Abril de 2024

POLICIALES

23 de mayo de 2019

Asesinatos de Yadón y Olivares: el principal sospechoso reconoció que manipuló el arma

Juan José “Cebolla” Navarro Cádiz dijo que estaba “muy drogado y borracho” y que escuchó “detonaciones”.

Pasaron casi dos semanas desde el brutal ataque en Congreso que terminó con las vidas del funcionario catamarqueño Miguel Yadón (58) y el diputado nacional por La Rioja Héctor Olivares (61) y recién este miércoles se conoció la versión del principal acusado del doble crimen, Juan José "Cebolla" Navarro Cádiz (25).

El joven de la comunidad gitana reconoció que el 9 de mayo a las 6.51 se encontraba en el Volkswagen Vento de Juan Jesús "Gitano" Fernández (42) y los dos estaban "manipulando" la pistola calibre .40 con mira láser utilizada en el ataque. "Él recuerda haber escuchado detonaciones", dijo a Clarín su abogado Ramón Arigós. Lo que Navarro Cádiz dice no recordar es quién disparó. "Estaba muy borracho y drogado. Dice que llegó a su casa y se quedó dormido y al rato lo vino a buscar a su madre, lo subieron a un auto y se despertó en Montevideo", precisó Arigós.

Navarro Cádiz fue detenido cuando estaba por entrar al Hotel Ibis de la capital uruguaya un día después del crimen. El viernes pasado fue extraditado hacia el país y cuando se sentó por primera vez frente al juez Mariano Iturralde y la fiscal Estela Andrades, se negó a declarar porque dijo estar cansado, con hambre y no acordarse de nada del momento del doble crimen.

 

Pero después de solicitar una ampliación de la indagatoria este miércoles brindó su testimonio en la causa que lo tiene imputado como coautor de "doble homicidio agravado por alevosía y uso de arma". En el caso también está preso su padre, Miguel Navarro Fernández (50) y otras cuatro personas que son parientes entre sí e integrantes de la comunidad zíngara.

 

"Él lo que recuerda esa madrugada es haber estado solo, que compró petacas de whisky y vodka a 10 metros de su casa, consumió cocaína y más tarde se encuentra con Fernández que estaba en su auto esperando a una persona que había bajado a buscar algo", dijo Arigós.

 

Entonces "El Gitano" y "Cebolla" continuaron consumiendo alcohol y drogas juntos hasta que estacionaron en la plaza del Congreso. Según Navarro Cádiz, durante la madrugada estuvieron manipulando el arma, la agarraban, le ponían balas, la descargaban y la dejaron hasta que uno de ellos volvió a tomarla y se oyeron los disparos.

 

Pero en su declaración, el "Cebolla" negó que la pistola fuese de su propiedad y dijo que "nunca" disparó "un solo tiro" en su vida. Reconoció tener un revolver calibre 22 viejo, que le regaló un amigo pero que no funciona.

En los allanamientos realizados el día después del doble crimen, la Policía Federal encontró la pistola calibre .40 homicida en el departamento de Navarro Cádiz y, en la casa de su madre, secuestraron un revólver calibre .32, otro .380, municiones y un rifle de aire comprimido.

 

La Policía también había notado dibujadas en la pared "siluetas humanas" hechas con crayón con agujeros que serían de balas de aire comprimido. Antes que el "Cebolla", su padre, Miguel Navarro Fernández negó que esos dibujos correspondan a blancos de tiro. Según él son dibujos que hicieron sus nietos y las perforaciones fueron también fueron hechas por los nenes con un martillo de emergencia. También dijo que él no estaba arriba del Vento en el momento del crimen y que subió después cuando Fernández lo buscó por su casa para contarle lo que había pasado con su hijo.

Más temprano, declaró Juan Jesús Fernández y dijo que varias veces vio a los Navarro con armas y que "solían usarlas disparando en la ruta", según dijeron fuentes del caso a Clarín. El hombre también negó que el mayor de los Navarro haya estado en el auto y confirmó que lo fue a buscar después del hecho.

Los investigadores están revisando las cámaras de seguridad, en busca de confirmar si fueron dos o tres personas las que protagonizaron el ataque en Congreso. Después de trabajar en varias hipótesis, la de un ataque "al azar" protagonizado por borrachos empieza a cobrar fuerza.

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